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Brasil muestra "profundo descontento" con Uruguay

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Los dichos de Nin Novoa “no son compatibles” con una buena relación.

Las relaciones entre Brasil y Uruguay llegaron al punto más bajo en mucho tiempo, luego de que el canciller Rodolfo Nin Novoa dijera que el gobierno norteño había intentado "comprar" el apoyo de la administración de Tabaré Vázquez para no entregar la presidencia rotativa del Mercosur a Venezuela. Los dichos del canciller uruguayo motivaron un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil que marca el "descontento" del gobierno del presidente Michel Temer. Nin Novoa dijo que el intento de "comprar" a Uruguay ocurrió durante la visita a Montevideo del canciller brasileño José Serra el 5 de julio, y que tanto el presidente Vázquez como él quedaron molestos por el planteo del jefe de Itamaraty.

La Cancillería brasileña (Itamaraty) convocó ayer sobre las 5 de la tarde al embajador uruguayo en Brasil, Carlos Amorín, para hacerle saber su molestia por los comentarios de Nin Novoa. Luego emitió un comunicado en el que señala que "recibió con profundo descontento y sorpresa las declaraciones del canciller Nin Novoa sobre la visita del ministro José Serra al Uruguay, que fueron hechas durante una reunión de la Comisión de Asuntos Internacional de la Cámara de Diputados uruguaya, el día 10 de agosto".

"El tenor de las declaraciones no es compatible con la excelencia de las relaciones entre Brasil y Uruguay", agrega el comunicado brasileño.

Amorín fue recibido por el secretario general de la Cancillería brasileña, Marcos Galvão, quien expresó "el profundo descontento de Brasil con las declaraciones y solicitó aclaraciones", dice el comunicado.

La decisión de Uruguay de desprenderse de la presidencia temporal del Mercosur sigue teniendo consecuencias y generando una escalada de reproches con Brasil. Serra ya había dicho que la decisión uruguaya no tenía precedentes y generaba incertidumbre.

Como cabía esperar, Venezuela pareció regocijarse con el desencuentro entre Uruguay y Brasil, y su canciller, Delcy Rodríguez, retuiteó ayer la nota de El País que daba cuenta de las declaraciones de Nin Novoa que provocaron la reacción brasileña. Uruguay mantuvo silencio ayer sobre el tema.

Mientras tanto, aparecen intentos de mediación. Una delegación del Parlamento del Mercosur (uno por cada país socio del bloque) se reunirá hoy por la tarde con Nin Novoa. El diputado oficialista Daniel Caggiani, que será el integrante uruguayo de la delegación, dijo a El País que ante "la falla" de las cancillerías se intentará "ofrecer una válvula de escape con diplomacia parlamentaria".

"Las cancillerías se crearon para evitar conflictos, pero ahora parece que los están promoviendo y creemos que hace falta mucha más prudencia en las declaraciones", señaló Caggiani. El legislador consideró que las decisiones que se adopten en el Mercosur deben tomarse por consenso y que hay países del bloque que tienen la responsabilidad de realizar algún gesto político. La delegación también la conformarán el argentino Jorge Taiana, el venezolano Luis Rondón, el brasileño Arlindo Chinaglia, y el paraguayo Alfonso González.

El próximo 23 se reunirán en Montevideo los coordinadores del Mercosur. Tienen sobre la mesa una propuesta brasileña para que el Mercosur tenga una especie de conducción transitoria colegiada hasta que Argentina asuma su presidencia. Pero Nin Novoa ya dijo que esa idea no es compartida por Uruguay. Brasil y Paraguay no se bajan de su postura de que Venezuela no debe asumir la presidencia temporaria del bloque.

Interpretaciones.

Dos ex cancilleres uruguayos evaluaron con mucha preocupación la coyuntura. Didier Opertti, exministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Jorge Batlle, dijo a El País que el sinceramiento del canciller (Nin Novoa) "pudo ser un tanto más recatado", y consideró que "el gran responsable de lo que pasa es el señor (Nicolás) Maduro", presidente de Venezuela. "Preocupa mucho porque Maduro pueda sentir como un gran éxito provocar la división en la subregión, lo que sería una cosa muy dañina", sostuvo Opertti. "Brasil tiene un pasado imperial del cual le cuesta desprenderse. Lo conozco, lo viví. Esto viene del gobierno de Temer pero también vino del de Lula", señaló. En este sentido recordó que el ex canciller brasileño, Celso Amorim, hizo en su momento una disertación en el Parlamento uruguayo advirtiendo contra un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, lo cual generó molestia en algunos actores políticos. Pero para Opertti, es "inexplicable" que no haya diálogo entre los presidentes de Uruguay y Brasil. "Presiones hay pero hay que administrarlas en silencio a menos que se llegue a extremos intolerables como a los que se llegó con la ex presidente argentina, Cristina Fernández", opinó Opertti.

Por su parte, el ex canciller nacionalista Sergio Abreu, señaló a El País que se siente "desolado" por lo que está ocurriendo. Abreu pidió que los partidos uruguayos "unifiquen criterios para defender el interés nacional, el comercio y el trabajo". Consideró que el Mercosur está en estado de "anarquía". "Todo se ideologizó. Se va debilitando lo poco que queda de este proceso. Desde el exterior esto se ve como una telenovela", se lamentó Abreu. "Puede no gustar como actúa Brasil. La visita de Serra fue un poco intempestiva. Pero (la relación bilateral) hay que administrarla con diplomacia profesional. No se negocia por intermedio de la prensa. No podemos estar mal con los vecinos", sostuvo Abreu.

El gobierno de Uruguay no parece tener un diálogo fluido con la administración Temer. El presidente Vázquez no fue a la inauguración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro a la que sí concurrieron sus colegas de Argentina, Mauricio Macri y de Paraguay, Horacio Cartes.

Bloqueo y pase de facturas en un Mercosur carente de rumbo.

A mediados de año debió realizarse una reunión de presidentes del Mercosur que no se efectuó. Venezuela izó la bandera del Mercosur frente a su Cancillería, en pleno centro de Caracas, y convoca a reuniones a las que Brasil y Paraguay ya avisaron que no irán aunque Uruguay sí concurrirá. El Mercosur está sin rumbo y en la Cancillería uruguaya confían en que las tratativas que se realizan permitan llegar a la reunión de coordinadores del día 23 con alguna propuesta para superar el ya muy prolongado impasse.

Sin embargo, en esa reunión puede generarse otro desencuentro importante porque Paraguay pretende que se analice el encaje jurídico de Venezuela en el Mercosur, y eso obligará a Uruguay a adoptar una posición. Si bien Paraguay asegura que no tiene la intención de promover la expulsión de Venezuela, lo cierto es que el gobierno guaraní se toma revancha por la decisión de 2012 que permitió el ingreso de Venezuela. Ese ingreso se produjo a costa de la expulsión de Paraguay, cuyo parlamento se oponía al ingreso del país caribeño. Cuando el parlamento paraguayo destituyó al presidente Fernando Lugo, los restantes miembros del Mercosur interpretaron que se trataba de un golpe de Estado y echaron a Paraguay del Mercosur. Luego reingresó.

El canciller guaraní, Eladio Loizaga, dijo a El País que lo ocurrido en 2012 explica la "mala situación del Mercosur". El excanciller Sergio Abreu considera que el expresidente José Mujica tiene responsabilidad en lo que está pasando por la postura que tomó en 2012.

LA CRISIS DEL MERCOSURJUAN PABLO CORREA

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