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Cortocircuitos de hermanos y socios

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Fuente: La Nación / El País

La gestión de RR.HH. y discrepancias entre parientes son el principal motivo que dispara conflictos en empresas familiares

Dicen que no es fácil, que un gran negocio puede depender del recuerdo de alguna maldad generada entre hermanos en la infancia, que es difícil respetarse, que es mejor no trabajar con la familia.

Sin embargo, existen muchas empresas familiares. En el ránking Fortune 500, figuran algunas poderosas como Walmart, Ford y Gap. En tiempos de crisis, una de sus ventajas es que, si se ha sabido transmitir la pasión de generación en generación, no dudarán en hacer grandes sacrificios para continuar con el legado, aun a costa de su patrimonio personal.

«Es un sistema que involucra a varios subsistemas que tienen objetivos distintos. La persona que es familiar, socio y trabaja tiene que atender los tres objetivos, y es muy difícil. ¿Qué priorizo, la armonía entre familiares (suponiendo que algo no vaya bien en la empresa) o que las cosas vayan bien en la empresa?», dice Santiago Antognolli, a cargo del programa Empresas Familiares de la Universidad Siglo 21.

Para el experto se dan confusiones de roles: en el trabajo se hablan como hermanos y en las reuniones familiares se hablan como socios o colegas. Agrega que «el 61% de los motivos por los cuales el traspaso generacional fracasa se debe a los problemas entre las personas».

El informe Empresas familiares de PwC Argentina recomienda poner en marcha mecanismos para minimizar la rivalidad entre hermanos. «El paso inicial es reconocer que muchos de los hechos que afectan la relación de los hermanos en la empresa se deben a conflictos que tienen su origen en la familia», dice.

Otro problema también común es, según Eduardo Cucinelli, director del Instituto de Empresa Familiar y Economía Sostenible (Efeso), la desconfianza hacia quien maneja el dinero por parte del que está afuera de la empresa.

Las dificultades de comunicación entre las generaciones, según Efeso, o incluso entre miembros de la misma generación, pueden afectar la eficacia en el trabajo compartido en la empresa, trabar decisiones importantes o postergar proyectos beneficiosos para todos. Lo que no debe suceder es hacer de cuenta que los conflictos no existen; no hablar de ello, lo que hace aumentar el fenómeno; insistir en solucionarlos con los mismos modos que no dieron buenos resultados; creer que a las demás familias empresarias no les pasan cosas parecidas; creer que el tiempo resuelve todo, es decir, un engaño frecuente.

Para una correcta gestión, PwC recomienda segmentar claramente las áreas de responsabilidad e instrumentar vehículos que garanticen una adecuada comunicación para evitar sospechas y percepciones equivocadas en los miembros de la familia que puedan inducir a conflictos.

Caballero afirma que es muy importante hacer un protocolo de familia donde se deje por escrito los acuerdos en temas diferentes: quién puede trabajar en la empresa y quién no, cuál será la retribución o cómo se va a estipular.

Los hermanos sean unidos, sí. Pero la confianza entre ellos se gana día a día, con acciones transparentes y comunicación fluida. 

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Fuente: La Nación / El País

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