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Estados Unidos tiene el mercado de los hidrocarburos en sus manos

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Doctor Richard Vietor. Foto: AFP

Obama debe decidir si regulará explotaciones vía fracking y si permite las exportaciones de crudo, gran tema de discusión

El gobierno de Barack Obama tiene por delante la compleja misión de resolver si impulsa la exploración de hidrocarburos vía fracking y si autoriza la exportación del producto. Esta metodología de extracción de petróleo y gas pone a Estados Unidos en camino de ser autosuficiente, pero cuenta con severas críticas desde el punto de vista medioambiental y significa una inversión enorme, que cambiará las reglas de juego del mercado global. De la misma forma, la exportación puede influir negativamente en los bajos precios internos que hoy se manejan. Así lo afirmó el experto Richard Vietor, catedrático de la Harvard Business School. Vietor participó en Montevideo de las últimas jornadas del año lectivo 2014 en varios programas del Instituto de Estudios Empresariales de Montevideo (IEEM) de la Universidad de Montevideo, donde es miembro del comité de asesores. A continuación, un resumen de la entrevista.

—A partir de la explotación del shale oil y el shale gas, todo cambió en Estados Unidos…

—Todo ha cambiado, pero llevó 20 años desarrollar esta tecnología. El gobierno comenzó a respaldarla en la década de los ochenta y el sector privado poco a poco inició sus trabajos. Una empresa petrolera pequeña, Mitchell Petroleum, fue la primera. Nadie pensó que se podía lograr algo, pero Mitchell estaba seguro de que había posibilidades de explotar los hidrocarburos que había en el esquisto.

Luego, en los años noventa, otros petroleros fueron desarrollando la perforación horizontal, de modo que perforaban a 11.000 pies (aproximadamente 3.300 metros) de profundidad y luego barrenaban para extraer unos 300 metros en todas las direcciones. De esa forma, inyectaban agua bajo presión en esas perforaciones horizontales; de lograr la presión suficiente, hacían explotar el esquisto y liberaban ya sea gas de esquisto (shale gas) o petróleo de esquisto (shale oil).

—La producción en volúmenes importantes llegó bien avanzada la primera década de este siglo…

—Para el año 2008 en Estados Unidos ya se estaba empezando a producir en gran escala. Hoy estamos produciendo aproximadamente 7 trillones de pies cúbicos más de lo que producíamos hace 5 años. Y continúa creciendo.

Tarifas.

—Eso tuvo un impacto inmediato en el precio…

— En 2008, el gas en Estados Unidos costaba 13 dólares cada 1000 pies cuadrados (aprox. 92 metros cuadrados) y para el 2013 ya era de 3 dólares. Un invierno muy frío llevó el precio a 7 dólares, pero inmediatamente después bajó nuevamente y ahora es de 4 dólares.

—Una vez comprobado el éxito del trabajo llevado adelante por algunas pocas compañías, las mayores se fueron sumando al proceso...

—A partir de la mayor explotación, muchas compañías comenzaron a solicitar autorización para licuar el gas natural, de forma de venderlo al exterior. En Estados Unidos al día de hoy se ha aprobado la licuefacción y venta al exterior de aproximadamente 9 millones de pies cúbicos, pero hay muchas solicitudes que todavía no han sido aprobadas por el gobierno. Hasta donde yo sé, se están construyendo 3 plantas: "Sabine Louisiana Project", es un proyecto local, "Cameron" que pertenece a los japoneses, y "Freeport" que es parte estadounidense y parte coreano. Probablemente estas obras, muy costosas, estén finalizadas dentro de dos o tres años.

El gran dilema.

—Ese es el dilema oficial…

—Exacto. Uno de los problemas que enfrenta el presidente Obama, es cuántos proyectos de este tipo debería aprobar. Porque en Estados Unidos hay una pelea entre las empresas. Las compañías petroleras y las gasificadoras quieren exportar, pero los fabricantes para uso doméstico y las compañías químicas no quieren exportar porque pretenden que el precio siga muy bajo, ya que esto es lo que está haciendo que Estados Unidos sea competitivo.

En Europa el gas se vende a unos 11 dólares por 1000 pies cúbicos, y en Asia a unos 17 dólares. El costo del gas es aproximadamente 4 dólares, y el costo de la licuefacción, unos 6 dólares; entonces, estos precios dejan un buen rédito en Europa, de aproximadamente 1,5 o 2 dólares y en Asia, una ganancia de unos 7 dólares por cada 1000 pies cúbicos. Con los costos de producción de Estados Unidos, es tentador exportar.

—Exportar es negocio solo para algunos…

—Si no exportamos el hidrocarburo en bruto provocamos que el precio baje en Estados Unidos y eso implica que la factura del gas en mi casa se reduzca. En esta época, el año pasado pagué unos 150 dólares por mes de gas. Este año pago sólo 110. Mi cuenta de gas bajó 40 dólares por mes y eso es porque el precio del gas es sólo 4 dólares. La pregunta es, ¿dónde obtenemos más rédito? ¿Manteniéndolo en casa o vendiéndolo al extranjero? Ha habido docenas de estudios mostrando ambas opciones. Yo creo que obtenemos más rédito manteniéndolo en el país. Porque si una empresa extranjera viene y construye una planta química, obtenemos la inversión, las fuentes de trabajo y luego los réditos de la exportación cuando venden sus productos en el exterior. De cualquier forma, Estados Unidos gana. A pesar de que se pronostica una suba —el gobierno piensa que para los próximos 20 años, el precio será de unos 5 o 5,50 dólares— igualmente es muy barato.

Futuro asegurado.

—¿Esos precios tan bajos que se proyectan están ligados con las existencias probadas?

—Correcto, es la gran cantidad de gas que creemos que tenemos. Hace algunos años teníamos unos 1.000 trillones de pies cúbicos y consumíamos 27 trillones de pies cúbicos. Ahora creemos que tenemos 4.000 trillones, lo cual es suficiente para 110 años de nuestro consumo actual. Pero no somos los únicos con buenas reservas; China México y Argentina también tienen. Lo mismo Rusia, pero a su vez cuenta con mucho gas convencional para exportar, por lo que no les interesa por ahora el gas de esquisto. Las ventajas de Estados Unidos sobre otros países están en las condiciones de explotación. Las formaciones de esquisto en Argentina —por ejemplo— son más rocosas, difíciles de llegar a la capa objetivo a perforar. Eso supone mayores inversiones. Y el otro problema lo tiene China: cada explotación de esquisto requiere 23 millones de galones (1 galón= 3.78 litros) de agua en promedio. China no tiene agua, así que no puede desarrollar la explotación. Nadie más ha desarrollado la explotación de esquisto todavía, excepto Gran Bretaña pero a pequeña escala.

—¿Los resultados obtenidos con el shale oil son tan buenos como con el shale gas?

—Actualmente hay dos yacimientos de petróleo de esquisto que se están explotando en Estados Unidos, uno se llama "Bakken", en Dakota del Norte y el otro "Eagle Ford", en Texas. Esas capas de esquisto producen principalmente petróleo, no gas. Pero ha pasado lo mismo que con el gas. Nuestra producción de petróleo ha subido a las nubes, actualmente estamos produciendo aproximadamente 3.5 millones de barriles de petróleo de esquisto (petróleo shale) al año. Esto hizo que nuestra importación de petróleo bajara y probablemente en poco tiempo la producción suba a 4.5 millones de barriles.

El problema que tiene este tipo de explotaciones es que se agotan, se erosionan fácilmente. Un pozo de petróleo normal dura 20 o 30 años. Pero los yacimientos de petróleo de esquisto en Dakota del Norte se erosionan en un 85% en 3 años. Lo que tienen que hacer es seguir perforando nuevos pozos y es muy costoso. Este petróleo cuesta 60 dólares el barril. Y el gas cuesta 4 dólares por 1000 pies cúbicos. El gas es barato, el petróleo es un poquito más caro. Así que puedes ver lo que pasó en el último mes —son datos a noviembre— los precios del petróleo Saudí cayeron de 100 a 66. A 100 dólares, estos yacimientos de petróleo, de esquisto, valen fortunas. A 66, las empresas continúan produciendo pero no perforan nuevos pozos. Así que una de las cosas que la gente cree que los saudíes están tratando de hacer es perjudicar a la producción de petróleo de esquisto, dejando que los precios bajen.

Factor político.

—¿Qué factores geopolíticos pueden generarse a partir de esta nueva realidad?

—Los Republicanos, que acaban de ganar el senado en la última elección, asumirán en febrero. Quieren explotar el esquisto en todos lados. Los Demócratas están un poco más preocupados por el medio ambiente y no quieren producir tanto. Ese es un tema de discusión que no va a estar ausente.

El otro tema es, ya lo mencionábamos, si se exporta o no. Todas las compañías petroleras solicitaron a Obama exportar petróleo crudo. Y está en sus manos, tiene que decidir eso. Es una ley aprobada en 1975 que le da al presidente el control directo.

—¿Por qué es una decisión tan compleja?

—Porque el petróleo de esquisto es un crudo liviano de muy alta calidad y las refinerías en la costa del Golfo, donde hay cerca de 40, todas refinan petróleo pesado, que es más denso. Así que Obama tiene que decidir, primero cuántos proyectos de GNL va a aprobar, segundo si va a permitir que se exporte el petróleo en crudo y tercero tiene que decidir si va a construir el oleoducto Keystone para transportar un millón de barriles de petróleo pesado canadiense por día hacia la costa del Golfo de México. Y los ambientalistas están totalmente en contra. Y la cuarta decisión es si va a regular la fractura hidráulica, un aspecto sumamente delicado, con muchos intereses en juego.

—La tecnología tenderá a abaratarse en el futuro. ¿Cuál es el precio de equilibrio de producción para el shale gas y que valga la pena la inversión?

—Si el precio está por debajo de 4 dólares nadie hace perforaciones…

—¿Y el petróleo?

—El precio de producción de Arabia Saudita —petróleo convencional— es de entre 10 y 17 dólares el barril. Así que Arabia Saudita puede continuar produciendo para siempre, pero el precio de Nigeria es de unos 75 dólares el barril. El de Venezuela es alto, pero no porque no tengan suficiente petróleo sino porque hacen mal las cosas. A su vez, el petróleo pesado de Canadá cuesta 75-80 dólares el barril, así que suspendieron la producción. Con el petróleo internacional tan bajo no van a seguir haciendo perforaciones y produciendo.

La "fractura hidráulica" presenta cuatro grandes inconvenientes

—¿Cuál es la relación entre el daño al medio ambiente y los beneficios?

—Hay 4 problemas con el fracking. Uno es que se usa mucha agua, se introducen 23 millones de galones (87 millones de litros) y cuando sale a través del esquisto, tiene que ser extraída; cuando vuelve al exterior tiene muchos contaminantes, incluyendo metales pesados y algunos materiales radiactivos. Ese es el primer problema, hay que limpiar esa agua, lo cual es muy caro. Ese es el primer problema. antes que nada hay que contar con agua suficiente, algo que no sucede en el caso de "Eagle Ford" en Texas; segundo, se tiene que limpiar el agua que se utiliza. El tercer problema es que el metano, un gas natural, se filtra de los pozos, todos los pozos de petróleo tienen pérdidas de metano, pero en este momento se están perforando miles de pozos y pierden quizás 8% de metano, un gas causante del efecto invernadero y que captura mucha temperatura, 50 veces más que el dióxido de carbono. Así que los ambientalistas están muy preocupados por el metano. Y el último problema son los terremotos. En Texas ha habido 40 o 50 pequeños terremotos el último año y la literatura científica ha probado que esos movimientos están siendo causados por el fracking o fractura hidráulica. Son terremotos muy pequeños y a una profundidad muy importante, no molestan en la superficie, pero la gente está preocupada porque no se sabe qué es lo que está pasando debajo.

—¿Hasta dónde estos problemas medioambientales pesan en las decisiones que se tomen a nivel oficial?

—La Constitución de los Estados Unidos otorga al gobierno federal el derecho de regular asuntos que trasciendan fronteras, pero los gobiernos de cada Estado, regulan los asuntos dentro de cada Estado. Y estos problemas de contaminación suceden mayormente en jurisdicción estatal, por lo que el gobierno federal no lo regula. Pero el metano, que es un gas causante del efecto invernadero, es un problema global, por lo que los ambientalistas quieren que el presidente Obama obligue a la dirección de protección ambiental a regular el asunto del metano. Y la industria se opone fuertemente.

—En algunos estados se prohibió...

—En California está prohibido, en Colorado está prohibido, en el Estado de Nueva York, donde está el yacimiento de gas más grande, el yacimiento "Marsalis", está prohibido. Ahora quizás lo autoricen pronto este último, porque se están perdiendo de ganar mucho dinero. En el estado de Florida se presentó recientemente un proyecto de ley para prohibir el fracking o fractura hidráulica. Es un asunto que trae problemas y los gobiernos son conscientes de ello.

Para Uruguay importar GNL es caro, pero a la vez necesario

—¿Qué sería recomendable para un país pequeño y no productor como Uruguay, en el contexto actual?

—Ustedes tienen que importar GNL (gas natural licuado), que es muy caro. Si tuvieran esquisto para desarrollar, valdría la pena que lo hicieran. La tecnología es muy avanzada, tendrían que traer una compañía estadounidense. Hay un puñado de compañías especializadas en fracking y son los únicos en el mundo que saben cómo hacerlo. Estos pozos tienen que hacerse de determinada manera y es difícil hacerlo bien.

—¿Cree que es una buena inversión montar una planta regasificadora?

—Es una inversión muy grande, pero si no se tienen otro recurso, se necesita gas natural licuado.

— ¿Pero por qué dice que es muy caro? ¿Con respecto a qué?

— Va a costar 10 dólares por cada 1000 pies cuadrados. Y lo necesitan, pero comparado con Estados Unidos, donde se puede comprar a 4 dólares, eso les da una ventaja enorme frente a sus empresas, y es lo que está pasando en todo el mundo.

Estamos comenzando a ver empresas extranjeras que construyen plantas en Estados Unidos solamente por el gas. Por ejemplo la alemana Siemens acaba de anunciar que va a construir una planta química nueva en Louisiana, pura y exclusivamente porque obtienen gas a 4 dólares o a 4,50 dólares por cada 1000 pies cuadrados.

— Argentina tiene un enorme potencial en Vaca Muerta…

— Sí, pero no esperen nada de eso a corto plazo. La señora Fernández de Kirchner ha arruinado tanto las cosas que están en una crisis de deuda actualmente, por lo que las compañías estadounidenses no van a ir hasta que Argentina solucione sus problemas, porque temen que no les paguen.

—¿De qué forma el surgimiento del fracking está afectando otros métodos de generación de energía?

—Afecta claramente a la energía eólica, a la solar y especialmente a la nuclear. Cada vez más, las grandes superficies están optando por construir turbinas a gas de ciclo combinado, porque el gas sólo cuesta 4 dólares.

En vez de construir una planta de energía nuclear, cuya construcción cuesta 7 u 8 billones para generar 11.000 megawatts. Así que ya han cerrado 4 reactores nucleares en Estados Unidos porque no pueden competir con el gas. Y también se está eliminando completamente al carbón, no hay plantas nuevas en Estados Unidos en este momento, ninguna en construcción que utilice este mineral. Solo sobrevive el etanol, con un subsidio incomprensible.

Ficha técnica

Richard Vietor es catedrático en la Harvard Business School, donde imparte cursos de política económica internacional. Recibió una B.A. en economía de la Unión College, una maestría en Historia de la Universidad de Hofstra, y un Ph.D. en historia de la Universidad de Pittsburgh. Se especializó en las relaciones entre gobiernos y empresas, y ha publicado más de ochenta casos de estudio sobre la política energética, la regulación de gas natural, energía nuclear y desechos peligrosos, entre otros temas.

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Doctor Richard Vietor. Foto: AFP

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