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Desvíos en esfuerzo del cambio climático

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El uso de la energía nuclear en Uruguay no es viable por ahora. Foto: Archivo

Ya está descarrilando el esfuerzo global por combatir el cambio climático, acordado a duras penas en París hace siete meses?

Alemania, el defensor europeo de la energía renovable, al parecer está dudando con respecto a su ambicioso impulso por acrecentar su consumo de combustibles renovables para generación de energía. Con la esperanza de desacelerar el estallido de nueva energía renovable en su red, el país eliminó un subsidio abierto para energía solar y eólica, poniendo un tope a la capacidad renovable de tipo adicional.

Alemania también pudiera abandonar una programación para ponerle fin a la generación mediante la quema de carbón, que sigue representando más de 40% de su electricidad, con base en un informe filtrado del ministerio del Ambiente del país.

Además, fuentes renovables están produciendo acumulaciones de electricidad temporales de Australia a California, expulsando otras fuentes de energía que siguen siendo necesarias para mantener un suministro estable.

En el sur de Australia, donde el viento abastece más de un cuarto de la electricidad de la región, los precios crecientes de la electricidad cuando el viento no estaba soplando plenamente llevó al gobierno a pedirle a la empresa de electricidad Engie que regresara a una planta alimentada con gas.

Pero, en lo que pudiera ser el suceso más inquietante en el combate en contra del cambio climático, las renovables están contribuyendo a llevar la energía nuclear, la principal fuente de electricidad cero carbono en Estados Unidos, a la bancarrota.

Un análisis de Bloomberg New Energy Finance, distribuido hace dos semanas, estimó que los reactores nucleares que producen 56% de la energía nuclear de Estados Unidos no serían lucrativos a lo largo de los tres años siguientes. Si todos fueran a desaparecer y ser reemplazados con generadores a gas, se emitiría a la atmósfera otras 200 millones de toneladas de bióxido de carbono cada año.

El aspecto económico de la energía nuclear es el culpable en su mayoría. Sencillamente, no puede competir con el barato gas natural. La mayoría de los reactores en el país está perdiendo entre 5 y 15 dólares por megavatio-hora, con base en el análisis.

Sin embargo, la suerte de la energía nuclear no está siendo dictada solamente por los mercados. Legisladores enfocados en impulsar fuentes renovables por encima de todo lo demás —subsidiando copiosamente proyectos solares y eólicos, y fijando objetivos legales para generación de energía a partir de renovables— están contribuyendo activamente al cierre de la industria. Ante intensa aversión popular, la energía nuclear está siendo dejada de lado.

California, donde se prevé que los generadores reciban la mitad de su electricidad de renovables para 2030, ofrece una muy buena ilustración del problema. A medida que se va alimentando cada vez más capacidad solar a la red, desplazará alternativas. Un vatio extra de sol no cuesta nada. Sin embargo, el sol no brilla de manera constante. Cerca del mediodía, cuando está a tope, habrá poca necesidad de energía de reactores nucleares, o incluso de gas o carbón. A las 7 p.m., cuando la gente llega a casa del trabajo y enciende sus aparatos, el sol ya no estará tan caliente. Entonces será indispensable acrecentar fuentes alternativas.

El problema es que reactores nucleares, e incluso generadores a gas —y carbón— no puede cambiarse solos de manera intermitente y de manera barata. Así que lo que ocurre es que alrededor de mediodía, esos generadores tienen que pagarle a la red por tomar su energía.

No causa sorpresa que esto menoscabe la rentabilidad de las nucleares. Incluso pudiera dejarlos fuera del sistema por completo.

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El uso de la energía nuclear en Uruguay no es viable por ahora. Foto: Archivo

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