Nació en Bahía Blanca, Argentina. Tiene 41 años y está casado. Recuerda que desde los ocho años le gusta la tecnología. Es licenciado en sistemas y tiene un Executive MBA del IAE Business School (Universidad Austral).

Luego de 15 años donde incursionó en empresas y emprendimientos propios, ingresó a Intel en 2008. Con los años, creció en la empresa hasta que en 2015 pasó a ser responsable de los mercados de Uruguay, Paraguay y Bolivia. Dice que en América Latina hay un gran potencial de crecimiento con una alta demanda de tecnología. Incluso, ante una crisis económica ve a la tecnología «como una solución». En la región, destaca a Uruguay como país innovador. Sus hobbies son el running y andar en moto.

Intel es una de las grandes compañías de tecnología en el mundo. ¿En qué buscan distinguirse?

Somos la empresa por excelencia en convertir silicio en procesadores. Y el cerebro de la innovación y transformación tecnológica en computación es el microprocesador. Esto es algo que me convenció de entrar a la compañía: su visión de enriquecer la vida de las personas a través de la tecnología. Y si nos imaginamos el mundo en un futuro cercano, eso está sucediendo. En los próximos años va a cambiar aún más la vida, porque la tecnología está cada vez más en la vida de las personas, más allá de la computadora, el datacenter y el celular, con Internet de las cosas, los wearables, accesorios o automóviles, casas, etcétera. Pero no se trata solo de la tecnología, sino de cómo las personas interactúan con la tecnología, algo que las generaciones actuales ya lo tienen desde la cuna y será parte de su vida.

¿Hacia dónde cree que se dirige esa evolución?

La evolución de los productos va hacia la movilidad, la rapidez y la reducción de tamaño. Con cada avance de procesador Intel se concentra en tres puntos importantes: mayor rendimiento con menor consumo energético en menos espacio. A modo de ejemplo, este año lanzamos el Compute Stick, un dispositivo parecido a un pen drive pero que es una computadora completa, con el procesador Intel Atom quad-core, que ejecuta Windows 8.1. Cualquier elemento que tenga un conector USB se convertirá en una computadora. Comenzará a comercializarse en Uruguay y en la región en las próximas semanas. También hemos trabajado con empresas de cartelería interactiva porque necesitan inteligencia adentro.

La ley de Moore, planteada en 1965 por el cofundador de Intel, Gordon Moore, sostiene que el número de transistores en un circuito integrado se duplica aproximadamente cada 24 meses. ¿Se puede seguir reduciendo los tamaños?

Sí, viene ocurriendo desde que la ley se originó, hace 50 años. El primer transistor tenía el tamaño de las gomas que traen los lápices, hoy día existen 6 millones de transistores puestos en un punto. Es muy difícil imaginarse eso, pero es un claro ejemplo de lo que es innovación constante en Intel.

Precisamente, ¿cómo fomentan la innovación?

En las empresas tecnológicas es muy importante el equipo humano, que es en definitiva el que innova. La propuesta de la compañía está orientada a explorar el potencial que todos los seres humanos llevan dentro, una idea que se sintetiza en su estrategia de comunicación global «Look Inside». Se impulsan diferentes iniciativas para inspirar a las personas a buscar dentro de sí las ideas y las acciones que pueden llevarlas a innovar y tener un impacto positivo en el mundo.

Eso pasa por medio de iniciativas que abarcan todos los frentes de negocios tecnológicos, como salud, industria, educación, big data, Internet de las cosas, cloud computing, entre otros.

¿Cuánto significa América Latina para Intel?

Es muy importante porque la región registra un crecimiento constante. En volumen de negocio, en los últimos años se multiplicó por cinco. En las economías emergentes hay muchas oportunidades porque hay mayor acceso a la tecnología y se generan maneras para a través de ella mejorar la vida de las personas.

A comienzos de 2015 se conformaron dos nuevos grupos de trabajo para América Latina: ACCP (Argentina, Chile, Colombia y Perú) y una nueva región de más de 20 países denominada E-Lar (mercados emergentes de América Latina), que incluye a Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay y países de Centroamérica y el Caribe. Es un modelo utilizado a nivel global por Intel que no requiere de oficinas estáticas en cada país. Los recursos humanos distribuidos en la región brindan soporte a cada mercado local.

¿Cómo se compone el negocio de Intel?

En Latinoamérica las áreas de negocios son empresas (privadas y públicas) y consumo (personas). La primera se divide en grandes, pequeñas y medianas. Dentro de cada sector existen muchos segmentos de productos. Por ejemplo, en empresas y gobiernos hay un gran consumo de servidores, datacenter, notebooks, computadoras, micro computadoras, entre otros. Todos los segmentos son importantes y van apalancándose en formas distintas.

Vemos una relación directa entre lo que hacen las políticas públicas y lo que hacen las compañías con el consumo de tecnología. El volumen de negocios, en la mayoría de países, es 50% y 50% entre empresas y consumidor final.

¿En qué áreas de negocios ve mayor crecimiento?

En todas las áreas de negocios. Las compañías públicas o privadas que crecen o se crean incorporarán tecnología, porque quien no lo haga estará en desventaja.

También las personas lo están haciendo. Todos tienen una computadora propia, televisores inteligentes, tablets e incluso ya se ven casas y algunos autos inteligentes, entre otros.

También hay oportunidad en educación, sobre todo porque los gobiernos están realizando inversiones muy fuertes para mejorar la calidad y uno de los factores diferenciales es el uso de la tecnología. Pero para que los niños la usen, todo el ecosistema, el público y privado, tiene que enfocarse en generar el espacio para que eso ocurra. Los docentes deben estar preparados y los niños deben tener un programa adecuado. Para ello, tenemos Intel Educar, un programa de capacitación para docentes y alumnos. Además, contamos con una plataforma educativa que permite la comunicación. Por último, para complementar el trabajo, ofrecemos equipamiento para conformar aulas digitales.

¿Y cómo ve a Uruguay en su negocio?

En este país, las empresas y personas están muy avanzadas. Es un mercado consolidado y creo que hay una oportunidad de traer innovación para mejorar la forma de hacer negocios. Y por las características del mercado los últimos lanzamientos llegan rápido.

A su vez, ante la realidad de que más de un 30% de las empresas tiene tecnología de más de cuatro años, vemos una oportunidad de mejora y de negocio. Ahora nos toca llegar y comunicar en forma directa los beneficios y captar esa gran oportunidad de crecer.

En el sector público también, porque la estrategia país proyecta que la tecnología juegue un papel muy importante, por ejemplo, con gobierno electrónico, donde la apuesta es a que en este gobierno los trámites se puedan hacer por Internet. Es un mercado muy innovador. Creo que Uruguay es uno de los países que se va a destacar en el uso de tecnología y en el tipo de consumo; en definitiva, en cómo se adapta la tecnología para mejorar la calidad de vida.

Además, que un 70% de la población acceda a Internet significa que lo hacen desde algún tipo de dispositivo con esta tecnología.

¿Cuánto estiman crecer en el país?

En esta etapa estamos evaluando las oportunidades de crecimiento y tratando de entender cuál es la mejor forma de ayudar al ecosistema (empresas, canales de ventas, distribuidores, consumidores) para saber en definitiva cuál es la mejor manera para llegar. El objetivo es acelerar la llegada de los productos. Por ejemplo, en las próximas semanas entrará el stick.

¿Afectará a Intel la recesión económica en las economías latinoamericanas?

La tecnología es un factor clave para solucionar problemas, optimizar funciones y ahorrar costos operacionales. Por esta razón, el sector tecnológico reacciona de manera distinta en momentos de crisis económicas y realidades coyunturales de desafíos. La tecnología en sí misma puede ser una solución a todos los problemas.

La región de América Latina sigue siendo para Intel una geografía de mucha atención y destaque en ventas y expansión porque está compuesta por países de economía emergente, con plena expansión de los negocios, tanto en el área corporativa como la de consumo. Estamos ahora en un momento en que las empresas están valorando el área de TI como parte estratégica de los negocios y, por otro lado, el empuje de ventas de consumo es fuerte, pues los consumidores ya consideran la tecnología como parte de sus vidas y rutinas.

¿Cómo divisa a futuro la expansión de su negocio?

Antes estaba presente solo en los centros de cómputos, en los escritorios, hoy está en cada espacio del día a día por la movilidad. El futuro es entender que la tecnología está presente en todos los aspectos de nuestras vidas y ver cómo se va a utilizar. La tecnología por sí sola no tiene sentido. Por ejemplo, la ropa inteligente tiene sentido si se le da uso.

En ese sentido, ¿cuál es el próximo nivel?

Es difícil prever el futuro hoy en día, pero creo que sería el Internet de las cosas, los productos que tienen la capacidad de procesar datos, compartir y generar información. Por ejemplo, en Chile se hicieron chalecos para mineros que al entrar a las minas detectan si hay algún gas raro. Eso antes era impensado.

Se espera que existan 15.000 millones de dispositivos conectados en los próximos años que generarán un gran volumen de datos. El desafío entonces es procesarlos para que se vuelvan entendibles para las empresas o las personas. Esto traerá un rápido aumento de las tecnologías emergentes, tales como tecnología sensorial, reconocimiento de voz, realidad aumentada, control por gestos y las interfases de usuario usables.

Creo que esto va a generar una nueva era y las empresas apuntan a eso. Y nosotros estamos viendo de ofrecer en un espacio diminuto y con poco consumo energético una gran capacidad de procesamiento de datos.

¿Cuáles son las principales trabas de una empresa tecnológica para crecer?

Desde el punto de vista de Intel, la clave tiene que ser su potencial de innovar en muchos sentidos. En el ambiente de la tecnología, una empresa debe ofrecer lo que es el estado del arte en soluciones, al mismo tiempo que visiona, piensa y arranca con los intentos de proyectos que van a ser clave para la sociedad y la industria de los próximos años y décadas.

En una compañía de tecnología resulta clave estar al frente en el modo de pensar y solucionar problemas de la sociedad, de las personas y de las propias empresas.

Ante tanto dato, ¿cómo aborda Intel el problema de seguridad informática?

La seguridad cibernética es uno de los mayores temas de la industria de Tecnologías de Información, un mercado de US$ 60.000 millones en 2012 y con perspectiva de crecimiento de US$ 81.000 millones en 2016. Ante esto, Intel adquirió a McAfee —empresa de software de seguridad— en 2011 y ahora combina la potencia de nuestras soluciones de hardware y software en una plataforma de seguridad integrada.

Comenzó a trabajar en consultoría donde descubrió que lo que estudió podía generar un cambio real. En los próximos seis años creció su relacionamiento con clientes.

Decidió comenzar un emprendimiento con amigos. Fue una empresa de soluciones de software en donde pudo profesionalizar su conocimiento del negocio.

Ingresó a Intel y cumplió uno de sus objetivos que era integrarse a una empresa multinacional que le permitiera explotar el conocimiento que había desarrollado.

Intel le dio la responsabilidad de desarrollar una tienda de aplicaciones desde un lugar más comercial y de marketing, y dejó atrás el desarrollo de software.

Son los millones de dólares de ingresos de Intel a nivel mundial en el primer trimestre de 2015.

Millones de dólares en efectivo generó por sus operaciones el primer trimestre. Pagó dividendos por US$ 1.100 millones y utilizó US$ 750 millones para recomprar US$ 21 millones de acciones.

Leandro Cino - Country Manager de Intel para Uruguay, Paraguay y Bolivia