Este es el segundo caso en que a un refugiado se le coloca la tobillera y se le impone la restricción de acercarse a 500 metros de la denunciante.

La Justicia resolvió colocar la tobillera electrónica al sirio Abd Hadi Omar Mahmoud Faraj, denunciado por su exesposa uruguaya Irina Posadas por violencia doméstica.

Este es el segundo caso en que a un refugiado se le coloca la tobillera y se le impone la restricción de acercarse a 500 metros de la denunciante, la misma disposición se le había aplicado al tunecino Adel Bin Muhammad.

Posadas dijo a El País que la Justicia dispuso la colocación de la tobillera, luego de que los vecinos de la casa donde ella vivía con Faraj denunciaran maltratos hacia ella. “Es algo muy feo lo que me hizo y la causa judicial sigue abierta”, afirmó la mujer que tiene custodia policial las 24 horas del día.

La mujer contó que incluso su exesposo tuvo un comportamiento inadecuado en la sede judicial, cuando fue citado por la Jueza. “Alzó la voz y no dejaba que el traductor siguiera traduciendo. La jueza en determinado momento le dijo que él no estaba dando las explicaciones, pero después hicieron las pericias psicológicas y determinaron la colocación de las tobilleras”, contó la mujer.

Según dijo, su exesposo ya trató de quebrantar algunas restricciones que había impuesto la Justicia anteriormente. Como ejemplo citó el hecho de que el hombre la trató de contactarla por medio de las redes sociales para agregarla en Facebook y le envió mensajes de Whatsapp con fotos.

Además Faraj inició una demanda contra el hijo de Posadas, algo que ella calificó como “falsa denuncia”. “La verdad que es lamentable lo que nos está pasando y su comportamiento con la jueza fue una falta de respeto”, concluyó la exesposa del recluso de Guantánamo.

FALLO JUDICIAL