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Menor ocupación afecta calidad del empleo formal

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Desempleo: búsqueda de trabajo en el Gallito Luis
Desempleo: búsqueda de trabajo en el Gallito Luis.
Foto: Archivo/El País

Aproximadamente 20 mil personas pasaron a la informalidad a lo largo del último año.

Las cifras recientemente divulgadas sobre el comportamiento del mercado laboral al cabo del primer trimestre del año reafirman el deterioro que se venía manifestando desde el pasado año y comienzan a mostrar señales de una menor calidad del empleo.

Esto tiene implicancias importantes sobre la marcha de la economía. En primer lugar porque comienzan a aparecer recursos ociosos al alejarnos del pleno empleo. Esa mayor desocupación demanda asistencia al gobierno a través del seguro de desempleo al tiempo que le tributa menos impuestos, deteriorando las ya muy desequilibradas cuentas públicas.

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Este es un punto relevante de cara a las negociaciones salariales que se están llevando a cabo en los distintos Consejos de Salarios, en particular las que comenzarán en julio, que abarcan aproximadamente al 50% del total de trabajadores. Exigir retribuciones ajenas a la realidad resultará forzosamente en un desempleo mayor. Ello impactará aun más en la demanda agregada y en el deterioro de las finanzas públicas.

La prudencia debería imponerse en este caso. De lo contrario no sólo se agravaría la situación macroeconómica y la de cada uno de los sectores involucrados, sino que aun en el caso de aquellos trabajadores que mantienen su empleo, se deteriora su calidad, como comienza a insinuarse.

A marzo la tasa de desempleo a nivel de todo el país se situó en el 8% del total de personas que deseaban trabajar. Ello marca un deterioro frente al registro del mismo mes del año anterior, que se explica por una caída del empleo.

Como los datos provienen de la Encuesta Mensual de Hogares que realiza el INE, la que puntualmente puede tener errores de muestreo, a los efectos del análisis lo más adecuado es considerar promedios de períodos más extensos, por ejemplo trimestres. Visto así, en el primer trimestre del presente año la tasa de empleo cayó 0,8% respecto a igual lapso de 2015, lo que determinó que la tasa de desempleo subiese del 7% al 7,9%.

En el gráfico alargado de arriba del cuadro que acompaña esta nota se muestra la variación trimestral del empleo. Hace cinco trimestres que están disminuyendo los puestos de trabajo de la economía. Se puede estimar que entre fines de 2014 y el momento actual se perdieron aproximadamente 36 mil puestos de trabajo. De ese total, unos 19 mil pasaron a engrosar la fila de los desocupados y el resto abandonó el mercado laboral. Por distintas razones, estos últimos decidieron no buscar empleo ya sea por que prefirieron estudiar, cuidar a su familia o eventualmente no hacer nada. Pero seguramente si cambian las circunstancias la mayoría de ellos reingrese al mercado buscando un nuevo trabajo.

Si bien la caída del empleo es generalizada, afecta en mayor grado a los hombres que a las mujeres. A lo largo del último año la reducción del empleo masculino se concentró en los adultos de entre 25 y 39 años y en menor medida entre los jóvenes de entre 14 y 24 años. A nivel de las mujeres fueron los mismos niveles etarios los que sufrieron la caída del empleo, pero fueron las jóvenes quienes más se vieron afectadas.

La evolución del empleo y su contracara, la desocupación, nos dicen del dinamismo o dificultades por las que atraviesa el mercado laboral, no nos cuentan toda la historia. En particular cuando los ciclos comienzan a cambiar, ya sea en uno u otro sentido.

En economías donde el mercado laboral está muy regulado, en las que los costos ante eventuales ajustes son muy altos (léase indemnizaciones por despido, derechos adquiridos, etc.) las decisiones de contratar un nuevo trabajador se atrasan hasta tanto las empresas evalúen que el buen momento que justifica esa nueva contratación se prolongue en el tiempo. Si no están tan confiadas en el futuro prefieren contratar horas extras de sus trabajadores actuales. Cuando cambia el ciclo, el primer paso es cortar las horas extras y de persistir las dificultades recién ahí disminuyen la plantilla laboral.

En tal sentido, ver la evolución de la cantidad total de trabajo brinda una información más completa del desempeño del mercado laboral. Esa cantidad total es el producto del número de trabajadores por las horas trabajadas. En el gráfico chico de la derecha se muestra la evolución de la tasa de empleo y las horas.

Si bien ambas tienen una tendencia a la baja, las horas fueron las primeras en comenzar a caer, incluso en momentos en que el empleo subía. Pero se trató del 2014, muy especial por ser año electoral y en el que las empresas públicas invirtieron mucho y contrataron servicios al sector privado.

El deterioro de los grandes números del mercado laboral comienza a incidir en la calidad de los empleos y en la actitud de quienes buscan un trabajo. La calidad del empleo se mide a través del grado de formalidad de los trabajadores. En tal sentido son empleos de calidad aquellos en los que los trabajadores cuentan con protección social, las empresas realizan los aportes correspondientes y trabaja una jornada completa. Tal como lo muestra el gráfico alargado de abajo, el porcentaje de trabajadores que está en esta situación se ha venido deteriorando desde el pasado año. Son aproximadamente 20 mil personas que empeoraron sus condiciones de trabajo. Ello no sólo les impacta personalmente, sino que significa también una menor recaudación para el BPS.

De acuerdo a los datos que publica el INE, el descenso porcentual de los trabajadores que poseen empleos sin restricción (de calidad) fue más que compensado por un aumento de los subempleados no registrados. Es decir que, en grandes números, esos trabajadores que pasaron a estar en negro (sin aportes) están trabajando menos horas que antes, contribuyendo por esta vía a explicar también el descenso en el número de horas totales trabajadas en al economía. El gráfico chico de la derecha muestra la evolución de esta categoría de trabajadores, que viene creciendo lenta pero ininterrumpidamente desde el año 2013. Se los puede estimar en aproximadamente 86 mil personas.

Estas dificultades se ven reflejadas a la hora de buscar un empleo. Está aumentando el porcentaje de personas que no ponen condiciones al momento de solicitar un trabajo. En momentos de auge, cuando las empresas solicitan trabajadores, en particular aquellos con determinadas destrezas, éstos pueden "imponer" ciertas condiciones relativas al salario, horario, incluso tarea, aprovechando la necesidad de sus potenciales empleadores. Cuando la situación económica empeora, dicho poder desaparece, y con ello las condiciones requeridas por el trabajador.

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