Yamandú Orsi no tiene empacho en decir con todas las letras que su gobierno será un tercer capítulo del proyecto que inició Marcos Carámbula en 2005, pero con una salvedad: no se elige "continuismo" sino "continuidad".

La diferencia está, según ha explicado varias veces durante la campaña, en que lo primero alude a una actitud pasiva de "sentarse y esperar que pase". Lo segundo –lo que él quiere– es apropiarse de los objetivos que vienen de los últimos dos períodos y tratar de que sigan ejecutándose pero con mejor "puntería".

Al cierre de esta edición, Factum estimaba que Orsi le había ganado la elección a su principal contendiente, el diputado José Carlos Mahía, de Asamblea Uruguay, con más del 50% de los votos. Orsi fue impulsado por el Movimiento de Participación Popular (al que pertenece); tuvo apoyo del Partido Comunista y de la lista 711.

"Lo que se juega es la permanencia de un proyecto que tiene un rumbo y necesita de varios períodos para que se pueda concretar", dijo Orsi hace unas semanas en el programa Primera vuelta, de TV Ciudad. "Ya no podemos hablar de herencia maldita. La clave está en ser mejor que vos mismo. Cada período debe haber una superioridad notoria", agregó.

Después de 15 años de administración colorada (menos cinco años del nacionalista José Andújar), en 2005 Canelones acompañó el cambio de rumbo a nivel nacional y eligió al Frente Amplio. Carámbula recibió una intendencia con déficit millonario. A su antecesor, el colorado Tabaré Hackenbruch, se le encontraron varias irregularidades administrativas pero la denuncia penal terminó archivada.

En estos 10 años Carámbula y Orsi, que ocupó el cargo de secretario general de la comuna en ambos períodos, culparon a los colorados de todos los problemas de la intendencia: las deudas, la falta de obras, la burocracia. Ahora saben que pasó demasiado tiempo como para seguir hablando de aquella "herencia maldita".

Orsi propone continuidad al proceso de Carámbula pero sabe que tiene grandes desafíos por delante que el Frente Amplio no pudo resolver aún. Uno es el transporte metropolitano que, según ha dicho, estará entre sus prioridades. El otro gran debe es el saneamiento. Ha anunciado que acelerará los tiempos de ejecución.

Es un defensor del manejo financiero de estos últimos dos gobiernos él, por el puesto que ocupaba, se encargó directamente de que los morosos pagaran sus impuestos y asegura que fue el período con más obras de infraestructura.

Dicen algunos de los que lo conocen que el Orsi que ayer se quedó con la comuna canaria es uno mucho más "práctico" y menos "ideologizado" que el de décadas atrás.

Yamandú Orsi tiene 47 años y dos hijos mellizos. Nació en Canelones y vive en Salinas con su familia. Cuando en 2004 le pidieron que acompañara a Marcos Carámbula al frente de la comuna canaria, Orsi pensó que era "joda", según recogió el semanario Búsqueda. En aquel momento vivía en Maldonado y estaba sumido en sus clases de Historia. Ahora no ejerce la profesión. Pertenece al Movimiento de Participación Popular, es hincha de Peñarol, fue almacenero y también bailarín de folklore.

Orsi votó en Canelones a las 15.30 horas. Cuando introdujo el sobre en la urna mostró tres dedos de una mano, aludiendo a que habría un tercer gobierno frenteamplista. Al salir, dijo que era "un momento raro, muy raro", por la doble responsabilidad de ejecutar el acto cívico siendo candidato.

"Ha sido una campaña interesante y compleja", señaló. Al igual que muchos políticos, habló de la "intensidad, el desgaste y el gaste" que caracterizaron estos meses, y coincidió con el presidente Tabaré Vázquez en la necesidad de reformar el sistema electoral. "Estaba esperando que alguien lo dijera. Se cae de maduro", admitió a VTV.

A eso de las 20:30, sobre un estrado del centro comercial de Canelones, celebro los primeros resultados que ya lo daban ganador con ventaja. Según El Espectador, agradeció a los militantes "por la actitud profundamente frenteamplista" que exhibieron en la campaña.

El sucesor de Carámbula considera superada la “herencia maldita” COLORADA