MUNDO
El país enfrenta la peor escasez de mantequilla desde la Segunda Guerra Mundial, debido a la menor producción de leche en Nueva Zelanda y al aumento de la demanda mundial, en especial en China
Un letrero en un supermercado Intermarché, en Francia, pone en evidencia la magnitud del problema. «Queridos clientes: debido a la falta de materia prima para la mantequilla, hoy estamos incapacitados de poner a la venta este producto».
Es que la nación europea enfrenta la peor escasez de mantequilla desde la Segunda Guerra Mundial, debido a la menor producción de leche en Nueva Zelanda y al aumento de la demanda en todo el mundo, en especial en China.
En el país que más consume este producto lácteo en todo el orbe —casi 8 kilos por persona al año, bastante por encima de Alemania, que ocupa el segundo lugar en el podio, con 6,2 kilos por habitante— eso ha generado una verdadera crisis gastronómica, ya que ha impactado en el precio de los pasteles, las galletas y los croissant.
Las cifras son elocuentes. El precio de la mantequilla industrial subió desde 2.500 euros por tonelada en abril de 2016 a 7.000 euros en agosto de este año, informa la prensa gala y británica. En muchas cadenas de supermercados, simplemente no hay mantequilla y la pastelería está en crisis. La ministra de Agricultura, Stéphane Travert, dice que la situación no va a durar, pero Dominique Chargé, presidente de la Federación Nacional de Cooperativas Lecheras de Francia, opina lo contrario y estima que por lo menos hasta el invierno, en diciembre, el precio alto se mantendrá.