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El canto de delincuentes: "Hay que matar a todos los policías"

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La familia de Ingrid González vive en la casa de un pariente mientras aguarda por ayuda. Foto: Archivo
Complejo Verdisol 17/01/2017, foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Fernando Ponzetto/Archivo El Pais

Repetían el estribillo en cercanía del apartamento de la agente asesinada.

Cada vez que un grupo de delincuentes del barrio Borro pasaba por el apartamento donde vivía Ingrid Romina González cantaban el mismo estribillo: "Hay que matar a los policías, crecen como piojos".

Sabían que, por las ventanas abiertas del apartamento, los familiares de la funcionaria del Ministerio del Interior escuchaban los cánticos. Por las noches, un grupo de diez u 11 adultos se sentaba en la escalera de ingreso del Block H del Complejo CH 84, ubicado en Aparicio Saravia y San Martín.

Allí es un sitio ideal para que los delincuentes embosquen a taxistas que ingresen al complejo de viviendas. Sin embargo, una mujer policía viviendo a pocos metros molestaba, dijeron a El País familiares de la policía ultimada. "Jerarcas policiales indicaron que el incendio fue por problema que tuvo mi sobrino adolescente con otro. No fue así. Eso ocurrió hace un año y medio y jamás vimos a los agresores otra vez. Incendiaron el apartamento y mataron a Ingrid porque era policía; los delincuentes son otras personas", dijo a El País la hermana de la policía asesinada, quien no deseó ser identificada.

A mediados de 2015, un sobrino de Ingrid, entonces de 14 años, fue golpeado por tres adultos que vivían en un asentamiento cercano. Los agresores casi lo desfiguraron; uno de ellos tenía una piña americana.

Hace casi un año, un grupo de personas comenzó a frecuentar la entrada del Bloque H donde vivía la familia de González. Algunos de ellos habían ocupado apartamentos en el complejo. Apenas supieron que Ingrid Romina era policía comenzó el acoso.

Según sus familiares, no era un hostigamiento directo, del tipo "andate o te matamos". Eran cánticos y hacían correr el rumor en un barrio como el Borro que la familia de Ingrid era "antichorros" y "alcahueta".

El tema de denunciar a este grupo o no sobrevolaba cada tanto la intimidad de la familia. La agente, con formación policial y otros estudios, pensaba que debía denunciarlos para que los vecinos honestos del Block H del complejo pudieran vivir tranquilos. Sin embargo, su madre, Zully González, también esgrimía argumentos poderosos: "Vos salir a trabajar al Ministerio del Interior a las seis de la mañana. Esos tipos te pueden lastimar si se hace la denuncia".

La familia estaba convencida de que tarde o temprano se irían del complejo CH 84. "Se buscó llevar la cuestión hasta que nos pudiéremos ir. Ahí sí los íbamos a denunciar", relató la hermana de Ingrid. Pero no tuvieron tiempo. La escalada de violencia generada por los "ocupas" fue creciendo. Quince días antes del incendio, el sobrino adolescente de Ingrid se despertó por el estruendo de una bomba brasileña. Instantes después, vio como una de ellas era tirada hacia dentro de la habitación. Agarrando la cortina logró sacarla del dormitorio. La cortina se quemó. Era un aviso.

A las 1:30 horas del martes 10, una bomba molotov ingresó por la ventana del living del apartamento. En minutos, el fuego se propagó. Los vecinos lograron sacar a la madre de Ingrid. La agente policial ayudó a sacar a una de las dos sobrinas y luego se vio cercada por el fuego. Murió intoxicada. El juez penal Tabaré Erramuspe remitió a una persona a la cárcel por el delito de incendio con resultado de muerte.

La familia de Ingrid señaló que en el complejo mucha gente sabe que hay otros involucrados en el atentado.

"Sí volvíamos al complejonos quemaban a todos"

El viernes 13, familiares de la policía asesinada, Ingrid González, se reunieron con representantes de la agencia Nacional de Vivienda. El gobierno les había trasmitido que iban a recibir una ayuda, ya que el apartamento se quemó totalmente.

La Agencia les ofreció un apartamento en el mismo complejo, pero en otro block. "Fue algo ilógico. Es obvio que nos iban a quemar a todos si volvíamos" al complejo CH 84, dijo un familiar de Ingrid a El País. "El caso del atentado está abierto y hay más involucrados en el delito", agregó.

La familiar de Ingrid destacó el apoyo otorgado por jerarcas del Ministerio del Interior luego del incendio. "Nos dijeron que iban a hablar con la Agencia por el tema de vivienda. Además nos llevaron a un cuartel la ropa donada", expresó el familiar.

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La familia de Ingrid González vive en la casa de un pariente mientras aguarda por ayuda. Foto: Archivo

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