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Lo que no se mata se consolida

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Edificio del Ministerio de Economía y Finanza (MEF)
Edificio del Ministerio de Economía y Finanza (MEF).
Foto: Darwin Borrelli

Asume un nuevo gobierno, y los organismos multilaterales ya se pusieron a tono con esta realidad, ofreciendo su apoyo. Aprendí con instituciones como el Banco Mundial en el área de reformas estructurales, que el desempeño de una economía tiene que ver también con las transformaciones sustantivas acometidas por programas de estos organismos.

Enseña la experiencia que los cambios que permiten transformar la realidad se hacen con liderazgo y un claro ejemplo de esto fue el primer gobierno de Vázquez. En general la mayor parte de las transformaciones más relevantes de la realidad económica y social de los últimos 25 años se llevaron a cabo con liderazgos fuertes y también el acompañamiento de los organismos multilaterales.

Uruguay se podría beneficiar de la estructuración de un programa global o sectorial de carácter integral que se oriente a la mejora de la eficiencia y el desenvolvimiento de la Economía y por otro lado a promover la integración real de los sectores más vulnerables. En el primer caso, referimos a la revisión del impacto y eficiencia de los incentivos y procesos de la inversión e innovación y la mejora del entorno de competencia de los mercados regulados (Antel, Ancap, UTE, otros).

En segundo lugar, nos referimos el estudio de parámetros de expansión de gastos en áreas estratégicas, optimizando el máximo de cobertura de los servicios públicos y el cumplimiento de estándares en la calidad, evitando el engrosamiento innecesario de los presupuestos públicos. El expediente de expansión de gastos sin contrapartidas y en las condiciones en que se verificó hasta ahora fue viable (a la vista está), pero el margen para repetir esa lógica es difícil hoy por la restricción presupuestaria.

Convicciones.

Hay algunos valores e impactos de la modernidad que determina nuestro pensamiento y acción, que nos transforma, aún así hay un núcleo de convicciones y pautas de cultura propios que están incorporados, tan aferradas a nuestro modo de vivir y pensar que imponen de algún modo nuestra forma de insertarnos.

Entre los códigos referidos hay ciertos "valores" que le dan lugar y posición a cada quién en un grupo, barrio, club deportivo, hinchada, incluso un sindicato. La teoría de los hechos consumados genera su propia lógica y está claro que los diferendos en ese terreno se resuelven fuera del ámbito de la Justicia. Este problema está en la base de muchos otros en nuestra sociedad y lo que hace es inhibir soluciones, por más que se aumenten los recursos, por más que se amplifique el esfuerzo.

Con el nuevo Gobierno se renuevan la expectativa de dejar atrás nuestras principales debilidades. En particular el tema económico no parece ser un tema de preocupación principal en la ciudadanía. Pero, ¿sucede lo mismo en otros ámbitos?.

Hay muchos problemas de los cuales ocuparse a pesar de un esfuerzo presupuestal de diez años, con la aplicación de programas de acción concretos y teniendo en cuenta lo que los indicadores globales de la economía lograron amortiguar.

A pesar de todo este esfuerzo se mantienen ciertos fenómenos (ajustes de cuentas, sicarios, narcotráfico, violencia intrafamiliar, abuso infantil, prostitución y muchos otros) que tienen consecuencias sociales y económicas de diverso tipo, en la familia, el barrio y en los propios servicios públicos. De algún modo conviven modernidad y barbarie.

Ha transcurrido suficiente tiempo, al menos desde la crisis de 2002, para observar que la pasividad colectiva permitió que se generara cierto tipo de subculturas, ahora difíciles de erradicar. Algunas pautas culturales como las referidas antes son un ambiente más propicio para que se cultiven ciertos comportamientos. A su vez, la falta de una visión colectiva sobre estos fenómenos vuelve cualquier solución más cara, difícil e insume más tiempo.

La densa malla de redes de contención y defensa de intereses de distintos grupos agrega mucho ruido a la posición tomada frente a los problemas de distintos colectivos. El resultado es algo por demás engorroso y las consecuencias las vemos todos.

El estándar que la sociedad está dispuesto a aceptar en los niveles de atención de los servicios (seguridad, justicia, etc.) es de algún modo concordante con ello y es así que hay diferencias entre lo que la población considera aceptable, las pautas culturales que referimos antes y lo que ciertos grupos entienden como estándar.

Cuánto demandaría una acción concreta y un programa diseñado para atender esta problemática en la dirección de corregir todas estas distorsiones, seguro mucho tiempo y un volumen de recursos inimaginable (probablemente se trate de varios cientos de millones de dólares y una población objetivo a atender no menor a las 50-70 mil personas). No deja de ser también un tema económico del que la sociedad tendrá que dar cuenta. Se puede disimular en virtud que "el Mercado" están leyendo con buenos ojos los indicadores que exhibe nuestro país, pero en cualquier caso más vale estar prevenidos. En cualquier hipótesis que uno se imagine, los desafíos que enfrentará este gobierno no van a ser pocos y existe el riesgo de subestimar tanto el cambio de escenario como la necesidad de recursos públicos para cumplir con algunas de los pendientes que dejó el actual período.

El trabajo será arduo en varios ámbitos (economía, competitividad, indicadores sociales). En el terreno de los servicios públicos se requiere de un particular equilibrio entre los recursos aplicados y la necesidad real. En un contexto favorable el avance fue importante, hoy la realidad exige que la aplicación de recursos sea más eficiente pero también requiere una expansión presupuestal cuando se verifican estándares deficitarios.

¡Es la economía!

¿Cuáles son los factores claves en el desempeño en una gestión de Gobierno? En primer lugar, la credibilidad y a partir de allí la disponibilidad de recursos, la capacidad de administrar, la determinación, la transparencia y la comunicación. En última instancia cuenta el Liderazgo y es lo que hace la diferencia. Vázquez en particular podría marcar esa diferencia por características personales, pero también cabe reconocer que hay un proceso que es la resultante de muchas voluntades para llegar a cierto objetivo.

Cuando Vázquez asumía en el año 2005 la situación era de incertidumbre. Varias decisiones estratégicas del Poder Ejecutivo, del Equipo Económico y las condiciones del entorno económico aquellos días hicieron la diferencia.

¿Cuáles son los puntos críticos hoy?, otros; se tratará de ampliar los programas de cobertura social, mejorar el funcionamiento de los servicios públicos, realizar ajustes a ciertas prioridades, actividades y programas promovidos por el gobierno anterior y en último término gestionar de la mejor forma posible las acciones prioritarias.

Hasta hace un tiempo, quizás exagerando y simplificando un poco, la economía lo era casi todo (sin olvidar la Agenda Social), hoy es una hipótesis contrastable dado el desempeño de la economía en los últimos años y dada la Agenda del Gobierno.

El Dr. Vázquez en su primera vez terminó con índices de popularidad muy altos, las circunstancias son otras, pero cuenta con toda la experiencia acumulada. El país le dio una nueva chance, le deseamos toda la energía y sabiduría para ubicarse por encima de todo y todos y conducirnos así a un punto en que nos podamos sentir orgullosos de lo que hemos logrado, una situación que tendría que ser sustantivamente diferente de la que tenemos hoy en varios aspectos.

Uruguay tiene a pesar de su tamaño la posibilidad de manejar problemas a una escala que otros no tienen, está en nosotros tener la inteligencia, tolerancia y decisión para mover el colectivo en la dirección correcta. No valen excusas ni atajos ya que de eso hasta el momento hemos tenido de sobra.

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MEF

JUAN SÁNCHEZ

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