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En un año incautan al menos 10.000 medicamentos en ferias

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Las condiciones ambientales y de conservación pueden alterar los medicamentos. Foto: Darwin Borrelli.

El Ministerio de Salud halló fármacos de venta informal en 200 puestos.

En uno de los blísteres quedaban dos o tres pastillas de un psicofármaco, una caja de analgésicos estaba afectada por el impacto de la lluvia de unos días antes y unos preservativos, conseguidos en una farmacia de ASSE, estaban expuestos a los rayos de sol. Esa fue parte de la imagen con la que se encontraron los inspectores de la Intendencia de Montevideo, el domingo 7 de mayo, en la que fue la mayor incautación de medicamentos del año. Allí, en la feria del barrio Peñarol, pasando las verduras, la ropa y las chatarras, las autoridades retiraron 2.366 fármacos —la quinta parte de lo confiscado desde mediados de 2016.

Tras esa redada, los funcionarios municipales hallaron medicamentos de venta informal en otras cuatro ferias. Hace una semana, de hecho, requisaron 105 fármacos en el barrio Conciliación. Además, Nuevo París, La Teja, Punta de Rieles, Peñarol… la cuenta sigue. En más de la mitad de las ferias —o periferias para ser más exactos— se encuentran estos productos, señala la estadística de la cartera de Salud.

El equivalente en pesos de estos más de 10 mil medicamentos, encontrados en más de 200 puestos diferentes, es un misterio para las autoridades. Pero eso no es lo más importante, según la subdirectora general de la Salud, Raquel Rosa: "cuando no está controlada la distribución ni las condiciones de venta, desde lo sanitario no hay garantía alguna".

No se trata de medicamentos truchos ni, a priori, adulterados. Son fármacos originales cuya venta informal constituye "un delito contra la salud pública", explicaron las autoridades. Aunque sean "originales", aclaró Rosa, "su consumo supone un riesgo: cualquier interacción física puede alterar a un medicamento". La exposición al sol, los altos niveles de humedad e incluso retirar una pastilla de un blíster para venderla en forma individual "perturban químicamente la composición".

Este riesgo hace que, aun cuando de apariencia el medicamento parezca intacto, se ordena la destrucción. Es la Justicia quien dispone la medida y también es ella la que "puede ordenar una investigación más profunda".

El Ministerio de Salud maneja dos hipótesis sobre cómo estos fármacos van a parar a las ferias, pero no quisieron ahondar en detalles para no alterar las investigaciones en curso. Sí aclararon que "no se descarta que la filtración pueda darse en cualquier parte de la cadena —desde la salida de los laboratorios hasta que un usuario compre de más en una farmacia".

Fuentes policiales recordaron que "en los últimos tiempos no se han dado robos relevantes en farmacias", lo que hace caer la opción de que los fármacos del mercado negro son fruto de delitos efectuados en comercios de barrio.

El código de cada lote, al ser medicamentos originales, permite en teoría hacer una trazabilidad. En la práctica, sucede que "en Uruguay se registra solo la primera entrega y el seguimiento no es completo", explicaron fuentes del Ministerio de Salud.

Previo al inicio de la "modernización" de las farmacias de ASSE, parte de los medicamentos incautados habían sido "robados" de este prestador. "En los últimos años el ritmo ha ido bajando y desapareciendo", confirmaron fuentes del organismo público.

Entre los 2.366 medicamentos que la Intendencia de Montevideo retiró de la feria de Peñarol, había fármacos de 56 laboratorios distintos. Sobre todo eran jarabes y analgésicos. Aunque la venta ilegal sigue sin encontrar la cura.

"La venta en kioscos también es ilegal".

El único comercio habilitado para la venta de medicamentos es la farmacia. Punto. El Ministerio de Salud no acepta otra vía de comercialización. La oferta que hacen algunas estaciones de servicio y kioscos, muchos de los cuales además venden pastillas por unidad, "es ilegal". Toda farmacia, en cambio, para abrir sus puertas debe contar con una autorización, aunque luego haya otros trámites sobre higiene que estén en trámite. "Por más que el lugar parezca prolijo y que la caja del medicamento no esté visiblemente al sol, la compra en lugares no autorizados siempre supone un riesgo", dijo la subdirectora general de Salud, Raquel Rosa. La venta libre, aclaró, "significa que puede comprarse sin receta, pero no quiere decir que se puede comprar en cualquier lado".

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Las condiciones ambientales y de conservación pueden alterar los medicamentos. Foto: Darwin Borrelli.

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