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Kinko se lanza al formato app para amplificar su servicio de delivery

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Operativo. Ya funciona en Carrasco y de a poco se extenderá al resto de la ciudad. (Foto: Fernando Ponzetto)
06.11.2017 Aplicacion Kinko, foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Fernando Ponzetto/Archivo El Pais

NEGOCIOS

La cadena de tiendas de conveniencia estrenó plataforma para complementar al canal físico.

Ahorrar tiempo a la hora de comprar es una de las ventajas que la tecnología busca aportarle a los consumidores como forma de fidelizarlos a las marcas. En ese camino está la cadena de tiendas de conveniencia Kinko, que lanzó este mes su aplicación para delivery online.

El servicio abarca a la zona de Carrasco y barrios privados hasta el Aeropuerto, mientras que ya se están realizando pruebas en Malvín. «La idea es tener todas las zonas cubiertas este año», anticipó Tomás Patiño, encargado del proyecto de Delivery de Kinko. Para el ejecutivo, este sistema permitirá eventualmente a la empresa atender incluso a zonas donde no tiene una tienda física. Kinko cuenta con 21 locales en Montevideo, más una franquicia en Punta del Este y otra en Mercedes.

La app, disponible para dispositivos iOS y Android, tramita la compra (a partir de un mínimo de $ 300) en tres simples pasos: agregar los productos al carrito, marcar la dirección de envío (se maneja en base a georreferenciación) y pagar (en efectivo o con tarjeta Visa; la intención es sumar otros medios de pago a futuro).

Desde su implementación, los productos más pedidos a través de esta vía son los bidones de agua y fundas de refrescos (por su peso) así como también bebidas alcohólicas y snacks, típicos de reuniones hogareñas y «previas».

El proyecto comenzó hace dos años y culminó con este desarrollo del estudio Moon Ideas, el cual ya está preparando las próximas versiones de la app.

«Estamos enfocándonos en esta tendencia de que todo está yendo al (ahorro de) tiempo de la gente, porque vos todo lo demás lo podés comprar, pero el tiempo no», analizó Patiño. Es decir, «podés parar en el supermercado pero tenés que buscar estacionamiento, bajarte del auto y agarrar los productos», comparó.

Las aplicaciones son un símbolo representativo de la idiosincrasia de los millennials, que prefieren los atajos tecnológicos a los llamados por teléfono. La app está básicamente dirigida a ellos —los compradores de los próximos años—, aunque el fin es abrir un canal alternativo a la tienda física.

Este tipo de soluciones también apunta a generar una «afinidad» distinta con la marca. «Vos pensás en una tienda o supermercado como un lugar donde vas y comprás. Con una aplicación es diferente, estás en el celular de la persona y, quieras o no, te usa para darse sus gustos. No es ‘tengo que hacer las compras’ sino ‘qué me pido’», explicó Patiño.

A futuro será la app la que sugiera qué comprar, gracias a tecnologías que permiten procesar la información que genera el usuario e identificar patrones de consumo. Hacia allí va el negocio, sostiene Patiño. Por ahora, la aplicación maneja un historial que pondera los productos según la frecuencia de compra y permite repetir pedidos. El motor de la app es un buscador pero en una próxima versión, los artículos estarán agrupados en categorías para facilitar aún más el proceso.

«Otra cosa que está muy buena y que es un diferencial (de la aplicación) es que tiene la capacidad de mantener a la persona informada del estado de su pedido», paso a paso, agregó Patiño. Al final, el usuario puede valorar su experiencia de compra calificando la herramienta, el nivel de los productos y el servicio de entrega.

Estandarizar la calidad

La calidad del delivery está asociada en buena medida a la rapidez. En su caso, Kinko asegura cumplir sus envíos en un máximo de una hora. Este compromiso conlleva un importante esfuerzo logístico.

La cadena organizó su actual delivery center sobre Máximo Tajes (desde donde atiende los pedidos de Carrasco) con un layout que ayude a agilizar el armado de los envíos, amplió el personal y su flota de vehículos. También hay un trabajo especial de capacitación de los funcionarios en la operativa y la interacción con el cliente, como parte de la «estandarización» de la buena calidad de servicio, destacó Patiño.

El delivery online está pensado como una apuesta de largo plazo porque, si bien hoy puede significar menos ingresos que las ventas en la tienda física, contribuye en el tiempo a la fidelización del cliente.

Con esta propuesta, «la intención es llegar a más gente y defender nuestra idea de que somos más que una compra, somos una experiencia de compra», concluyó el encargado.

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