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El automóvil preferido en cada mercado

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Las fábricas germanas ya no fabrican como antes. Foto: Archivo El País

La globalización del sector del automóvil es un hecho: en la última década, países como Turquía, Eslovaquia o Indonesia han entrado de lleno en el mercado global, montando vehículos que luego se distribuyen por todo el planeta.

Pero esa globalización aún no ha llegado a los gustos de los consumidores: aunque hay coches que pueden encontrarse en cualquier parte, la mayoría de los grandes países del motor son fieles a un tipo de automóvil, una marca o incluso un modelo concreto.

Es el caso de China. Al contrario que en Occidente, donde los coches más populares son casi todos hatchback (de dos cuerpos), los chinos prefieren las berlinas, al estilo del Volkswagen Santana, uno de los primeros automóviles occidentales en ser montados en el país asiático y el primero en ser un éxito de ventas.

Sin embargo, las cosas están cambiando. Los todoterrenos aumentaron sus ventas un 83% el año pasado, según la patronal china del sector. En 2015, el vehículo más popular del país fue el monovolumen compacto Wuling Hong Guang, de siete plazas y presentado en 2011.

En el segundo mercado global, Estados Unidos, las cifras engañan un poco. Los tres vehículos más vendidos en el país son los tres furgones "ligeros" producidos por los veteranos "tres grandes" de la industria: Ford (con su Serie F), General Motors (con la marca GMC) y la hoy italoestadounidense FCA (con su Dodge Ram). Sin embargo, la parte inferior de la lista —donde están los turismos— es totalmente japonesa. La berlina familiar Toyota Camry lleva 14 años siendo el turismo más vendido en Estados Unidos.

Toyota y su filial Daihatsu también dominan el mercado nipón, muy definido por la legislación fiscal y de seguros del país asiático. Seis de los diez vehículos más vendidos en Japón son legalmente "automóviles ligeros", con motores de hasta 660 centímetros cúbicos y 350 kilos de carga (incluidos los pasajeros).

Alemania, el mayor mercado de Europa, y Francia, el tercero, tienen algo en común: el absoluto dominio del mercado por parte de sus marcas nacionales. En Alemania, el grupo Volkswagen hizo honor a su nombre de "coche del pueblo" y colocó siete modelos entre los diez más vendidos, con el venerable Golf a la cabeza. Mientras, en el país vecino, la pugna entre los grupos Renault y PSA por el liderazgo del mercado acabó en empate el año pasado, con el Renault Clio en la primera posición. Todo lo contrario que en Reino Unido, donde la industria autóctona desapareció en los años noventa. Aquí el mercado está muy repartido entre Ford (el Fiesta es el más vendido), Vauxhall (la marca de GM) y el grupo Volkswagen. Aunque la marca Mini ahora es propiedad de BMW, ubica al pequeño de la marca noveno en ventas.

En Italia, el otro país europeo en el top 10, sus consumidores prefieren de forma abrumadora coches pequeños, urbanos e italianos. Así, el Fiat 500 y sus variantes lideran el mercado.

En 1981, Suzuki, hasta entonces más popular por sus motos y vehículos todoterreno, llegó a un acuerdo con la india Maruti para fabricar cerca de Nueva Delhi su coche ligero Alto. Esa operación, plagada de polémicas, le ha terminado siendo muy rentable a la firma japonesa: su dominio sobre el que es hoy el quinto mercado del mundo es apabullante. Seis de los diez coches más vendidos en India son Suzuki.

La competencia es mucho más activa en el otro gran mercado emergente, Brasil. La entrada de nuevos actores en los últimos 15 años ha servido para romper el apabullante dominio de Volkswagen. El otrora intocable líder del mercado, Volkswagen Gol, y el líder es el Chevrolet Onix. Los coches brasileños tienen una característica prácticamente exclusiva del mercado local: más del 80% de los vehículos puede correr tanto con gasolina como con etanol de caña. Este último es más barato, pero depende de la disponibilidad y las fluctuaciones del mercado azucarero.

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Las fábricas germanas ya no fabrican como antes. Foto: Archivo El País

LA GLOBALIZACIÓN NO HA IMPEDIDO PREFERENCIAS DISTINTAS

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