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Futura estrella de la NBA se convierte en la pesadilla de marcas deportivas

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Desafiantes. Lonzo y LaVar Ball quieren convertirse en el "Uber" del mercado de calzado deportivo en EE.UU.

El clan Ball quiere romper la hegemonía de Nike, Adidas y Under Armour con su línea de productos.

«Lo peor que le pasó al básquetbol en un siglo». Así de lapidario fue George Raveling, director de marketing global del área de básquetbol de Nike, cuando le preguntaron durante un reciente evento por LaVar Ball, exjugador de fútbol americano y padre de Lonzo (Ball), uno de los mayores talentos que participará del próximo draft de la NBA.

La virulenta respuesta del ejecutivo viene a cuento de las exorbitantes pretensiones de Ball padre, quien exige un contrato de US$ 1.000 millones para que su hijo adhiera a alguna marca deportiva por un período de 10 años. Conocidas las demandas, Nike, líder del mercado de calzado deportivo, pegó un portazo. Adidas y Under Armour, segunda y tercera en ventas en EE.UU., habrían seguido el mismo derrotero, según informó la cadena ESPN.

La cifra no es lo único que espantó a los tres gigantes. En todo el asunto había una petición más: nada lerdo para los negocios, Ball padre aspira a que su socio comercial produzca los championes y prendas deportivas que luzca su hijo bajo la marca Big Baller Brand, creada por... él mismo.

En las reuniones con los ejecutivos, Ball presentó el prototipo del ZO2, el modelo de calzado insignia del joven jugador. «No vamos a firmar con una marca y esperar seis años a que nos creen nuestra propia línea, como le ha pasado a Paul George (N. de R.: estrella de los Indiana Pacers). Llevo trabajando en los modelos de zapatilla que les he presentado desde antes de que mis hijos nacieran», recalcó desafiante.

«Llevo tiempo diciéndolo. No queremos un patrocinio, queremos una asociación, ser partners a todos los efectos. Pero parece que no están preparados para ese modelo de negocio. Pero la empresa del taxi tampoco estaba preparada para Uber… ¿Cuán ricos serían Tiger Woods, Kobe Bryant, Serena Williams o Michael Jordan si hubieran gestionado su propia marca desde su debut como profesionales?», cuestionó Ball en diálogo con los medios.

En otras salidas mediáticas ha declarado sin pruritos que su hijo mayor —además de Lonzo, es padre de LiAngelo y LaMelo, también basquetbolistas— ya supera en calidad a la estrella de los Golden State Warriors, Stephen Curry.

Alejado de un acuerdo con los principales fabricantes de indumentaria deportiva en EE.UU., al clan Ball no le importa si para lograr su meta tiene que ir tan lejos como a China. LaVar se pondrá en contacto, según dijo, con las marcas locales Peak, Li-Ning y Anta. Incluso, no descarta involucrar a un socio de negocios que provenga del mundo emprendedor aunque esté ajeno a la industria del deporte, advirtió.

A la espera de un inversor, el modelo inspirado en Ball se cotiza entre US$ 495 y US$ 1.195. El rango de precios supera lo que pide Nike por los diseños firmados por LeBron James.

A diferencia de su padre, que enrabieta a ejecutivos y espanta marcas, Lonzo Ball es objeto de deseo para varias franquicias de la NBA. Por ejemplo, Los (glamorosos) Ángeles Lakers ya le echaron el ojo al espigado escolta. Desde su llegada a la liga —a partir de octubre— deberá probar en la cancha que está a la altura de las expectativas de los ejecutivos de los equipos, de los fanáticos y del valor de mercado que su familia, tan anticipadamente, ya pide por él.

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