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Los secretos de gestión detrás del hit inspirado en Soda Stereo

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Sáenz. Explicó que la gira del show se basó en datos de Spotify. Foto: Francisco Flores.

El backstage del show "Séptimo Día", del Cirque du Soleil, conjuga creatividad con análisis de mercado y una rigurosa ética de trabajo

A simple vista, las técnicas del management poco tienen que ver con la música y el arte. Por eso, cuando le explicaron que tenía que hacer estudios de mercado para validar su idea, el productor argentino Diego Sáenz se quedó perplejo. «Veníamos del mundo del entretenimiento, no sabíamos qué era un focus group», recordó. El proyecto que traía entre manos era producir un espectáculo del mundialmente famoso Cirque du Soleil que homenajeara la carrera de Soda Stereo. El empresario había viajado a las oficinas centrales de la compañía circense en Montreal para presentar su idea a los jefes creativos, que desconocían por completo a la mítica banda liderada por Gustavo Cerati.

Al final, los focus groups en el D.F. mexicano, Santiago de Chile y Buenos Aires, confirmaron que había «muy buenas posibilidades de que el espectáculo funcionara». Séptimo Día se estrenó en marzo y cosechó miles de espectadores, probando el éxito de un formato que ya había resultado en EE.UU. con versiones inspiradas en Elvis Presley, los Beatles y Michael Jackson.

Productor de Séptimo Día y exjefe de producción de Cerati, Sáenz contó su experiencia en la industria musical y en la gestación y ejecución de este espectáculo en Marketers, el congreso de marketing, comunicación y management, organizado por la consultora Human Business el jueves y viernes pasado en el LATU.

«Me verás volar»

El backstage o la historia detrás de Séptimo Día guarda algunas lecciones útiles para emprendedores y ejecutivos. Tanto para iniciar un negocio como para montar un show, todo comienza con la idea, aunque eso no es en absoluto suficiente. «Todo el mundo tiene ideas, pero el tema no es quién las tiene sino llevarlas a cabo» y para lograrlo hay que establecer una «conexión con la gente», apuntó Sáenz. «La idea sola no funciona, tiene que haber una necesidad en otro» para que resuene, explicó.

Concretar exige «muchísimo trabajo». «Lo que más impresiona del Cirque es, más allá de la creatividad, el respeto increíble al tiempo y la atención al detalle», valoró el productor.

El método de trabajo bien puede ser la envidia de los gerentes y CEO que gustan de planificar por anticipado. En 2015, dos años antes del debut, los jefes del Cirque du Soleil armaron un cronograma con la fecha de estreno y el plan de ensayos. La misma pauta siguió el calendario de reuniones creativas, que comenzaban y terminaban con rigurosa puntualidad. Así, «la semana resulta altamente efectiva», dijo Sáenz.

Con la precisión digna de un acróbata, el Cirque du Soleil hace de los detalles su dogma. Graba las reuniones de trabajo y comparte los audios entre los participantes para que puedan repasar cualquier aspecto tratado; también vela por la performance al punto de estructurar cada cuadro con meses de antelación o de ambientar la carpa a la temperatura adecuada para desplegar cada número. Y, como nada queda librado al azar, a la hora de definir las ciudades que serían parte de la gira del show, el Cirque tomó como referencia los datos de consumo de la música de Soda Stereo a través de Spotify.

Pese a la sofisticación que distingue a la compañía circense, «no usan herramientas de la NASA; hacen cosas súper lógicas: respetan el tiempo y usan herramientas que cualquiera puede utilizar», remató Sáenz.

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Sáenz. Explicó que la gira del show se basó en datos de Spotify. Foto: Francisco Flores.

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