Publicidad

Buenas nuevas

Compartir esta noticia

MARCELLO FIGUEREDO

Vamos a darle el gusto a monseñor Nicolás Cotugno, arzobispo de Montevideo, quien el domingo pasado ha pedido amablemente a los periodistas uruguayos que aflojemos la mano con los atracos, los robos, los homicidios y las violaciones, y abramos espacio a las noticias lindas, que también las hay. Al fin y al cabo, una vez cada tanto no nos cuesta nada. Así que aquí vamos.

El excelentísimo señor presidente de la hermana República del Paraguay, don Fernando Lugo Méndez, ha sido papá. La hermosa criatura, bautizada oportunamente por la Iglesia Católica con el nombre de Guillermo Armindo, llegó al mundo hace dos años, cuando su señor padre era obispo emérito del departamento de San Pedro y tenía 55 primaveras.

La madre del niño, doña Viviana Carrillo Cañete, gozaba a la sazón de 24 abriles, pero según ha relatado a los medios de comunicación, que corrieron presurosos a hacerse eco de tan grato acontecimiento, desde sus tiernos 16 venía siendo seducida por las bellas palabras del clérigo, con quien mantuvo una larga relación amorosa. Es que como ha expresado con excelsa sabiduría el señor hermano del primer mandatario, don Pompeyo Lugo Méndez, amar y ser amado está en la naturaleza humana. Para hacer frente a sus nuevas obligaciones, el señor presidente se autodevolverá, en lo progresivo, la mitad de su sueldo, a la que había renunciado, muy progresistamente, tras haber asumido el cargo. De este modo, al cambio actual don Fernando contará cada mes con unos mil quinientos dólares más para los cuidados y la manutención de Guillermo Armindo. Claro que no faltará quien quiera aguar la feliz noticia que siempre supone la llegada al mundo de un niño, ni quien pretenda opacar los méritos de una paternidad responsable.

No faltará quien recuerde, por ejemplo, que su santidad el papa Benedicto XVI no había relevado a Lugo de sus votos de castidad, pobreza y obediencia hasta el 31 de julio de 2008. Pero los profetas del oscurantismo y los periodistas ávidos de carroña han de saber que la Conferencia Episcopal del Paraguay ya ha pedido perdón por los pecados de sus fieles y pastores; y que como bien ha señalado monseñor Claudio Jiménez, citando la Santa Biblia, el único pecado que no puede ser perdonado es el cometido contra el Espíritu Santo. Después todo se perdona.

De modo que Santas Pascuas, y todos felices con la buena nueva.

Y ahora, con permiso de Cotugno, una noticia como Dios manda para no perder la costumbre. Según consignó el diario italiano Il Giornale, el Vaticano acaba de negarle el beneplácito a Caroline Kennedy, propuesta por el presidente Barack Obama para representar a Estados Unidos ante la Santa Sede. Parece que sus posturas en relación al aborto y a la investigación con células madre la habrían hecho merecedora del veto, que ya dejó afuera a otros dos embajadores sugeridos por Washington. Dicen que Ratzinger quiere en Roma a un yankee pro vida. Y que a Caroline (católica, madre, y para más INRI hija de JFK) en el Vaticano la consideran inapropiada. Quieren a alguien más santo. Como ellos.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad