La economía uruguaya hasta ahora tuvo un "desarrollo bastante saludable", pero en un contexto en que "los vecinos están pasando por tiempos difíciles" y los precios de las materias primas "no van a traer las noticias positivas del pasado" a los exportadores, el gobierno deberá "redoblar los esfuerzos para consolidar" el marco fiscal y monetario.

Esa es la visión que tiene el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que fue expuesta ayer por el director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, Alejandro Werner ante una pregunta de El País.

Werner dio una conferencia de prensa sobre la situación de la economía latinoamericana en el marco de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial que se llevan a cabo en las oficinas de estos dos organismos en Washington.

Ayer el ministro de Economía, Danilo Astori, participó de la primera reunión del Comité Monetario y Financiero del FMI (cuyas sesiones seguirán y culminarán hoy) junto al representante uruguayo ante el organismo, David Vogel entre otras reuniones.

El resto de la delegación uruguaya, compuesta por el director de la Unidad de Gestión de Deuda, Herman Kamil y los funcionarios Antonio Juambeltz y Juan Sciuto mantuvo contactos con representantes del Banco Interamericano de Desarrollo y también con bancos privados.

Mientras eso sucedía, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI se refería a en términos elogiosos a la economía uruguaya. "Se ha mantenido estable por un largo período luego de la exitosa implementación del programa de estabilización y reestructura de su deuda a inicios de los 2000" y lleva "un proceso muy largo de crecimiento relativamente alto", afirmó Werner.

De todas maneras, advirtió que "como se ha visto en los últimos 12 meses una desaceleración en el ritmo de crecimiento, y un entorno internacional y regional más difícil, se hace necesario (de parte de las autoridades) redoblar los esfuerzos para consolidar en los próximos años todo lo que se ha hecho en Uruguay en el frente fiscal y monetario".

La economía uruguaya creció 3,5% en 2014 y fue el 12º año consecutivo de expansión, aunque marcando una desaceleración respecto al 5,1% que creció en 2013. Para este año, el FMI proyecta que esa desaceleración continúe ya que prevé un crecimiento de 2,8%.

El funcionario del FMI, dijo que "en el futuro, en un entorno en el que sus vecinos están pasando por tiempos difíciles, y también en un entorno en el que los precios de las materias primas por el lado de las exportaciones no va a tener las noticias positivas que ha tenido en el pasado, sería importante hacer esfuerzos".

Si bien Uruguay se beneficia "de la reducción en el precio del petróleo, por lo que podría compensar un poco un sector agrícola menos dinámico", añadió.

Werner dijo que es "repetitivo en cuanto a la necesidad de un último empujón para consolidar las finanzas públicas y también para consolidar una inflación baja".

El déficit fiscal era de 3,3% del Producto Interno Bruto (PIB) en los 12 meses cerrados a febrero, un guarismo elevado y que el gobierno se propone reducir. Mientras que la inflación se había reducido a 7,55% en los 12 meses a marzo, pero aún sigue fuera de la meta del gobierno (que va de 3% a 7%).

De todas maneras, Werner destacó que "hay muchas cuestiones estructurales que se han abordado en la economía uruguaya. Hubo un aumento significativo de la productividad en el sector agrícola e iniciativas importantes en infraestructura".

Para el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, América Latina y el Caribe "tienen una perspectiva desafiante. La actividad económica se expandió 1,2% en 2014, la menor tasa desde 2002 y se prevé que se desacelere más este año, debajo de 1%", según dijo Werner.

Sobre Brasil, uno de los principales socios comerciales para Uruguay, dijo que "está viviendo la recesión más seria desde los 90" y que "los problemas de competitividad, que vienen de larga data, se han agravado por términos de intercambio más débiles y una incertidumbre elevada, incluyendo el problema de la investigación (por corrupción) de Petrobras".

Añadió que "la decisión de las autoridades de endurecer las políticas macroeconómicas es críticamente necesaria para contener el incremento de la deuda y devolver la confianza en la política macroeconómica".

Por el lado de Argentina, "las presiones cambiarias se han aliviado un poco, pero la perspectiva permanece complicada como resultado de desbalances macroeconómicos persistentes, términos de intercambio adversos y una debilidad de la actividad en Brasil", señaló.

Los riesgos que enfrenta la región son los de "un mayor debilitamiento en las materias primas quizás vinculado a expectativas de una desaceleración más profunda en China" y "un movimiento (al alza) más fuerte de lo esperado en las tasas de interés de Estados Unidos", señaló Werner.

Alejandro Werner señaló ayer la necesidad de un "empujón" para consolidar una inflación baja, durante la conferencia que efectuó en Washington. La suba de precios es una de las preocupaciones del equipo económico en los últimos años. Al respecto, el designado presidente del Banco Central, Mario Bergara, dijo en la semana que está claro que "que hay una presión inflacionaria que tenemos que seguir combatiendo desde la política monetaria y con el resto de las políticas públicas".

Un estudio del Banco Mundial (BM) presentado ayer en Washington, ubicó a Uruguay como uno de los países de América Latina que "mayor progreso" hizo en "estabilizar" su crecimiento económico en el período 2001-2010, así como uno de los de "mejor desempeño" tuvo en políticas estructurales. La contra cara es que para la década 2011-2020 será uno de los países de la región con "desaceleración más fuerte" en el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.

El informe del BM titulado "Más allá de los commodities. Desafíos de crecimiento para América Latina y el Caribe" ubicó a Uruguay en el grupo de países de "performance sólida" al comparar el crecimiento económico que tuvo desde el 2000 en adelante con el periodo previo.

"Países como Panamá (con un crecimiento de 5,1% anual), Perú (4,6%), Trinidad y Tobago (4,2%), Surinam (3,7%), República Dominicana (3,6%), Uruguay y Chile (3,1%), tuvieron un crecimiento promedio a tasas superiores al 3% en la última década, mientras algunas economías se estancaron o incluso decrecieron", expresó.

Indicó que la región navegó "con viento de cola" entre 2001 y 2010 con los precios de los productos básicos en alza y las bajas tasas de interés que "ayudaron a impulsar la expansión de las exportaciones y aumentar los ingresos".

A su vez, "reformas de los gobiernos que promovieron el crecimiento" también "impulsaron" a las economías. En ese sentido, "Chile y Uruguay" están entre los países de "mejor desempeño en políticas estructurales" y si bien "las políticas de estabilización en general contribuyeron poco con la performance del crecimiento de los países latinoamericanos, (…) México y Uruguay, han visto un mayor progreso en la estabilización que fomentó el crecimiento en la última década", afirmó el BM.

Destacó que "el crecimiento fue particularmente en favor de los pobres" y que "puso la región y sus 600 millones de personas en una senda de convergencia con los niveles de ingresos de los Estados Unidos, después de años de perder terreno". Pero, "ahora el súper ciclo de las materias primas está por terminar y las condiciones de financiamiento se vuelven menos favorable", dijo.

"El crecimiento se ha desacelerado en la región", expresó el organismo e indicó que "los países en los que las previsiones apuntan a la desaceleración más fuerte en el PIB per cápita son la República Dominicana, Jamaica y Uruguay".

Para Uruguay, espera que la tasa de crecimiento del PIB per cápita, pase de 3,1% anual para el período 2001-2010 a 2% anual durante 2011-2020.

Vecinos en “tiempos difíciles”; economía uruguaya necesita un “empujón”Fabián Tiscornia