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Afecto, la mejor terapia para niños testigos de violencia

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Profesora doctora Laura Viola. Foto: Marcelo Bonjour
Nota a psiquiatra, Dra, ND 20160223 foto Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

Los niños que son testigos de violencia, como es el caso de la menor de edad de 3 años que convivió por días con su madre y su padrastro muertos, y el niño paraguayo de 7 años que vio morir a sus padres asesinados a balazos, sufren consecuencias emocionales, conductuales y cognitivas, indicó la psiquiatra infantil Prof. Dra. Laura Viola.

La profesional cree que la niña, con una buena contención afectiva, puede sobrellevar más fácilmente la situación, en cambio en el caso del niño es más difícil que esto ocurra.

Este mes dos niños fueron protagonistas de situaciones traumáticas que tomaron estado público a través de los medios de comunicación. Uno de ellos tiene 7 años y es paraguayo. Sus padres, Ramón Agustín Quevedo Arce (45) y su pareja, Claudia Guerrero (40), fueron acribillados a balazos en la camioneta en la que iban los tres, en la avenida Giannattasio en Canelones, el pasado 6 de febrero.

El menor de edad presenció cómo los mataban y también vio cómo la camioneta de su familia chocó contra Marcela Artagaveytia, una adolescente de 16 años, quien falleció por el impacto. El consulado paraguayo se hizo cargo de él a la espera de la llegada de su tía al país, quien lo vino a buscar y lo llevó a Paraguay.

La otra niña tiene 3 años. El pasado jueves 18 de febrero fue encontrada con vida junto al cadáver de su madre de 21 años y su padrastro de 40 en una casa en Paso de la Arena. Junto al cuerpo de la pareja había un arma calibre 22. La Policía y el Instituto del Niño y el Adolescente (INAU) califican lo ocurrido como violencia doméstica.

"La niña ha sido testigo involuntaria y por consiguiente víctima directa de la violencia en el hogar, por lo cual el daño psicológico y emocional es profundo", indicó el INAU.

El mismo jueves, el Instituto asumió por disposición judicial la protección integral de la niña. La abuela materna pidió la tenencia. El INAU realizó un "estudio del contexto social y familiar de la niña con el objetivo de asegurar en el menor tiempo posible su derecho a vivir en familia".

Actualmente la menor de edad "está con referentes familiares. La mejor situación para la niña es estar con referentes afectivos. Y además el INAU sigue acompañando el proceso", informó la presidenta de INAU, Marisa Lindner.

La psiquiatra infantil Laura Viola dio su visión profesional acerca de estos dos niños y lo que les ha tocado vivir.

—¿Cuáles son las consecuencias psicológicas en estos niños de 7 y 3 años?

—Toda situación violenta a la que se enfrentan los niños va a generar siempre una alteración importante en su desarrollo. El desarrollo emocional y conductual de los niños para que sea armónico, feliz, debe estar hecho de tal forma que los eventos vitales estresantes sean los menores posibles. Hay muchos niños que se enfrentan a situaciones de violencia extrema, desde los niños de la guerra, los niños que viven en barrios muy violentos, no es excepcional que esto pase. Quizás la excepcionalidad del hecho, lo dramático del hecho estuvo dado por la permanencia durante horas de la niña con la madre y el padrastro fallecidos. ¿Qué es lo que más nos angustió a todos? Es qué va a hacer esa niña de 3 años sin nadie a quien poder referirse. Esto es muy similar a lo que le pasó al niño de 7 años cuando matan a los padres. Los padres, más a estas edades, son aquellas figuras protectoras, cuando esas figuras desaparecen en una forma abrupta, la sensación es de vacío absoluto y de pérdida. A nivel mundial hay un porcentaje de 1% de niños a los que se les mueren ambos padres por distintos motivos. Esos niños, está bien estudiado, presentan una repercusión importante en el desarrollo. Esto tiene que ver con tres situaciones: el haberse quedado sin padres, el haber presenciado esa situación y qué repercusiones va a tener en el futuro. Las repercusiones en los niños que son testigos de violencia familiar o de violencia en general están bien estudiadas. Este tipo de situaciones repercute en todas las áreas: en lo emocional, a través de la ansiedad y la depresión, en lo conductual (con un comportamiento disruptivo, inadecuado, destructivo, como tirar piedras, lastimar a otros) y desde lo cognitivo, en la capacidad intelectual del niño, por ejemplo, va a demorar más en aprender.

—¿El impacto es diferente en cada una de esas edades?

—En el caso del niño de 7 años, el horror del dramatismo y el terror de lo que significa quedar solo en una balacera, el niño queda paralizado frente a esto. Por eso creo que en algunos medios hablaban que el niño estaba en estado de shock. Por otro lado la niña de 3 años, el hecho de la muerte de la madre tiene una enorme repercusión en el desarrollo, hay una carencia, una ausencia muy difícil de llenar. A los 3 años, si bien en el desarrollo normal están empezando a poder aceptar la separación, por eso pueden empezar el jardín, ir al club, a un cumpleaños, no es una separación que sea definitiva. Pero esta niña, con un buen núcleo familiar que la acoja tiene posibilidades de no tener tanta repercusión. En el niño de 7 esto es más complicado. En el caso de la niña, si la violencia era continua en su casa, con lo ocurrido, pese a haber perdido a su madre, hay una disminución de la tensión en su vida y esto es muy importante. Por supuesto, esto no compensa la ausencia materna. Parece muy distinto en el caso del niño, que estaba con los padres de vacaciones.

—¿De qué manera hay que tratar a esos niños para que puedan sobrellevar lo que les pasó?

—En esto hay dos grandes posturas teóricas. Una de ellas tiene que ver con poder aprender a manejar el trauma, no esconderlo, pero no tenerlo presente. Hay otras posturas teóricas que buscan mucho más la elaboración del trauma a través de tenerlo mucho más presente. Lo que sí importa es la calidad y calidez de las personas que acojan a estos niños, y solo realizar un tratamiento con profesionales si presentan síntomas de estrés postraumático, como no poder dormir. Lo importante es un acompañamiento del niño y de la familia de acogida.

—¿Es posible que estos niños puedan superar totalmente estos episodios?

—Pueden superar el evento traumático, pero no necesariamente uno se olvida de lo que vivió. Las consecuencias puede superarlas. Por ejemplo, es importante cómo el niño aprende que se resuelven los conflictos, ¿es a los balazos que se resuelven? Este niño de 7 años me parece de más alto riesgo que la niña; las consecuencias pueden llegar a la adultez.

Psiquiatra infantil.

Hasta hace una semana era la directora de la Cátedra de Psiquiatría Pediátrica de la Facultad de Medicina, debió dejar el cargo cuando cumplió 65 años. Se desempeñó en ese lugar durante 13 años.

Es profesora de Psiquiatría Pediátrica y coordinadora del Departamento de Psiquiatría Infantil de la Asociación Española desde 2011. Asimismo, desde hace más de un año y medio es vicepresidenta de la Asociación Mundial de Psiquiatría de Niños.

Es representante para América Latina de WPA (World Psychiatry Association) desde 2011. Es la secretaria general de la Liga Latinoamericana para el Estudio del TDAH desde junio de 2015. Es secretaria general de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia.

Perfil.

Nombre: Laura Viola - Edad: 65 años - Otros datos: Fue directora de la Cátedra de Psiquiatría Pediátrica de Medicina durante 13 años.

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Profesora doctora Laura Viola. Foto: Marcelo Bonjour

Laura Viola

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