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Ancap no dudó y bajó las ganancias de distribuidores

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Cosse ha dicho que quiere "emprolijar" los números de Ancap. Foto: archivo El País
CAMIONES CISTERNA DE COMBUSTIBLE DE ANCAP EN LA TABLADA, FOTO CARREÑO, ND 20100811 Sobrecarga. Los camiones hicieron varias horas de cola ayer enla planta de La Tablada, que está saturada por el escaso combustibleque llega a Paysandú.¶
LEONARDO CARREÑO

El abastecimiento está asegurado; el director blanco se opuso a la medida.

La ministra de Industria, Carolina Cosse, y la presidenta de Ancap, Marta Jara, se mantuvieron firmes y a partir de hoy el margen de ganancia de los sellos de distribución de combustibles (Ducsa, Axion y Petrobras) bajará 10%.

Aunque en la comisión de Industria de la Cámara de Senadores las funcionarias aseguraron que existía diálogo con los sellos, lo cierto es que ayer, tras una resolución adoptada por cuatro votos contra uno en el directorio de Ancap, la empresa pública decidió comenzar a aplicar las nuevas condiciones a partir de las 0 horas de hoy. Mientras tanto, los estacioneros, a los que Ancap también tiene la intención de recortar sus ingresos a partir del 1º de enero, siguen esperando que el ente los convoque a una instancia de diálogo que hasta ayer de tarde no se había concretado y su gremial continúa en una especie de sesión permanente.

El voto en contra de la resolución de ayer fue del director nacionalista Diego Labat, quien dijo a El País que no se debió haber llegado a una situación como la planteada y que teme que los distribuidores comiencen acciones judiciales. Y evaluó que es "difícil" que en las actuales circunstancias se llegue a un acuerdo entre los sellos y Ancap. "Debió haberse llegado a este momento con una solución o prorrogar" (los contratos que vencieron ayer).

De todas formas, Labat consideró poco probable que los sellos decidan no retirar combustible como protesta, y reconoció que una reunión que mantuvo el gerente general de Ancap, Ignacio Horvath, con las empresas distribuidoras contribuyó a calmar un poco los ánimos, aunque las posiciones seguían distantes hasta ayer.

Un portavoz de Petrobras, empresa que tiene 88 estaciones de su sello en Uruguay (hay en total 477), dijo a El País que "la compañía va a distribuir combustible siempre que Ancap se lo entregue". De esta forma parece diluirse que pueda haber desabastecimiento.

La presidenta de Ancap, Marta Jara, defendió los cambios vehementemente en la comisión de Industria del Senado. "Lo que planteamos es que a partir de pasado mañana, en los contratos nuevos, se cambien los parámetros económicos; es lo único que estamos solicitando. Creemos que es un paso muy importante, pero con ello no estamos modificando todo el esquema. En este período de transición nos vamos a sentar a escribir esas reglas, la letra chica. No somos soberbios ni sordos; nos interesa ver en qué medida los actores pueden perfeccionar el sistema pero, obviamente, hay oposición de intereses", dijo la funcionaria ante los parlamentarios.

Cosse y Jara advirtieron además que no se puede seguir retribuyendo a los estacioneros en función de una paramétrica que incluye costos "inauditables" por parte de Ancap, por lo que se estableció el criterio de los volúmenes de combustible vendidos por mes para determinar las denominadas "bonificaciones". Unas 170 bocas de venta, las que venden más de 150.000 litros mensuales de combustible, si a partir del 1° de enero Ancap concreta los cambios que planea, verán caer su "bonificación" en un 38%. Las 60 estaciones que venden menos de 30.000 litros incrementarían sus ingresos 5%. Labat cuestionó en el Parlamento que se está diseñando un sistema cuyos parámetros "no están demasiado claros (...) Ese modelo termina interviniendo más en el mercado, decidiendo cuánto tiene que cobrar una estación y cuánto tiene que cobrar la otra (...) porque cuando uno entra a rascar estación por estación se da cuenta de que hay estaciones sobre la rambla, en muy buenos puntos de Montevideo, que van a recibir más y que hoy son estaciones chicas. Y son chicas porque tienen el piso de pedregoso en vez de hormigón (...) una cosa es si hablamos de la estación de Blanquillo, que sin duda es una estación chica y probablemente haya que protegerla, y otra cosa son algunas estaciones chicas que no hay que protegerlas necesariamente", sostuvo Labat.

Los senadores opositores insinuaron que las autoridades son rigurosas con los privados pero no actúan con celeridad para resolver los problemas financieros de Ancap que son los que explican los cambios que ahora se impulsan. El senador colorado Pedro Bordaberry disparó que "la contundencia que se muestra con respecto a quienes distribuyen no la hemos visto cuando pedimos definiciones en otras áreas donde se pierde mucho más dinero".

Jara argumentó que "estamos comprometidos en equilibrar los números de Ancap y se necesita todo para lograr mayores eficiencias; no es una cosa o la otra".

Blancos ven riesgos para los empleados.

El senador nacionalista Carlos Camy, quien fue director de Ancap, insinuó que los cambios que propone el gobierno afectarán la rentabilidad de los estacioneros, que ya está acotada, y podrían llevar a la pérdida de puestos de trabajo. "Ahora bien. En realidad, sabemos que el precio del combustible se compone de tres grandes rubros: de la importación y la refinación —el costo Ancap, como le llamamos vulgarmente—, los impuestos y, por último, los costos de distribución, que es el porcentaje menor y donde se incluyen el flete, las distribuidoras, las bonificaciones, etc. Supongo que el impuesto —que, en un litro de nafta, debe representar el 40% o 42%— debe ser, literalmente, caja del Estado, más o menos (...) Entonces, por ahí empezamos: el 10% del costo de distribución secundaria es lo que el Poder Ejecutivo definió y encomendó bajar a Ancap (...) Me pregunto si está prohibido que, por ejemplo, se saque a los 25 trabajadores de una estación y que el combustible se autodespache; eso no está prohibido y hoy lo podríamos hacer como en Europa o en Estados Unidos. Esta puede ser una de las consecuencias, seguramente, porque no creo que ninguno de los grandes estacioneros quiera perder plata", reflexionó el legislador.

En las estaciones de servicio trabajan 8.342 personas, de las cuales unas 4.500 son "pisteros". El 62% de las estaciones de servicio son micro o pequeñas empresas. "Ojalá esas modificaciones me convenzan y sean para bien, pero lo cierto es que estamos afectando algo que funciona de manera óptima", advirtió Camy.

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Cosse ha dicho que quiere "emprolijar" los números de Ancap. Foto: archivo El País

A PASO FIRMEJUAN PABLO CORREA

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