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El vinilo vuelve a girar de la mano de los clásicos del rock

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Nostálgicos. Los consumidores de vinilo van tras los clásicos de época. Foto: Darwin Borrelli.

The Beatles, Rolling Stones o Pink Floyd lideran las ventas en las disquerías, donde las unidades nuevas cuestan entre US$ 30 y US$ 60; se apunta a un público de nicho con más de 30 años.

Por nostalgia, por completar una colección o por el solo hecho de tener el disco del artista favorito en vinilo, este formato musical resurgió en la industria mundial como hace muchos años no lo hacía. Solo en Reino Unido, junto al streaming, el vinilo fue la forma de consumo musical que más creció en 2015, con un ascenso de hasta un 64%, el nivel más elevado en 21 años, según un informe publicado la semana pasada por la Industria Fonográfica Británica (BPI). La venta pasó de 400.000 unidades en 2012 a 2,1 millones en 2015.

Si bien en Uruguay los volúmenes no son tan significativos, año a año, las góndolas dedicadas a este formato copan más superficie. Según Mauricio Ubal, presidente de la Cámara Uruguaya del Disco, en 2015 se vendieron en Uruguay unos 450.000 entre CD y DVD, y tan solo 284 vinilos, aunque este último dato se acota a los de artistas locales.

Álvaro Huluk, jefe de compras de Palacio de la Música, dijo que el fenómeno ya posee entre tres y cuatro años en la firma, donde el incremento de ventas llega a un 50% anual. En la empresa, que maneja un catálogo de 300 títulos diferentes, en promedio un disco puede costar entre US$ 35 y US$ 60. Se trata de productos nuevos «con presentaciones y gramajes mejores que los originales», aclaró Huluk. Su firma logró incluso vender una edición especial box de los Rolling Stones en US$ 510.

Es que, en general, se trata de discos de rock que marcaron una década. «Los compradores no quieren las recopilaciones de canciones o de artistas, sino que van detrás de los discos de estudio que hicieron historia, como Legend de Bob Marley, The Dark Side of The Moon y The Wall de Pink Floyd, o cualquiera de The Beatles. El más vendido del último año fue The Dark Side of The Moon, que colocó 50 unidades», ejemplificó.

En Todomúsica el fenómeno es similar. Del total de discos vendidos de rock clásicos, un 99% son álbumes de estudio o en vivo. «El disco clásico de una década determinada no dura más de una semana en la góndola», apuntó Tabaré Suárez, gerente general de la firma, que decidió sumarse a la movida en 2014. Su primera partida de 160 unidades se vendió como «pan caliente», recordó Suárez.

En sus góndolas, las fichas también están puestas en los clásicos de rock como The Beatles, Rolling Stones, Pink Floyd, Michael Jackson, o Nirvana, pero con el tiempo y el aumento de la demanda, ahora se pueden encontrar otros géneros (como jazz, música clásica o nuevos lanzamientos de artistas locales e internacionales). Incluso, se importan discos puntuales a demanda de clientes de la casa. La firma vende unas 200 unidades por mes y en 2015 duplicó sus ventas con respecto a 2014. Sus precios promedian entre US$ 40 y US$ 50 dólares, y los de más valor en su catálogo son On Air, Live at BBC de The Beatles, (US$ 100); Crossroads Guitar Festival, de Eric Clapton (US$ 99) y The Wall, de Pink Floyd (US$ 85).

Luis Bercovicy, propietario del local clásico de discos de vinilo El Astro de los Discos, también siente el impulso del negocio, aunque en menor medida. Sus ventas se mantuvieron o subieron «algo».

«Se ha ido incrementando el mercado ya sea por discos nuevos y por la posibilidad de encontrar tocadiscos nuevos, aunque una gran parte sacó el que tenía guardado o lo compra por Internet. Su local maneja unas 5.000 unidades y llega tanto a coleccionistas como a aquellos que buscan tener su disco favorito en este formato.

Al igual que las disquerías, el rubro más demandado es el rock, aunque observa un incremento en folklore y canto popular uruguayo. En su caso, el valor promedio de los discos es $ 300, aunque la franja de extremos es más elástica y puede pasar de $ 10 (usados para decoración) a $ 500.

juegan de local

De la mano del aumento del consumo a nivel doméstico, los artistas nacionales encontraron un nicho a explotar. Tanto es así que, en el top ten de ventas de Todomúsica, junto a tres álbumes de Pink Floyd se colaron dos de No Te Va Gustar, el nuevo de La Vela Puerca y la reedición del clásico de Buitres Deliciosas criaturas perfumadas.

Los artistas locales venden bien. Según Huluk, de Palacio de la Música, vender 10 discos al mes es un buen número y las ediciones de artistas como Eduardo Mateo, Buitres y No Te Va Gustar llegan a 20 y 30 mensuales. Incluso la reedición del trabajo de Buitres lleva 52 unidades, el más vendido hasta el momento, según destacó.

En el caso de No Te Va Gustar, el grupo va por el cuarto disco en ese formato, con el detalle de que en los dos últimos redoblaron la apuesta: en vez de «sacar» al mercado 500 unidades (lo mínimo exigido para que sea rentable) decidieron editar 1.000, destacó Andrés Sanabria, el creador del sello Bizarro Récords. «Se decidió ampliar la cantidad porque es una banda que viaja y lleva estos discos para venderlos al exterior, donde el vinilo tiene un fuerte resurgimiento», acotó.

El principal de Bizarrro afirma que la apuesta por el vinilo no es por «hacer negocio» sino que es una forma «cálida» de acercarse al usuario. Su sello ya tiene previsto editar tres bandas en vinilo a lo largo de 2016.

En Uruguay, el revival del vinilo alcanzó para que surja un nuevo sello editorial: LittleButterfly Récords, responsable de la nueva edición del disco de los Buitres, de Sangre (2015), de Hablan por la espalda y tres clásicos locales: dos de la legendaria banda Psiglo Ideación (1974) y Psiglo II (1975) y uno de de Eduardo Mateo, Cuerpo y Alma (1984).

Perfiles

Por el costo de los discos y los títulos editados, este mercado atrae a usuarios con más de 30 años que escuchan rock o géneros afines y que, en algún caso, tuvieron contacto con discos en su juventud, explicaron los consultados. En el caso de Todomúsica, se trata de un público fijo que tiene su bandeja en la casa, no consume Spotify ni MP3, es apasionado por la música, sobre todo por ciertos artistas, detalló Suárez. También ubicó en este grupo al sector de DJ que no trabaja con MP3.

En tanto, Ubal entiende que el interés por el vinilo es por una «reconsideración del objetivo del disco, porque con lo digital se diluye la imagen física y el vinilo se transforma en un elemento simbólico, un fetiche que vuelve a cobrar vida».

Coincide en este punto César Lamschtein, ingeniero de sonido y jefe del Auditorio Nacional del Sobre: «Hay una generación que busca ‘tangibilidad’, tener en un formato físico su disco favorito». Para el experto es claro que el vinilo «técnicamente no tiene mejor calidad de sonido que el formato digital», sin embargo, aclaró que la reproducción perfecta no siempre «es la más linda», sino que para el oído humano «hay distorsiones agradables». Entonces, por psicoacústica (percepción del sonido), el vinilo presenta ruidos en ciertos estilos musicales «que lo hacen más agradable», a lo que se suma que es un género escuchado con una mejor estructura que los «digitales».

Así, si bien el vinilo no significa aún un gran negocio, cada vez más bandas y usuarios deciden que la música suene cuando el disco comienza a girar y la púa toque «la pasta».

Las ventas de las bandejas de vinilos acompañan el envión

De la mano de la venta de vinilo, también se vitalizó el comercio de bandejas, explicaron fuentes del sector. En Palacio de la Música, por ejemplo, ofrecen bandejas para el público «hogareño» a precios que oscilan entre US$ 170 y US$ 300. Según Álvaro Huluk, responsable de compras de la firma, la venta crece entre 20% y 30% por año. «Compran tanto personas que tenían una bandeja, la regalaron y quieren volver a escuchar en vinilo, como los nuevos consumidores de este formato», indicó.

Todomúsica sumó bandejas en abril de 2015. La compañía también apostó por rangos de precios que van de US$ 100 a US$ 300. «A partir de los US$ 250 son bandejas que permiten cambiar la velocidad, los agudos, jugar un poco con el sonido», explicó el gerente general, Tabaré Suárez. «Incluso tenemos una de china, de buena calidad, que se vendió como agua», señaló. La firma llegó a vender en 2015 unas 250 bandejas. Ahora ofrece una promoción que con la compra de cinco discos de vinilo regala una. 

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Nostálgicos. Los consumidores de vinilo van tras los clásicos de época. Foto: Darwin Borrelli.

INFORMEPor Antonio Larronda | [email protected]

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