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El cabotaje salvó durante la II Guerra el transporte

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Foto: Archivo El País

Dos embarcaciones, las “Salto” y “Paysandú”, construidas en ANP.

Esta es una hermosa e histórica foto del ámbito portuario en la que los diversos componentes del escenario nos dan pistas de muchas cosas de aquel tiempo. Es una foto tomada en noviembre de 1944, que por generosidad de un lector llegó a nuestras manos hace más de 30 años. En primer lugar la imagen fue tomada frente al muelle 2 de nuestro puerto donde aparece la nave de cabotaje “Salto”, realizando operaciones de carga.

Esta nave, conjuntamente con su gemela “Paysandú”, pertenecían a la flota de cabotaje de la Administración Nacional de Puertos, que fungía también como armadora de buques de ultramar y de cabotaje. Habían sido construidas en su propio varadero que estaba al fondo de las calles Sarandí, Washington, 25 de Mayo, Cerrito e Ing. Monteverde, y las orillas que daban a las aguas de la bahía; ahora pertenece a la Terminal TCP.

En aquellos años estas embarcaciones -“Salto” y “Paysandú”- y otras privadas, hacían el servicio a puertos del litoral adonde iban con mercaderías de importación y también con las producidas en las industrias de Montevideo. Las naves retornaban con productos para consumo en plaza de frutos del país tales como cueros, lanas, trozos de leña (astillas), granos, guano, y envases vacíos por millares.

Por aquel entonces y durante la II Guerra Mundial, por carencia de combustibles y carbón el transporte ferroviario y el automotor especialmente, era muy reducido; las carreteras lejos de ser lo deseable que hubieran debido ser, a veces ni existían. Por eso se recurría al transporte fluvial, la carga se dejaba en las cabezas departamentales y se hacía la distribucion horizontal.

Dentro de la ciudades, Montevideo incluida, el transporte de cargas era mayormente realizado a tracción animal; había camiones marca White con ruedas de goma maciza (las traseras), pero se carecía de combustible o había cupos mensuales debido a la guerra con la consecuencia de que el transporte de cargas al puerto se hacía principalmente con carros. En la escena aparecen precisamente cuatro carros y cinco camiones, y una gran partida de tablas de madera que se importaba de Chile y de Brasil.

Bueno es recordar que Uruguay carecía de madera, no sólo para la industria, sino también para la construcción. ¿Qué dice la imagen? Uno de los carros que vemos es el de Pedro Compte, una conocida empresa industrial que fabricaba chocolates, galletitas y golosinas, que estaba en la calle Concepción Arenal. Fabricaba unos caramelos pequeñitos casi, como grageas, que los almaceneros de barrio solían dar a los niños como “yapa”en cada compra.

En ningún almacén por más modesto que fuera faltaban estas golosinas guardadas en grandes frascos de amplia boca. Otro carro pertenece a las Cervecerías del Uruguay y está cargado con cilindros de gas carbónico y otros de oxígeno para uso medicinal. Un camión de Cervecerías del Uruguay lleva cajones de cerveza.

Luego se ve un camión de Dolmenit con piezas fabricadas en cemento para la construccion. Los departamentos se abastecían desde Montevideo por vía fluvial, y a no menos de 15 puertos llegaban los paylebots repletos de mercadería, algunos con sólo seis toneladas, y a su vez levantaban de esos lugares lana, cueros, leña, carbón vegetal, etc.

Estas embarcaciones, aún más pequeñas que la “Salto”, y de madera algunas, eran habituales visitantes de los pequeños puertos donde su llegada era festejada, como por ejemplo en Dolores y en Mercedes. Sobre este servicio en particular, y sobre el cabotaje en general al litoral en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, ofrecemos breves comentarios que nos hiciera 20 años atrás nuestro amigo el empresario Jimmy Carrau.

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Foto: Archivo El País

MARÍTIMASEMILIO CAZALÁ

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