Con un concepto integral, Laika abrió en Carrasco y apunta a cerrar el año con cuatro tiendas.

Las ventas al detalle encontraron en «el mejor amigo del hombre» —el perro— y otras mascotas un nicho de mercado de gran valor más allá del afectivo. Por ejemplo, la Asociación de Productos para Mascotas de EE.UU. estimó el consumo de productos y servicios de la categoría en 2016 en un monto superior a los US$ 62.000 millones.

En Uruguay, esta tendencia impulsó la salida al mercado del pet retailer Laika, cuyo nombre homenajea a la famosa perra enviada al espacio por la URSS en 1957. El negocio presenta una oferta integral que conjuga en un mismo lugar la venta de ración y accesorios con servicios de veterinaria y grooming (estética e higiene). «Todo eso combinado con una experiencia de retail moderno, con espacios agradables, una estética bien definida, mercadería bien exhibida, personal calificado y una atención adecuada a los clientes», detalló Pablo Barcelona, director de Operaciones de Laika.

«El retail ha evolucionado a nivel mundial en los diferentes rubros —en Uruguay también, por ejemplo en farmacias y tiendas de cercanía— y las veterinarias no han sido la excepción. La posibilidad de ver que esos formatos se han implementado en el mundo con mucho éxito hizo que se viera la oportunidad de desarrollarlo en el país», explicó.

La firma abrió su primer local en Carrasco a finales de marzo y ya prevé más aperturas. En función del desempeño del negocio, el plan de la compañía es sumar otras tres tiendas este año en zonas como Punta Carretas, Pocitos, Buceo y Punta Gorda. Por el tipo de servicios que brinda, la empresa busca locales amplios, de unos 150 m2, en línea con su primera sucursal.

Al frente del emprendimiento hay empresarios locales que debutan en el sector retail, comentó Barcelona, quien se excusó de revelar la inversión realizada, aunque la valoró como «muy fuerte».

Con la primera tienda física en marcha, Laika lanzará el próximo mes su plataforma de e-commerce que permitirá comprar productos, gestionar pedidos frecuentes así como también solicitar servicios de peluquería (a cargo de un estilista especializado) para la mascota o agendar consultas con el veterinario. Incluso, los clientes podrán acceder a la historia clínica digital de su mascota, anticipó Barcelona.

La ración y los accesorios superan el 60% de las ventas de la tienda mientras que el resto proviene de las áreas de veterinaria y grooming. Esta última abarca no solo peluquería y baños sino también tratamientos de uñas, dermatológicos, drenajes y limpiezas. Los costos de los servicios van de $ 150 a $ 990, dependiendo del tamaño de la mascota y el tipo de pelo.

La propuesta está centrada en las mascotas más populares: perros y gatos. En Uruguay, la población de canes asciende a 1,5 millones, según datos de 2016 relevados por una consultora para la Comisión Nacional de Zoonosis. No obstante, también hay accesorios para «pequeños animales» como aves, hámsters, cobayos, peces y reptiles (desde los más «convencionales» como ranas, sapos y tortugas a lagartos, iguanas y serpientes).

Pese a su concepto integral, el modelo de negocio de la tienda no abarca la venta y exhibición de mascotas, puntualizó Barcelona.

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