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Magnus Carlsen, la joven estrella del ajedrez copa el tablero publicitario

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El Rey. Carlsen gana al año US$ 4 millones entre soponsors y premios.

El jugador noruego, convertido en la sensación del circuito mundial, atrae a diversas marcas.

No tiene la fama global de Cristiano Ronaldo, Lewis Hamilton o LeBron James. De hecho, es la máxima estrella de un deporte que lejos está de ser el más popular del planeta. Pero el prodigio que Magnus Carlsen ha demostrado en su corta pero meteórica carrera le ha bastado para escalar hasta la cima del ajedrez mundial y con ello, despertar el interés de diversas marcas.

Nacido en Tønsberg (Noruega) hace 26 años, Carlsen logró retener su título de campeón del mundo hace un par de semanas tras derrotar, no sin sufrir, al ruso Sergey Karjakin.

Su juventud, talento e inteligencia le han ganado el apodo de «Mozart del ajedrez». Del mismo modo se ha granjeado un crédito que hace aventurar a los expertos que su reinado bien puede superar el del ruso Garry Kasparov, quien se mantuvo 20 años como el número uno del ranking de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Carlsen ostenta esa posición desde 2010, cuando con solo 19 años se convirtió en el jugador más joven en conseguir esa distinción. No sorprende entonces que su nombre ya se equipare al de los grandes ajedrecistas de todos los tiempos como el propio Kasparov, Anatoly Karpov y Bobby Fischer.

Pero a diferencia de esos históricos «maestros», Carlsen brilla no solo a través de sus movimientos sobre el tablero sino también frente a las cámaras cuando posa para las marcas que lo patrocinan.

Anualmente, el noruego se embolsa unos US$ 4 millones entre los premios económicos por sus logros deportivos y los cheques que recibe de sus sponsors, estimó su colega, el «gran maestro» Maurice Ashley.

Mueve sus piezas

Al igual que los jugadores de fútbol, que lucen en su camiseta los isologos de los patrocinadores del club, Carlsen utiliza los sacos que lleva durante sus partidas como vitrina comercial. Allí se dejan ver pulcramente los emblemas de Nordic (empresa de semiconductores), Arctic Securities (banco noruego de inversiones), Simonsen Vogtwiig (estudio de consultoría legal) y VG (grupo editorial). Aunque sus siglas no están bordadas en la ropa del campeón, la aerolínea escandinava SAS es otra de las marcas que lo apoyan. A través de esta alianza, la flota de más moderna de la compañía tendrá instalado en sus monitores «Play Magnus», un juego basado en Carlsen dirigido a principiantes y expertos del ajedrez.

El noruego parece estar varios movimientos adelante en el tablero comercial.

A sus 26 años, ya tiene su propia película, ha protagonizado avisos para Porsche junto a María Sharapova, y ha salido en algunos cómics junto a su personaje de ficción favorito, el Pato Donald.

De hecho, Carlsen se identifica con Donald por su temperamento. «Mi punto más débil es el control de las emociones. Cuando las cosas me van bien y me siento fuerte, con todo bajo control, es muy difícil ganarme. Pero mi fuerza de juego baja considerablemente cuando las cosas no me salen como están planeadas. Definitivamente, debo trabajar más en ese campo», admitió Carlsen a la prensa. Pocas horas antes se había mostrado fastidioso tras cometer errores que comprometieron la serie frente a Karjakin.

Más en frío, el noruego está desarrollando una estrategia para explotar sus atributos —inteligencia, juventud y carisma mediático— y así proyectar su imagen entre los seguidores del ajedrez (unos 600 millones en todo el mundo, según un artículo de Yahoo! Finance). Fuera del circuito, ha aprovechado su creciente popularidad y reputación para brindar charlas a emprendedores y ejecutivos de Silicon Valley.

Para el contacto con las grandes masas, prefiere las redes sociales, donde se mueve como pez en el agua: en Facebook tiene más de 400.000 fans y en Twitter, más de 140.000 seguidores.

El joven prodigio quiere coronarse también en los negocios.

De niño prodigio a campeón récord

Magnus Carlsen demostró su espíritu competitivo, ése que lo ha llevado a la cima del ajedrez mundial, desde muy pequeño. Dotado de una memoria prodigiosa y un coeficiente intelectual de 186 (un punto menos que Albert Einstein), Carlsen descubrió su pasión por el ajedrez a los cinco años, cuando comenzó a jugar con su padre. A los 13 años se convirtió en el «Gran Maestro Internacional» más joven de la historia. Solo seis años después se convertiría en número uno del ranking. En 2013 se proclamó campeón mundial tras vencer al hindú Viswanathan Anand (44), corona que ha defendido con éxito desde entonces.

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