El canciller Luis Almagro, candidato único a la Secretaría General de la OEA, dijo ayer a la agencia EFE que de ser elegido apostará por alejar las "opiniones políticas" de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y por recuperar el carácter técnico de ese organismo.

Almagro, que aspira a reemplazar al chileno José Miguel Insulza al frente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en las elecciones del 18 de marzo, expuso ayer su visión sobre la CIDH en un debate con representantes de la sociedad civil. "La CIDH es un órgano técnico de promoción y protección de los derechos humanos. Las opiniones políticas no son esencialmente parte de un componente técnico. En ciertos contextos, pueden escapar de esa lógica", explicó Almagro.

Ante un auditorio con más de cien personas, se comprometió a promover la participación de la sociedad civil en la CIDH, pero defendió que este organismo, dedicado a la protección y promoción de los derechos humanos, "no puede confundir su trabajo con el de las organizaciones sociales".

En su opinión, los miembros de la CIDH no pueden convertirse en "activistas de derechos humanos" y su trabajo, como "técnicos profesionales" debe de ser el de promover y proteger el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

"El activismo y la militancia le corresponde a las organizaciones que se ocupan de esos temas", zanjó el canciller, que para su elección como secretario general cuenta con el respaldo expreso de, al menos, 18 países del continente.

Almagro ahondó en que, tras su creación en 1959, la CIDH "tuvo que asumir funciones jurisdiccionales" porque la Corte Interamericana de Derechos Humanos fue creada mucho después, en 1979, tras la entrada en vigor un año antes del Pacto de San José de Costa Rica.

"A la Comisión parece que le gustó ese trabajo porque muchas veces la CIDH, incluso, prejuzga los casos que luego lleva a la Corte", apuntó.

Almagro propone que mantenga perfil técnico en la OEA