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Exportaciones tienden a estabilizarse

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Problemas climáticos afectaron a la soja, y las colocaciones cayeron 24% en lo que va del año.

Las cifras referentes al comercio exterior reflejan la coyuntura por la que atraviesa la economía uruguaya. Tras una larga década de crecimiento económico a una tasa superior al promedio histórico, el nivel de actividad se estancó en el presente año, lo que frenó a las importaciones. Por otro lado, el escaso dinamismo de la demanda internacional, unido a factores climáticos que afectaron los rendimientos agrícolas, repercutieron negativamente en el sector exportador.

En esta coyuntura de menores exportaciones e importaciones, fueron las compras al exterior las que más se contrajeron. De hecho, desde el mes de abril las exportaciones tienden a estabilizarse y se ha frenado su caída, no así las importaciones que continúan en caída. Debido a ello, el saldo de la balanza comercial de bienes que fue deficitario en el año 2015 se tornó superavitario.

En el gráfico alargado que aparece en la parte superior del cuadro que acompaña esta nota se muestra la evolución de las exportaciones e importaciones totales del país acumuladas en los últimos doce meses. Se incluyen allí las ventas al exterior desde las zonas francas. Se ve claramente que ya en los primeros meses del presente año las importaciones comenzaron a caer a un ritmo mayor que las exportaciones, que recién se deterioran de manera importante hacia el mes de abril.

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Dado el contexto en el que se está desenvolviendo la economía uruguaya, dicho comportamiento no debe sorprender. De hecho, el ajuste se viene procesando hace un tiempo. El freno en el gasto interno ante el cambio en la coyuntura económica se ve reflejado en menores importaciones de consumo, a lo que hay que agregar el freno en las importaciones de bienes de capital.

Por su parte, las exportaciones fueron afectadas por los menores precios internacionales, la recesión en las economías vecinas y los malos rendimientos de la cosecha de soja, aunque su caída fue menor que la de las importaciones.

Tomando como referencia los datos al cierre de 2015, las exportaciones en los últimos doce meses a agosto del presente año resultaron ser un 5,6% inferiores expresadas en dólares corrientes. Por su parte las importaciones cayeron 15,7% en el mismo período. Como resultado de ello, el saldo de la balanza comercial pasó de un déficit de US$ 455 millones al cierre de 2015 a un superávit de US$ 541 millones en el último mes, tal cual se muestra en el gráfico alargado que aparece abajo. Se ve allí el rápido cambio de signo ya en los primeros meses del presente año, coincidiendo con el freno de las importaciones.

El descenso de las exportaciones fue más moderado y se profundiza hacia el mes de abril, tendiendo a estabilizarse desde entonces. La explicación viene por el lado de la soja, ya que a partir de ese mes se da la exportación de este oleaginoso. Las menores exportaciones de soja responden a la menor producción. Un verano demasiado seco y excesivas lluvias al momento de la cosecha afectaron los rindes, lo que determinó una menor producción y por consiguiente un menor volumen exportado.

En los ocho primeros meses del presente año se exportaron 2,1 millones de toneladas frente a las 2,8 que se transaron en igual período del año anterior. Con precios promedio de exportación similares en ambos ejercicios, el descenso en los volúmenes exportados significó una caída de US$ 261 millones de las exportaciones sólo por este concepto.

Se trata de uno de los principales rubros de exportación del país y es importante analizar sus perspectivas en el futuro próximo. El magro resultado de este año se debió fundamentalmente a problemas climáticos. En materia de precios no hubo mayor diferencia con la zafra anterior. Es más, las exportaciones de este año se realizaron en promedio a un valor levemente superior, US$ 374 frente a los US$ 370 la tonelada respectivamente.

Al momento de escribir esta nota la cotización en el mercado de Chicago estaba en un nivel similar, lo que quiere decir que al productor le llega un valor inferior. De mantenerse estos precios podría verse afectada el área sembrada.

La encuesta que realiza el MGAP sobre perspectivas de producción para el próximo ejercicio muestra una intención de siembra 20% inferior. Con condiciones de clima más normales los rindes deberían ser superiores a los de esta zafra. Pero de cumplirse el descenso en el área sembrada la producción no sería muy distinta a la de este ejercicio y los valores exportados tampoco.

La disminución de las exportaciones de soja determinó una caída importante de las ventas del país a China, el principal comprador de este producto. No obstante, sigue siendo el principal destino del total de las exportaciones uruguayas. Y también el principal comprador de los principales rubros de exportación del país, ya que se trata en la actualidad del destino más importante para las ventas externas no sólo de la soja, sino también de la carne y la celulosa.

Hablando de celulosa, es de los pocos rubros cuyas exportaciones aumentaron a lo largo del año. En el gráfico chico de la izquierda se muestra la evolución de las exportaciones desde zona franca. La fuente de la información son los informes de comercio exterior de la Cámara de Industrias (CIU) que reflejan las ventas de celulosa y concentrados de bebidas refrescantes.

Pero el crecimiento no ha sido la tónica de las exportaciones uruguayas, más allá de que en los últimos meses tiendan a estabilizarse. En particular las que más sufren son las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI). En los ocho primeros meses del presente año cayeron 28% respecto a igual período de 2015. Como se ve en el gráfico chico de la derecha, dicha caída duplica a la del total de las exportaciones desde el territorio aduanero (sin considerar zona franca), muy por encima del descenso que registraron las manufacturas de origen agropecuario (MOA) y los productos primarios.

Las dificultades de estos rubros para insertarse en el mercado internacional derivan de la falta de competitividad, que le impiden acceder a mercados distintos de los regionales. Con algunas excepciones como el sector de los medicamentos y en los últimos tiempos y a menor escala los aparatos médicos, los restantes rubros dependen de las economías regionales.

En particular la brasileña, que está atravesando por una etapa recesiva. Solucionado el tema político, las perspectivas para el próximo año son favorable y se estima que tanto la economía de Brasil como la de Argentina tengan un desempeño positivo a partir de 2017, lo que beneficiará al sector exportador uruguayo y en particular a las MOI.

EL ANÁLISIS

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