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Superadas urgencias de generación, el desafío pasó a ser la gobernanza

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Ingeniero Omar Paganini y contador Alejandro Perroni. Foto: Archivo El País

Se está administrando un sistema que es mucho más complejo que en el pasado.

Los expertos en temas energéticos Omar Paganini y Alejandro Perroni, advierten sobre el imperativo de dar pasos seguros en materia de ajustar la institucionalidad existente a la realidad de un mercado ampliado, con distintas opciones disponibles e interconexión con la región. Asimismo, consideran que un volumen similar a la inversión hecha hasta el momento en generación, debe hacerse en materia de redes inteligentes, ante un panorama que descentralizó la generación y también los centros de consumo. A continuación, un resumen de la entrevista.

—¿Cuáles son los principales desafíos que tendrá la próxima administración en materia energética?

Alejandro Perroni —En este último período se ha dado un avance muy importante en solucionar problemas que tenía la infraestructura eléctrica en Uruguay, en particular la seguridad de suministro. Hubo un gran desarrollo eólico, producto de buenas reglas, una baja tasa de interés y disponibilidad de equipos; se está terminando la interconexión eléctrica con Brasil y se están llevando adelante las obras de la regasificadora y de la central de ciclo combinado. A partir de estas nuevas infraestructuras que le dan robustez y seguridad al sistema, queda toda una etapa que será para los próximos años, de administrar un sistema más complejo y trabajar sobre esa infraestructura para obtener mejores precios y mayores niveles de competitividad producto de esa energía eléctrica.

Se está administrando algo que claramente es bastante más complejo que años atrás…

Omar Paganini —Sobre todo, en el futuro inmediato vamos a comenzar a administrar cosas realmente más intrincadas. Ya hay en la actualidad una inyección eólica importante, una fuente variable sobre la que no se tiene control, al igual que ya sucedía con la hidráulica; entonces, estas nuevas fuentes hacen el panorama más difícil. Se sumará la energía fotovoltaica y también el gas natural, más adelante.

El respaldo del sistema, que se irá mudando hacia el gas natural, genera la necesidad de manejar la regasificadora, lo que es bastante más complejo que simplemente manejar un suministro de combustible líquido, por ejemplo. Todo este sistema nuevo requiere de una nueva orquestación, una nueva forma de coordinación que será el desafío de los próximos años…

Pendientes.

—Hay muchos temas pendientes en cuanto al marco institucional…

AP—Uruguay tiene trabajo por hacer en términos institucionales, sin dudas. No solo en el sector eléctrico, sino en el conjunto de la relación del Estado con sus empresas públicas. Hay temas regulatorios que resolver. En el Observatorio (Observatorio de Energía de la Universidad Católica) hemos planteado problemas de gobernanza corporativa de las empresas en los que hay que avanzar.

También hay que poner un fuerte hincapié en continuar mejorando la gestión de las redes., junto con la tecnología, y la gestión de la demanda, lo que en la industria se llama comúnmente smart grids, creo que allí hay un espacio importante para avanzar.

OP —Si lo visualizamos como capas, deberíamos hablar de cuatro: generación, distribución, administración e institucionalidad.

Una vez que se avanzó en tener energía, hay que hacer cambios en las redes; estamos ante una generación mucho más distribuida, antes teníamos unos pocos centros de generación grande y de distribución. Ahora vamos a tener todas las granjas eólicas además de las fotovoltaicas, está mucho más distribuida la generación, eso requiere una gestión de la red más afinada. Por encima de ello, está que la red debe ser fortalecida y allí viene una etapa en inversión en infraestructura. Y por encima de ello, viene la administración de un sistema, que tiene que ver con temas de gobernanza de cada una de las empresas energéticas y también en cómo se orquesta el sistema en término de los distintos actores.

Administración.

—El esquema de gobernanza uruguayo se diseñó en otro contexto, ¿necesita un rápido ajuste?

OP—Es de la primera mitad del siglo XX. Había dos mundos separados, el de los combustibles y el de la electricidad. Se definió un monopolio público para cada uno y listo. Pero en la actualidad tenemos un montón de situaciones que interrelacionan a ambos mundos, con la participación de actores privados y públicos en ambos lados, por tanto hay roles distintos que se deben separar. El rol de regulador de sistema es uno, el de operador es otro, el que debe definir políticas, prioridades e incentivos es el rol del gobierno y es diferente a los anteriores; ese tipo de cosas son las que el sistema uruguayo debe ir procesando y madurando, hacia una mayor sofisticación de sus instituciones, para hacer frente a esta realidad que además, tiene al comercio exterior como un actor importante. Aquello de decir "tengo dos grandes empresas que manejan todo", hoy es imposible.

AP—En la separación de roles, es probable que haya que potenciar las capacidades empresariales de las empresas; ya el mercado dejó de ser establecido por los límites de Uruguay, ahora es un mercado regional, interconectado, con flujo en todas las direcciones, probablemente las empresas tengan actuación comercial en toda la región y como todas empresas, deberán rendir cuentas por el capital invertido en cada actividad. Es necesario avanzar para que las empresas se puedan desarrollar plenamente cumpliendo su rol.

OP—Además, tienen que captar inversiones de futuro. Hay una larga agenda de inversiones pendientes y no podemos pensar solamente en inversión pública. Ya en el primer gobierno de Tabaré Vázquez se tomó la decisión de abrir la posibilidad de la inversión privada en el sector eólico, fotovoltaica y en la biomasa. Pero en las redes no puede hacerse así, es un monopolio natural, esencia de la empresa pública, entonces, ¿cómo lo financiamos? De repente abriendo las empresas para captar inversiones, y allí hay que tener en cuenta la nueva gobernanza de la que hablamos.

—¿Piensan en la venta de acciones de las empresas públicas?

AP—Esto va más allá de los instrumentos, porque UTE por ejemplo ha tenido buenas experiencias en el mercado de valores y en el financiamiento bancario. Ahora el tema está centrado en cuáles son los espacios para potenciar el crecimiento y que la actividad empresarial de las empresas públicas tenga cada vez más criterios corporativos más estrictos. Hoy hay, dentro de las empresas, roles empresariales, roles sociales, políticos institucionales, definición de subsidios, y por otra parte las empresas tienen unas reglas de funcionamiento asociadas al derecho público que generan un montón de complejidades para tomar decisiones que hoy son necesarias para poder funcionar en un mercado ampliado, en forma eficiente. Todo eso es necesario debatirlo, discutirlo y ver las nuevas alternativas.

Fijación de políticas.

—Entienden que son demasiados los roles como para que estén todos bajo el control directo de la empresa en cuestión…

OP—Hay un rol de fijación de políticas que es el típico de un gobierno. Después hay un rol más regulador, que se encarga de las tarifas y de los costos, de asegurarle al ciudadano que reciba un buen servicio a precios razonables; después está el rol de las empresas en sí, que lo que tienen que hacer es desarrollar una actividad, poder financiarla y sostenerla económicamente. Pero además ahora tenemos distintos mercados que como dijimos, están interconectados. Entonces surge la necesidad de administrar el mercado eléctrico —para lo que existe ADME— pero también el gas y sus posibles impactos, eventualmente, en el mercado de combustibles;

Y además, está el tema del rendimiento de los activos. Hay una inversión muy grande que se está haciendo, ¿cómo rendimos cuentas de que se estás haciendo de forma correcta? Podría haber dentro del Estado un ente depositario de las acciones de las empresas, u otro tipo de soluciones. Puede haber una empresa mixta que emita acciones, allí entramos en un control financiero separado del control de gestión propiamente dicho, las lógicas cambian en ese sentido.

Soberanía.

—¿Consideran que las discusiones sobre soberanía o propiedad están perimidas?

AP—La discusión que no está fuera de moda es la seguridad de suministro. El Estado debe garantizar para sus ciudadanos y las empresas el suministro necesario. Para eso sí vale el concepto de soberanía, dado por la capacidad de brindar un servicio de manera autónoma. Los que creemos en una economía abierta, que además es esencial para un país chico, consideramos que los mismos criterios valen para todos los productos y servicios, incluidos los energéticos. Tratemos de buscar las mejores condiciones para lograr abastecernos en precio y calidad, ese es el objetivo central.

OP—No solo asegurar el suministro, sino la calidad y a precios razonables. El objetivo final debe ser el ciudadano y su calidad de vida. La discusión sobre propiedad quizás está fuera de lugar; es cierto que con privatizar no se asegura el éxito, no es una solución mágica. La discusión es como lograr una administración adecuada de los recursos, con los incentivos apropiados para todos, donde puede haber actores públicos y privados.

AP—El problema sigue estando en la gestión y no en la propiedad. Hay ejemplos de esto en el mundo. Generar un esquema institucional y gobernanza que permita los mejores niveles de gestión. Probablemente sea de propiedad pública y privada, pero el centro está en la gestión y no en la propiedad de los activos…

La construcción de los acuerdos comerciales será factor clave

—Resulta clave observar cómo se construyen los acuerdos comerciales sobre las infraestructuras existentes…

AP —Sin dudas. Tendremos un sistema que va a contar con excedentes energéticos por unos años, con lo cual pasan a ser relevante los precios y condiciones del contrato de gas que las autoridades de UTE y Ancap están negociando en este momento, y cuáles van a ser las condiciones de comercialización con los países vecinos. Esos dos puntos van a ser muy importantes, así como la gestión del almacenamiento de gas para optimizar lo mejor posible la infraestructura disponible.

OP —Lo del contrato del gas es especialmente importante, porque presupone un compromiso de suministro en volumen y plazos, de largo plazo. En un país que tiene una demanda mucho mayor que lo que incluye un contrato, eso no es un problema. Uno va recibiendo el gas y lo vuelca en una demanda que lo va a absorber siempre. En nuestro país, la demanda de gas puede llegar a ser bastante menor a lo que está comprometido contratar, en algunas etapas, fundamentalmente cuando hay mucha lluvia; entonces, ¿cómo manejamos un contrato que no puede tener las características estándar, donde no importa solo el precio sino también las condiciones? Se necesita un contrato con flexibilidad, que permita que el consumo que no se utiliza en un año se pueda usar en el siguiente. ¿Llega el embarque, hay que absorberlo sí o sí? Ese tipo de cosas van a ser claves porque hacen a optimizar el costo total de la provisión a la eventual demanda eléctrica. Porque si contamos con energía hidráulica y en el fondo no la podemos usar porque tiene que quemar gas, está ante una subutilización, muy poco eficiente. Allí una de las claves es poder exportarlo. ¿Cómo lo hacemos?

—¿Podemos decir que los problemas de Uruguay son otros a los existentes en la década anterior?

AP —Uruguay en el esquema energético está cambiando la escala del problema, pasamos de dificultades de infraestructura en la generación que están quedando solucionadas, a otros temas que son delicados también como los precios y condiciones de intercambio y comercialización de la energía.

OP —Y ahí las interconexiones regionales juegan un rol clave. Las decisiones que se han tomado últimamente van en ese sentido. Se está culminando la interconexión con Brasil, se puede cambiar la dirección del gasoducto con Argentina, se puede exportar gas o energía eléctrica, pero todo eso requiere de un marco de acuerdos comerciales que se debe desarrollar ahora…

Es fundamental invertir en tendidos de redes inteligentes

—¿El manejo de las inversiones a corto plazo en las redes es fundamental?

AP —La infraestructura de redes requiere de inversión permanente, la demanda está creciendo continuamente, el desarrollo de los últimos años ha llevado a que la demanda fuera cambiando de lugar en el territorio, lo que implica la necesidad de una inversión permanente.

OP —El estudio de "Uruguay Infraestructura 2020" que se presentó el año pasado, cuantificó la inversión necesaria en redes en unos 6 mil millones de dólares en los próximos 15 años, que se tienen que empezar a desarrollar desde ahora; estamos hablando de una inversión muy importante, casi tan importante como la que nos fijamos como horizonte para la generación durante los últimos años.

AP —Y hay que tener en cuenta un cambio conceptual importante: la inversión en redes ahora es en conjunto con tecnología de punta sobre esas redes, para convertirlas en inteligentes. o smart grids.

—¿Se trata de nuevos tendidos o de actualizar los que hay?

AP —Probablemente es un esfuerzo de renovación y mejora, además de nuevas instalaciones en algunos casos en los que haya habido un incremento relevante de la demanda. Creo que el paso más importante que se va a dar en este período es culminar el cierre del anillo de trasmisión de 500 kw para todo Uruguay, conectando el norte del país con el resto del territorio.

Es un proyecto que ya está planificado y probablemente se concrete en estos años, dándole un nivel de robustez aún más grande al sistema.

AP —Hecha la infraestructura, el trabajo importante pasa también por la optimización de la oferta, tema en el que se está trabajando.

Asimismo, Uruguay tiene tradición en trabajar sobre la demanda, a través de las tarifas multihorario, y la gestión de los picos de consumo de energía, así como el impulso de la eficiencia energética. Son buenos instrumentos, a los que hoy la tecnología les brinda un mayor potencial.

OP —La red inteligente no es solamente volver inteligente la demanda final, sino también la interconexión en las distintas etapas de la red para manejar flujos de energía que varían.

Es un tema interno de UTE, no solamente hablamos del contador y la tarifa. Hay que tener en cuenta que con la tecnología, las subestaciones están en condiciones de manejar que los flujos de energía vayan en una dirección o en otra, ajustarse por horarios, etc.

Ficha técnica.

Alejandro Perroni es Contador Público y Posgrado en Finanzas. Consultor en temas energéticos. Ex - Gerente General de UTE. Omar Paganini es Ingeniero Electricista, Posgrado en Dirección y Administración de Empresas. Es Vice-rector en Gestión Económica y Desarrollo en la Universidad Católica. Docente y consultor en temas de TI aplicadas a procesos productivos. Ambos son integrantes del Consejo Honorario del Observatorio de Energía y Desarrollo Sustentable de la Universidad Católica.

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Ingeniero Omar Paganini y contador Alejandro Perroni. Foto: Archivo El País

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