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"Aún se cree en la artesanía del negocio"

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Es contador público y licenciado en administración de empresas de la Universidad de la República, pero en 1988 dejó atrás su perfil financiero para dedicarse de lleno al reclutamiento de personal.

Nació en Montevideo en 1950. Desde antes de refundar Work Office en 1988 ya se dedicaba al rubro como consultor. Su labor en el rubro le valió ser incluido entre los 20 CEO más influyentes de América Latina y el Caribe por Staffing Industry Analysts en febrero pasado. Asegura que la actividad laboral está en números «normales» y, si bien advierte una menor calidad de los postulantes, dice que el nivel está por encima de la región. Considera positivo el decreto que en mayo de 2016 regularizó la actividad, porque «depuró el sector» y dejó atrás salarios no adecuados y beneficios no pagos. Tiene tres hijos y su hobbie es mirar películas y practicar deportes.

Es contador y licenciado en Administración de empresas, ¿cómo se vinculó a Work Office en 1988?

Había comenzado cuatro años antes de esa fecha con la selección de personal, como consultor. En 1987 una señora me ofreció la oportunidad de volver a abrir la filial local de la empresa argentina que se había retirado del país. Me puso en contacto con el responsable en ese país y en abril de 1988 refundamos Work Office en Uruguay. Hasta ese momento me dedicaba a la tarea de contaduría, pero yo buscaba tener un trabajo para mí y esa fue la oportunidad en un rubro que era como una vocación que yo tenía. Ahora ya no tenemos más el socio argentino y es una empresa 100% uruguaya.

¿Qué diferencia hay entre el mercado laboral de la década de 1980 y el de ahora?

En aquel momento estaba muy activo. En la empresa hemos pasado por varias crisis; la del 2002 fue mortal pero flotamos, nos mantuvimos y salimos fortalecidos. Si teníamos una actividad de 100 bajamos en ese momento a 20, y luego subimos a 120. Es que, luego de una crisis, el trabajo temporario siempre crece, porque los empresarios están con miedo aún de tomar trabajadores fijos. Y ahí es que nosotros salimos favorecidos. Hoy estamos bien; en la empresa trabajamos 12 personas en forma directa, pero indirectamente empleamos en otras empresas a unas 400.

¿Cuántas personas colocan en empresas mensualmente?

Estamos en niveles normales en ese sentido. En promedio son unas 400 personas colocadas por mes y trabajando efectivamente. El año pasado tuvimos un bajón, pero ya volvimos a buenos números. El pico estuvo hace unos años, luego de la crisis (en 2004, 2005, 2006) con unas 600. Las postulaciones son más, llegan a cerca de 600 mensuales, muchas que incluso vienen del exterior.

¿Desde qué origen?

Últimamente recibimos muchas desde Venezuela, un fenómeno que comenzó hace un año más o menos. Se postulan a todo y son personas con muy buenos currículum, muy preparadas, pero pocos quedan, menos de un 10%. En general el empresario uruguayo si hay postulaciones de gente de acá, toma de acá. También están llegando postulaciones desde el Caribe, aunque en este caso son menos preparadas, para trabajos más de operarios.

¿Quién es su principal cliente, el sector público o privado?

Por ahora el sector privado representa un 65% de nuestra facturación, el Estado es otro 35% aproximadamente. En general, el sector servicios es el que más demanda, como telecomunicaciones. De las 400 personas que administramos, 150 se encuentran en el sector público, 100 en industria, 150 en servicios.

En cuanto a facturación, ¿cómo está la empresa?

Prefiero no dar la cifra, pero respondemos a la actividad económica. Por ejemplo, el año pasado tuvimos un bajón de un 15% con respecto a 2015, pero este año ya vemos una recuperación.

Actualmente existen plataformas tecnológicas de empleo, ¿afectan su actividad?

Sí, claro que la afectan. También por ello no estamos repitiendo números de otros años. Pero el tema de la selección de personal es de mucha confianza, como cuando vas al mecánico y te dice que hay que cambiar determinadas piezas, uno confía en que es así. Esto va en la misma línea, porque algunas empresas captan personas por las redes sociales, pero se llevan cada fiasco. Por ello las empresas terminan creyendo en la artesanía del negocio, en que el proceso de selección lo haga una empresa especializada, que «le pase el escáner» y lo mande pronto porque no quieren problema. Otro tema con los portales es que cuando un empresario pone un aviso le caen 1.000 currículum y no tiene tiempo para hacer la depuración.

Y ustedes, a la hora de evaluar, ¿tienen en cuenta las redes sociales del postulado?

Sí, se estudia todo. A la persona que se postula como candidato se la busca en las redes sociales y nos hemos encontrado con cada sorpresa... (Y eso) puede ser decisorio a la hora de elegirlo o no.

Tienen una alianza hace cuatro años con Versus Systems para ofrecer un sistema de evaluación de «tendencias conductuales», ¿de qué se trata?

Somos representantes. Es un test que se hace por web (llenando un cuestionario) para detectar detalles de su conducta. Los resultados son muy buenos, se muestra con gráficas y entre otros ítems. Se estudia, por ejemplo, en un vendedor como es su relación con el público, si es un vendedor agresivo o pasivo, si es perseverante, etcétera. Se estudia según cada cargo y se aplica en cargos de mandos medios en adelante.

¿Qué empresas lo solicitan?

En general son las grandes. Lo que pasa es que cuando lo ofrecemos y les mostramos los resultados un 40% acepta utilizarla. Es un complemento al trabajo que hacemos nosotros, da un panorama paralelo para toma de decisiones, sobre todo en vendedores. Hace un tiempo una empresa necesitaba un encargado de ventas. Entre dos candidatos parejos, se resolvió con el resultado que dio este test en agresividad comercial. En general hacemos un seguimiento del personal que colocamos para ver si es como lo habíamos predicho, y un 99% de los casos coincide con los informes que les preparamos.

Quienes se postulan a cargos, ¿están preparados para los cambios del mercado laboral de los últimos años?

En general notamos carencias. La gente ahora está menos preparada, y eso lo vemos en decadencia desde hace unos 10 años. Ante ejercicios iguales, antes si 10 lo hacían bien, ahora son cuatro. Esto indica que el nivel de enseñanza y aprendizaje ha bajado. No sé por qué, pueden ser los planes de estudio, las exigencias de los profesores, pero en general ha bajado.

¿Y cómo es en comparación con el exterior?

Pese a todas las carencias que pueden existir desde el punto de vista educativo, de aprendizaje, sigue (el uruguayo) siendo un buen empleado. No quiere decir que es muy bueno, sino que comparativamente con la región es mejor. El uruguayo es amable, trata de estar presentable, de capacitarse, aprender cosas. Y es una persona que si le ofrecés estabilidad, le pagás bien, se queda en la empresa.

¿La educación es la adecuada para el mercado laboral?

Es muy discutible. Depende para el área que te enfoques. Para la tecnológica hay buena preparación, pero otras están quedando replegadas, no encuentran en la enseñanza herramientas para salir después a la vida. Muchos de los conocimientos los deben adquirir en academias o cursos paralelos, online, fuera del sistema educativo. También creo que se adquiere mucho conocimiento en la práctica. Otro tema es qué es mejor, si la universidad pública o la privada. Para mí la pública aún es muy buena comparativamente; en la pública si no sabés no pasás.

¿Qué capacidades están sobrevaloradas y cuáles subvaloradas?

Hoy quien no sabe computación está «en el horno», es como si no supiera andar en bicicleta, porque es una herramienta de trabajo más, está en todos lados. Igual con los idiomas, sobre todo inglés, que es transversal a todo.

¿Cómo operan las tercerizaciones en este esquema?

Uno utiliza la palabra tercerización como si fuera algo malo. Las personas físicas tercerizamos siempre y en las personas jurídicas pasa lo mismo; las empresas no están preparadas para hacer todo. Por ejemplo, a una compañía tal vez no le interesa o no le conviene invertir en informática, entonces contrata ese servicios, o a contadores o estudios jurídicos para su parte contable. Muchas cosas están tercerizadas en forma natural, por ejemplo limpieza, seguridad. Las tercerizaciones están intrínsecas porque las personas en una empresa deben dedicarse al corazón de su negocio. Ahora, no hay que confundir con las unipersonales (una de las formas de tercerización) que pueden ser personas que ingresan a una empresa y por definición no actúan con las mismas reglas que un empleado de la misma. Esto existió siempre. Cómo se las usa no es culpa del sistema sino de quién la usa, es un tema de cómo negocia cada uno. Igual pasa con los impuestos: pueden estar bien pero si los evadís es problema tuyo. En el sector público esto (las tercerizaciones) está muy desordenado, por lo que se formó una comisión para tratar de ponerlo en un carril claro, para que, por ejemplo, cuando el sector público contrate una empresa como la nuestra tenga determinada pautas a seguir. Se está hablando de hacer un pliego único para todos los organismos del Estado. Tampoco en este caso la ley de tercerizaciones es mala, lo malo es que se aplica en cualquier cosa o, por ejemplo, se contrata por precio y no por antecedentes de la empresa.

¿Cuáles son los rubros que más se tercerizan en el mundo?

Son muy parecidos en ambos casos y es una tendencia creciente. Los principales son servicios, como call center, seguridad, limpieza e informática. También empleados internos de mandos bajos.

¿Cuáles son las principales preocupaciones de empresas sobre el mercado laboral?

Lo que sentimos es que hay muchas personas pidiendo cambiar de trabajo, muchas postulaciones ante un llamado, pero calificados muy pocos. También esto es culpa de las redes sociales, porque por las redes se mandan mails (para postularse) a miles de lugares. Entonces llegan cientos o miles de curriculums de los que finalmente quedan muy pocos. Esta es una de las principales quejas: mucha gente buscando trabajo pero pocas preparadas para el puesto. Y hay problemas que no tienen que ver con la experiencia sino con la preparación, las referencias, con la presencia. Cuando «se pasa el cernidor» pocos quedan.

«En plena crisis, algunas empresas le cobraban a los postulantes»

Hace un año se reglamentó el Convenio 181 que regula la actividad en el sector, ¿a qué situaciones se sometían los trabajadores antes de eso?

A salarios no adecuados, beneficios que no se pagaban, fechas de cobro que no se respetaban y empresas totalmente insolventes. Una de las principales mejoras es que se ha depurado el mercado. Por ejemplo, algunos constituían empresas en el garaje de la casa y enviaban personas a trabajar, pero luego si esos trabajadores cobraban o no, no les importaba. También se prohibió cobrarles a quienes se postulan. Existieron casos de empresas que en plena crisis, publicaban avisos de trabajos con buenos sueldos pero para inscribirse cobraban «por costos administrativos». Caían cientos de personas, pagaban y el trabajo no existía. La empresa cerraba y luego abría otra. Funcionamos como un departamento de personal de las empresas, le conseguimos el trabajador y nos encargamos del área administrativa, brindamos calendario de cobro, le pagamos, entre otras funciones. De 70 personas que colocamos por mes, 50 son en forma tercerizada y 20 quedan como empleados directos.

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DANIEL CHARLONE - DIRECTOR DE WORK OFFICE

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