Publicidad

Cañitas: un oasis adentro del sistema carcelario

Compartir esta noticia
El horno a leña posibilita variar la alimentación; todo se hizo con materiales del desecho.

Unos trabajan haciendo bloques para la construcción, otros en la huerta. Hay quienes cortan leña en predios de AFE y quienes prefieren la herrería. Otros internos estudian y hasta confeccionan artesanías, que luego venden en la ciudad.

Hace una semana, se sumaron otras dos posibilidades laborales para los reclusos de la cárcel de Cañitas: la firma de un convenio que posibilitará que hasta 15 reclusos se trasladen hasta un establecimiento agropecuario de Soriano para trabajar en la poda, y la cosecha de arándanos.

Gonzalo Soria, subdirector de la unidad 19 del Instituto Nacional de Rehabilitación, cárcel de mínima seguridad de Río Negro, destacó el apoyo de una empresaria que prefirió mantenerse en el anonimato. "Es vital, porque sin la participación de quienes están afuera del sistema carcelario, no es posible la rehabilitación. Acá (en Cañitas) incentivamos el estudio y el trabajo, pero si la sociedad no se involucra, no hay rehabilitación posible", afirmó el funcionario, que desea que esta iniciativa sea replicada por otros particulares.

Además, fue inaugurada una panadería. "Policías e internos trabajaron juntos para utilizar esta vivienda que estaba abandonada. Mediante el reciclaje de diferentes elementos se construyó el horno", informó. En ese lugar, además de la panificación, funcionará la cocina del establecimiento, que cuenta con 83 internos.

"Lo que era un fichero de hierro, lo convertimos en campana; con un calefón soldado a un caño terminaron de conformar el tubo. Y en la herrería se hicieron, con elementos donados, el carro y las bandejas. Gracias al apoyo de la intendencia, que donó las máquinas, hicimos posible esta obra", expresó Soria.

"La utilización del horno a leña posibilita variar la alimentación de los internos porque se sale del característico guiso", indicó Andrea Carrocio, directora de la unidad carcelaria. "Contamos con una herrería en la que se trabaja muy bien, una carpintería, una bloquera y ladrillera, además de la huerta que nos posibilita obtener las verduras para la alimentación diaria", agregó Carrocio.

Estos avances han posibilitado que el centro de reclusión de Fray Bentos, sea considerado un ejemplo a seguir en todo el país. "Esta unidad es de régimen abierto con bajo nivel de conflictividad y una alta adherencia a las propuestas de tratamiento", dijo a El País Gustavo Belarra, subdirector técnico del Instituto Nacional de Rehabilitación.

PAGO Y FONDO.

Luis Mendoza, Director del INR, informó El País que cuando un interno salga a trabajar "le van a pagar el laudo como a cualquier persona. Eso es fundamental porque es parte de la rehabilitación y no se trata de una mano de obra barata. Eso sí, el 10% de sus ingresos van para el Fondo Nacional de Indemnización de las Víctimas que fue creado por Ley", aclaró el jerarca.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
El horno a leña posibilita variar la alimentación; todo se hizo con materiales del desecho.

Los presos estudian, trabajan, tienen huerta y panadería

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Fray Bentospresos

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad