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El mercado de drogas

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Aún no está claro cuándo comenzarán a venderse legalmente. Foto: M. Bonjour
Nota en club de marihuana (Cannabis) en las afueras de Pando, ND 20150410, foto Marcelo Bonjour
Archivo El País

Finalmente, el 19 de julio debería estar comenzando la venta en farmacias de cannabis con fines recreativos. Mucho se ha argumentado a favor y en contra de esta medida aprobaba en la administración del presidente José Mujica y cuya implementación ha sido bastante más dificultosa de lo esperado.

Al momento de escribir esta nota no está aún disponible el listado de farmacias donde se podrá adquirir y el total de potenciales adquirientes se encuentra muy por debajo de lo esperado (menos de 5.000 inscriptos).

Evaluar los resultados que tendrá esta política es de gran interés. Para ello habrá que seguir con cuidado los detalles de implementación y obtener estrategias adecuadas para la medición de sus efectos. Hoy en día no podemos concluir al respecto. En esta nota quiero referirme a algunos trabajos sobre los que creo vale la pena reflexionar.

Teoría.

Desde el análisis económico se han realizado desarrollos teóricos en los que se construyen modelos de comportamiento de los mercados minoristas de drogas. La cita obligada es al trabajo publicado en el 2006 en el Journal of Political Economy por el premio Nobel Gary Becker, junto con Kevin Murphy y Michael Grossman. En él, los autores utilizan herramentales clásicas de economía para mostrar cómo se comportaría un mercado para un bien ilegal. Este trabajo propulsó la idea de que la lucha contra las drogas mediante su legalización y la imposición de impuestos a su consumo puede ser más eficaz que su prohibición y persecución.

Más recientemente, en marzo de este año 2017 el American Economic Review publicó un artículo de los profesores Galenaios y Gavazza donde sugieren que el modelo de Becker y coautores no capta un elemento esencial de los mercados de droga: la droga es un bien "experiencial" (experience good en inglés). Esto quiere decir que es un bien cuya pureza no puede ser evaluada previo a ser consumido. Esto genera una disyuntiva para los vendedores minoristas cuando enfrentan un nuevo consumidor: vender un producto de calidad para establecer una relación comercial estable o vender un producto de mala calidad (y más barato) y obtener mayores beneficios de una única transacción comercial. El modelo lo construyen pensando en el mercado del crack en los EE.UU. para el cual tienen información de la distribución de calidades disponibles en el mercado. Asimismo, usan evidencia que indica que los compradores de crack conocen nuevos vendedores en promedio cada 24 días y la duración de la relación comercial promedio entre vendedores y compradores es relativamente corta (41 días). El problema de riesgo moral desarrollado en el modelo determina que en su equilibrio persisten una variedad de calidades de droga en el mercado. Los autores utilizan el modelo para estimar los efectos de una legalización que haría verificable la pureza de la droga (como sucederá en la venta en farmacias en Uruguay). Encuentran que la calidad promedio de la droga aumentaría y la dispersión de calidades disminuiría. Estos efectos son de tamaño considerable.

Empiria.

Existen varios estudios que han prestado atención a los efectos de despenalizaciones parciales y temporales en el consumo de cannabis. Uno que no es tan conocido refiere al municipio de Lambeth en Londres. El Lambeth Cannabis Warning Scheme (LCWS) dio inicio en julio del 2001, inicialmente como un programa piloto de 6 meses pero su aplicación se extendió por un año. Bajo esta política, a las personas del municipio de Lambeth que se encontraban en posesión de pequeñas cantidades de cannabis para su uso personal se les confiscaban sus drogas y recibían una advertencia en lugar de ser detenidos. Esto generó un marco experimental (grupos de tratamiento y control asociados a los municipios de residencia e información previa y posterior a la implementación de la política). Esta política comparte con la que estamos por comenzar a implementar en Uruguay una vocación de atacar por vía indirecta el mercado de otras drogas.

Los profesores Kelly y Rasul en un artículo publicado en el 2014 en el Journal of Public Economics reportan que la despenalización del cannabis tuvo impactos significativos a largo plazo en las admisiones hospitalarias relacionadas con el uso de drogas duras, elevando las tasas de admisión en el hospital para hombres entre 40 y 100% de sus niveles basales previos a la política. En especial, los impactos se encontraron entre los más jóvenes.

Mi reacción.

Reconozco que lo reseñado es solo una pequeña parte de la literatura. Acepto incluso que expertos del área pueden pensar que mi selección no es la más relevante. Lamentablemente, entiendo que la mayoría de los estudios revisados para escribir esta nota no son directamente aplicables al caso uruguayo. Confieso que desde mi escritorio de investigador en ciencias sociales veo con gran interés este proceso de venta de cannabis en farmacias. Temo que las dificultades en la implementación atenten contra lo que podamos aprender de esta política y que por esa vía se limite la consideración de medidas audaces y alternativas en la llamada guerra contra las drogas.

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Aún no está claro cuándo comenzarán a venderse legalmente. Foto: M. Bonjour

NÉSTOR GANDELMAN

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