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La ilusion del desacople

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Dicen que la economía enfrenta "viento de frente", en alusión a factores externos que han pasado a ser desfavorables para la continuidad de su crecimiento.

Un repaso de ellos muestra que no todos son obstáculo para el aumento del bienestar que trae la expansión de la producción a través de la de la retribución a quienes contribuyen a generarla.

Factores externos.

Excluidos los regionales, los factores externos que más influyen sobre la actividad económica local son el escenario económico mundial, las tasas de interés internacionales relevantes, las paridades cambiarias y los precios de los commodities en general. Si el primero es de recesión afecta adversamente al comercio mundial y a nuestras exportaciones y si es de expansión, sucede lo contrario.

Al mantenerse el actual escenario, los países desarrollados tienen sus tasas próximas a cero —como la Reserva Federal en Estados Unidos (Fed) y el Banco de Inglaterra—, en cero —como el Banco Central Europeo—, o negativas en términos nominales —como el Banco de Japón—. Persisten esas tasas para fomentar al gasto privado antes que al ahorro y así provocar aumentos de la producción y del empleo. Promueven movimientos de capitales por carry trade —salida de posiciones en esas monedas e inversión financiera en monedas de países con tasas más altas—, por préstamos externos directos —también por tasas de interés mayores en los países de destino de los fondos—, y por inversión extranjera directa en actividades productivas. Ese trasiego de capitales desde países desarrollados en letargo económico hacia naciones con tasas de interés y de ganancia más altas, por mayores riesgos, es lo que ha provocado la depreciación del dólar y la apreciación de las monedas locales. Si bien Estados Unidos "amenaza" desde hace ya dos años que comenzará un proceso de suba de su tasa de interés de referencia, ello no se produce porque el balance entre inflación y actividad en esa nación sigue mostrando que preocupa más esta última.

Pero la intención de la Fed manifestada hace casi tres años de marchar hacia una política monetaria menos permisiva, provocó una apreciación del dólar en el mundo, desde ese momento y hasta hace unos meses, que generó una reacción devaluacionista en varios países, mayor a la que se ha dado en Uruguay. Y se ha constituido, también, en el cambio adverso más significativo que se experimenta en los factores que comentamos, pues la apreciación durante dos años del dólar se refleja en una significativa caída de los precios internacionales de los bienes comercializables en el mundo que ha sido más fuerte en los precios de commodities que Uruguay exporta.

Factores regionales.

Los mayores obstáculos provienen de Brasil. Su situación macroeconómica es de recesión desde hace dos años, la inflación se duplicó, una significativa devaluación de su moneda y las perspectivas no son buenas para el próximo bienio en el que se vivirá con una situación política anormal. La influencia de Brasil a través de su alta expansión de los años 2009 a 2011 con una fuerte sobrevaluación del dólar y el peso favoreció a nuestras exportaciones de bienes y servicios hacia el socio mayor del Mercosur. Pero desde entonces se verifica una fuerte baja de las ventas al vecino, tanto por la menor demanda como por nuestra menor competitividad. Se ha constituido entonces, en un gran obstáculo para nuestro crecimiento.

El caso argentino es diferente. Desde hace ya varios años hasta recientemente había por un lado, obstáculos, y por otro, incentivos para el crecimiento uruguayo. El proteccionismo y la prohibición de compra de moneda extranjera provocaron reducción de nuestras ventas de mercaderías y de servicios. Pero impuestos sobre el agro y la apreciación injustificada del peso ante el dólar oficial fomentaban inversiones argentinas en nuestro país. Hoy desaparecen ambas cosas, por lo que hay fuerzas que al menos actualmente, juegan como obstáculos y otras como favorables para el crecimiento local pero con predominio de éstas.

En definitiva.

No todos los factores externos configuran obstáculos para el crecimiento del país. Lo que la experiencia deja en claro es que momentos en que variables del exterior provocaron efectos favorables se han tomado como permanentes, dando espacio para afirmar aquellos del "desacople", y no como lo que han sido: transitorios. Vale alertar que el viento de frente será menos soportable aún si se instalara la expectativa mundial de que la tasa de interés de Estados Unidos comience un proceso de alza que, aunque lento, tenga continuidad.

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Foto: Wikimedia

JORGE CAUMONT

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