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Rousseff y ministro Hacienda de Brasil buscan calmar temor al ajuste

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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, se apresuraron ayer a aplacar las preocupaciones sobre su relación de trabajo, luego de un revuelo político del fin de semana que amenazó con desbaratar la aprobación de medidas de austeridad.

En un evento en Sao Paulo, que congregó a más de 600 líderes empresariales, un categórico Levy dijo que el gobierno conseguirá la aprobación en el Congreso de recortes de gastos este año y que evitará una rebaja en su calificación crediticia.

Levy había dicho a una audiencia privada la semana pasada que Rousseff era bien intencionada, pero no siempre actúa "de la manera más eficaz". Las declaraciones provocaron temor a las tensiones entre ambos, en momentos en que el Gobierno se esfuerza en aprobar una reducción del presupuesto.

Levy dijo el fin de semana que sus comentarios fueron sacados de contexto, una opinión que Rousseff respaldó ayer.

"No hay necesidad de crear un alboroto sobre esto. Él lo explicó de manera exhaustiva", dijo Rousseff a periodistas tras un discurso en Capanema, en el norteño estado de Pará.

"Estoy segura de que fue mal interpretado", agregó.

El índice referencial de las acciones brasileñas, el Bovespa subió más de un 2 por ciento en momentos en que ambos hablaban el lunes. El real, en tanto, revirtió pérdidas y avanzó un 0,61% frente al dólar.

Rousseff nombró a Levy después de ganar su reelección en octubre, presionada por el rápido deterioro de los déficits de presupuesto y cuenta corriente, además de lo que se prevé como una inminente baja de la nota crediticia soberana.

Hasta el momento, la sociedad entre Rousseff y Levy ha sido provechosa, con el ministro tomando nuevas responsabilidades, dijeron fuentes a Reuters este mes.

Confianza sólida.

Levy también ayer que se reunirá con el presidente del Senado, Renan Calheiros, para hablar sobre la austeridad fiscal.

A diferencia de Rousseff, Levy es un sólido defensor del libre mercado. Ayudó a diseñar un programa de ajuste fiscal similar bajo el mandato del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el predecesor de Rousseff y su mentor político.

Desde que el segundo mandato de Rousseff comenzó a inicios de enero, analistas e inversores han seguido de cerca señales sobre cualquier diferencia ideológica que podría apartarlos. Pero los comentarios del lunes reforzaron la opinión de que Rousseff está comprometida con el plan fiscal de Levy y que le entrega su respaldo, aseguraron operadores.

Levy afirmó que "existe una confianza mutua, muy sólida" con Rousseff. "Continuaremos trabajando juntos para finalizar el programa de ajuste".

El gobierno de Rousseff "confía fuertemente" en que el Congreso aprobará la legislación que apunta a racionalizar el gasto, dijo Levy el lunes. La aprobación de las medidas debería de ayudar a la economía brasileña a retomar su crecimiento más adelante en el año, agregó el ministro.

revuelo políticoReuters

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