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"Yo vivo, respiro, sueño y como magia"

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El mago Ariel Jr.: 45 años de truco y entretenimiento (Foto: Marcelo Bonjour)

El mago Ariel Jr. cumple 45 años de trayectoria en un arte y oficio que recibió como herencia y fue siempre su pasión: “Más que un medio de vida, es algo que me dio todo”, dice.

LUIS PRATS

Como tanta gente que se gana la vida con una empresa unipersonal, la oficina de Ariel Tabares (59) se encuentra en su casa. Un cuarto como muchos, pasando el living y la cocina. Hay estanterías, placares y cajones. Pero su tarjeta de presentación dice "Mago Ariel", por lo cual el visitante imagina que si abre uno de esos cajones saldrán conejos, palomas y pañuelos de colores. En realidad, los animales los tiene en el fondo de la casa, pero su oficina siempre reserva sorpresas: naipes, cuerdas, sombreros y varitas mágicas, además de singulares aparatos que formaron parte de la colección de su padre, el primer mago Ariel que sorprendió a los uruguayos.

El mismo asombro sintieron los amigos y compañeros de escuela de Ariel Jr. cuando lo visitaban en su casa de la Unión. "Era muy pintoresco —recuerda—. La casa de un mago es algo muy especial, con animales, baúles, cosas extrañas. Para nosotros es lo más normal del mundo. Para el resto de la gente, es lo más insólito… Mi padre era el mago de mis cumpleaños y siempre le hacía algún juego a mis amigos".

Su padre se inició, autodidacta, a los 17 años. Fue el primer mago de la televisión uruguaya, desde los viejos galpones de Canal 10. Su trayectoria se prolongó durante 64 años. Eso incluyó presentaciones en 64 carnavales seguidos. "Era un enamorado del Carnaval y de su arte, que era la magia", cuenta su hijo, que heredó el nombre y el oficio.

"Me crié entre palomas, conejos, cajas raras y cosas extrañas que para mí eran de lo más normales porque eran lo que veía en mi casa. Desde muy chiquito sabía que mi destino era hacer magia", cuenta. Por supuesto, en su casa se hablaba mucho de trucos, Ariel padre le contaba sus proyectos al hijo y este lo acompañaba a Buenos Aires, donde iba a congresos de magia o a comprar material.

Los comienzos.

"A los 9 años empecé a trabajar con él como asistente y secretario, le llevaba las valijas. A los 12 años me dio la posibilidad de tener un show de cinco minutos dentro de su espectáculo y a los 15 golpeé la puerta de Canal 4 y empecé a trabajar por mi cuenta", evoca Ariel Jr.

Pasó después por todos los canales montevideanos, tuvo un micro durante la temporada de verano en Canal 11 de Punta del Este y un programa propio en un canal de cable de San José. Más los espectáculos, el teatro, las competencias internacionales, a través de las cuales obtuvo 18 premios. "Hemos hecho unas cuantas cosas en estos 45 años", afirma.

—¿Qué es la magia para usted?

—Es un arte. Está catalogada entre las artes más completas, porque usa todas las técnicas, desde la psicología a la comunicación con el público. Hay que convencer al público para llevarlo por el camino que quieras que vaya y así ilusionarlo. Personalmente, más que un medio de vida, es algo que me dio todo. No soy licenciado en absolutamente otra cosa que no sea magia. Me dediqué desde chico a estudiar magia en todos sus conceptos. Leo libros, voy a congresos, practico varias horas por día para perfeccionarme. Yo vivo, respiro, sueño, como magia. Vivo de la magia. Es parte de mí.

—Cuando ofrece un espectáculo, ¿cuál es su objetivo?

—En pocas palabras, que lo pasen bien. Mis shows, sean de niños como de adultos o empresariales, apuntan a que el público se sorprenda con magia de alto impacto visual, pero que nunca pierda la parte de comedia y humor. Esto es fundamental porque yo no voy a presentarme, nunca lo hice, como una especie de mago misterioso, una persona con superpoderes que puede hacer cosas que el resto de los mortales no. Que se diviertan, que pasen bien y se sorprendan.

Tiempo completo.

Nunca fue otra cosa en la vida que mago, por lo cual sus amigos le hacen la chanza de que nunca trabajó. "Pero no es cierto, esto da trabajo y mucho", cuenta y se ríe. La mayor parte de sus presentaciones son de viernes a domingos, pero el resto de la semana, a cualquier hora, tiene fiestas de adultos, así como eventos empresariales o lanzamientos a los que pone su toque de entretenimiento. Formó la empresa Producciones Mágicas Mago Ariel, que prepara los espectáculos en forma global. Y ensaya varias horas por día, sobre todo para mantener ágiles sus dedos para la prestidigitación.

Se define como "un mago a tiempo completo". Hasta que no tuvo hijos, nunca se había tomado vacaciones. Ahora descansa unos días, pero siempre se lleva algunos libros sobre magia.

Cuenta que la actividad de los magos locales tuvo un vuelco con los espectáculos para adultos, que ahora incluso superan a las fiestas infantiles. "Las fiestas de adultos son espectaculares —asegura— porque son más niños que los propios niños. Se divierten de forma espontánea. Saben que hay un engaño detrás de este arte, pero saben que es un engaño con mucho estudio y profesionalidad. Y se entregan a ese juego. Es lo mismo que si uno va ver una película de James Bond, por ejemplo. Se da cuenta de que todo es mentira cuando se tira con el coche de un precipicio y no pasa nada, pero en el momento lo disfruta porque se estaban ilusionando. Y con la magia ocurre exactamente lo mismo".

A Ariel le molesta que le pidan que revele sus trucos. "Mi señora no sabe la mayoría de mis trucos. Vive conmigo, me ve ensayar, me ve trabajar, pero no le cuento cómo lo hago. Tampoco a mis amigos. Mi núcleo más cercano ni siquiera me pregunta porque sabe que no hay respuesta", indica. Por eso, le parece "lamentable" el programa de televisión en el cual un mago enmascarado muestra cómo se hacen algunos trucos. "En el mundo hay más gente que quiere destruir ilusiones que crearlas", advierte.

En cambio, no tiene problemas para admitir que alguna vez le salió mal un juego. Pero en esos casos tuvo, como suele ocurrir en su trabajo, un as en la manga. "Siempre hay un plan B y después un plan C. No hay que decir: Tengo un pañuelo blanco y voy a hacer aparecer una paloma marrón. Voy a tratar de hacerla aparecer pero si no sale porque me hizo un piquete en la esquina y no me quiere trabajar, con ese pañuelo puedo hacer aparecer otras cosas. Y el público ni se entera de lo que ocurrió", comenta.

Especialidades.

Ariel explica que en el arte de la magia existen alrededor de trece especialidades diferentes. España, por ejemplo, es un alto exponente de la cartomagia. En Estados Unidos son maestros en las grandes ilusiones, con efectos de escenario y alta tecnología. En su caso, se dedica especialmente a la magia de salón (para adultos, con naipes y humor), la infantil (con animales y mucho color) y la teatral, que incluye música y equipamiento medio. Y se lamenta de que los efectos de escenario a la americana resulten imposibles en Uruguay, por sus costos.

—¿Busca inventar nuevos trucos?

—Más que inventar juegos nuevos, estoy siempre pensando en agregarle cosas, en darles una vuelta. También siempre busco nuevas aplicaciones para el material que heredé de mi padre. Algunas son piezas de colección de más de 100 años.

—¿Los magos son celosos de sus trucos?

—Sí, por supuesto. Hay muchos juegos registrados, con derechos de autor. Solo si uno los compra los puede usar, aunque ahora se han perdido muchos códigos y aparece mucha copia barata y mala.

—¿Existen los inventores de magia?

-—Sí, hay genios para fabricar trucos pero no los ejecutan. Los llevan a casas especializadas que luego los presentan para vender en las convenciones de magos. Hay todo un mundo de la magia que la gente no conoce y que es maravilloso, atrapante.

Ariel tiene dos hijos: Giuliana, de 7 años, y Juan Ignacio, de tres. ¿Habrá otro mago que siga la tradición? "El más chico dice: Yo soy mago. Y es gracioso, porque no le quiero imponer nada. No tiene por qué ser mago si yo lo soy, pero los genes son así, para bien o para mal. Creo que la magia va a seguir presente en la familia Tabares", augura.

SUS COSAS.

Un truco.

"Pesadilla geométrica", una rutina que se realiza con tres cuerdas de diferentes tamaños, es uno de los trucos que le han dado más satisfacciones. "Hay juegos que yo amo y van a morir conmigo. Son clásicos a los que siempre trato de darle un nuevo giro", explica Ariel. Otro juego que disfruta es "Sinfonía de aros".

Un mago.

Ariel admira al estadounidense David Copperfield. "Tengo el gusto de haberlo conocido personalmente. Vi sus actuaciones tres veces, incluso en Las Vegas, la capital mundial de la magia". También destaca la carrera de Lance Burton, otro genio de la profesión. Le gusta ver en acción a sus colegas y disfrutar de sus espectáculos como uno más del público.

Un festival.

Recorrió el mundo para asistir a festivales y conferencias, pero siempre vuelve a Festimagia, porque es el acontecimiento que él organiza. Este año llega a su edición número 14. Será del 15 al 17 de abril en el Hotel Sheraton, con diez profesionales de Uruguay, Argentina y México ejecutando magia de salón para todo público.

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El mago Ariel Jr.: 45 años de truco y entretenimiento (Foto: Marcelo Bonjour)

Ariel Tabares

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