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Con miles de metros cuadrados, el self storage se hace su lugar

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Tamaños. La variada oferta va desde módulos de 1,4 metros hasta espacios de 500 metros cuadrados. (Foto: Ariel Colmegna)

En busca de un espacio extra que sea seguro, limpio y con acceso flexible, se guardan documentos, ropa, bicicletas, autos, mercadería de empresas y hasta el mobiliario completo de viviendas

El negocio del self storage encontró un nicho de mercado en Uruguay. Esos metros cuadrados, que van en franco ascenso, atesoran de forma segura aquel trasto que ya no se usa pero que tiene fuerte valor sentimental, preservan los muebles de la casa en caso de mudanza o viajes prolongados al exterior y hasta ofician como extensión del espacio de depósito de mercadería de algunas empresas.

Los orígenes de estos espacios para autoalmacenamiento de bienes están en EE.UU. en la década de 1960; ya son moneda corriente entre la población de ese país. En Uruguay los primeros locales no tienen más de cinco años. Desde entonces, el crecimiento no paró. Se multiplicaron las propuestas en la capital y zona metropolitana, tanto para clientes particulares como empresariales.

Quienes se acercan a las empresas lo hacen porque conocieron el servicio cuando vivieron en EE.UU. o viajaron a ese país, porque lo vieron en algunos programas en televisión o simplemente por el «boca a boca», afirmaron empresarios del ramo.

El alquiler de espacios no tiene máximos de tiempo, pero sí mínimos que en algunos casos son de 15 días y en otros de 30, según la necesidad de cada cliente, señalaron. Los precios varían de $1.160 a $14.040, dependiendo del tamaño del espacio y de la empresa.

Si bien el espacio extra es la motivación inicial, quien acude a estas empresas busca además seguridad, flexibilidad, limpieza, acceso 24 horas y un lugar libre de humedad y de plagas, explicaron. Documentos, bienes en desuso, vehículos y hasta el mobiliario completo de una casa figuran como «inquilinos».

Acceso y seguridad.

La empresa Punta Box cuenta con dos espacios ya consolidados en Uruguay. Uno de sus socios, el estadounidense Jud Shannon, conoce bien de cerca el negocio —su padre posee 31 self storages en EE.UU.— y decidió replicar ese modelo, conservando los materiales y el diseño. Su primer local de Punta del Este dispone de 2.000 metros cuadrados de superficie y 212 boxes de diversos tamaños. La filial de Montevideo, en tanto, ofrece 400 boxes en 3.500 metros cuadrados.

El crecimiento de 15% anual convenció a Shannon de ampliar su negocio. En mayo inaugurará su tercer espacio en las calles Guatemala y Rondeau, con más de 6.000 metros cuadrados y capacidad para que ingrese un camión con contenedor. «Con el tercer local ofreceremos boxes de 1,5 hasta 500 metros cuadrados», dijo. Pero esto no es todo. Para 2016 tiene planeado inaugurar su cuarto espacio de 3.500 metros sobre la Ruta Interbalnearia, a un kilómetro del Aeropuerto.

En su propuesta, Punta Box incluye sin costo un seguro por US$ 3.000, que se puede ampliar hasta US$ 20.000 pagando $ 37 mensuales por cada US$ 1.000 que se adicionen. También ofrece gratis un servicio de mudanza de dos horas. En su caso, la ocupación oscila entre un 40% y un 60%, lo que considera un nivel «óptimo».

La empresa Biggest también replicó el modelo estadounidense y confió el material y armado a compañías de ese país.

La empresa se inauguró en marzo y ya posee un 20% de espacios ocupados, indicó Jorge Gestido, uno de los socios del proyecto. El local de 1.800 metros cuadrados está ubicado sobre Ruta Interbalnearia (km 26.200) y ofrece 150 boxes de 12 tamaños distintos, además de 300 metros cuadrados destinados a vehículos, botes y otros artículos.

Gestido espera lograr un 70% de ocupación a mediados de año. Eso casi sin invertir en publicidad. «Destinamos solo $ 550 a Facebook. Gran parte de los clientes llegan porque nos ven desde la ruta o por el boca a boca», afirmó.

Dar acceso 24 horas y seguridad son claves para su negocio. Tarjeta magnética, un número de pin y un candado son los tres controles de acceso, además de un botón de pánico, circuito cerrado de televisión, sistema antiincendios y vigilancia 24 horas, entre otras medidas, explicó.

El caso de BoxIT es diferente. El proyecto surgió en 2012 en Argentina. Al pensarlo para Uruguay los socios entendieron que debían ofrecer un diferencial, recuerda Germán Canuti, responsable del diseño. Así, en febrero inauguraron un local de 250 metros cuadrados con módulos de 1,4 metros cuadrados, que se suman a medida que se necesite más espacio.

Por ahora tienen 30% de ocupación y estiman llegar a un 70% en unos cuatro meses, dijo Canuti. Al igual que Punta Box, en el precio se incluye un seguro mínimo de US$ 3.000. A diferencia de otras empresas del sector, poseen un horario comercial, de 9:00 a 18:00 de lunes a viernes, mientras que los fines de semana están disponibles por coordinación, señaló.

Otro de los grandes actores del mercado es Box Center, que según su página web ofrece en sus 10.000 metros cuadrados cerca de 500 depósitos individuales (de 2,5 a 500 metros cuadrados), además de plantas libres mayores a 1.000 metros. Esa amplitud permite además la circulación vehicular.

Negocios en el depósito.

Algunos actores afinaron la puntería para captar clientes empresariales, que buscan depositar mercadería hasta su colocación final.

Además del servicio de almacenamiento, a ese público las empresas le ofrecen salas de reuniones, acceso a Internet, computadora, teléfono e impresora. «El objetivo es que el usuario del box pueda reunirse con un cliente, mostrarle su mercadería en el lugar y, si es posible, concretar un negocio», explicó Shannon.

Ese servicio también constituye una oportunidad de negocio, porque atrae potenciales usuarios, opinó Gestido. Si el cliente de Biggest vende la mercadería, el comprador puede necesitar espacio para guardarla y «ahí estamos nosotros», resaltó.

Box Center fue un paso más allá y sumó espacios de 15 metros cuadrados para instalar oficinas y centros de distribución de empresas, según la web de la empresa. Por otra parte, al igual que Biggest y según las necesidades y la mercadería, la empresa ofrece espacios amplios para depósito. Incluso, cuenta con cámaras frigoríficas (de -10°C a -29°C). Así, apostando a distintas soluciones, el negocio del self storage afianza su lugar en el mercado local.

El contrato prohíbe mascotas y penaliza a quienes no pagan.

Algo que distingue a este negocio es la privacidad. Solo quien alquila el box posee el candado para ingresar y lo que allí deposite es conocido solo por él. Lo prohibido se limita a productos inflamabes, explosivos, drogas y alimentos (para evitar atraer ratas u otras plagas). «Todo se estipula por contrato. Incluso, no permitimos que se dejen animales, porque en EE.UU. han dejado mascotas los fines de semana y cuando vuelven están muertas», ejemplificó Jorge Gestido, de Biggest. Además, si el cliente no paga, las empresas tienen un protocolo a seguir. A los dos meses se coloca un candado diferente y luego de dos o tres meses más pierde derecho sobre la mercadería.

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Tamaños. La variada oferta va desde módulos de 1,4 metros hasta espacios de 500 metros cuadrados. (Foto: Ariel Colmegna)

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