Retiros de silencio, de yoga y de detox son una opción que crece.

En pausa". Cada vez que pone ese estado en su WhatsApp, sus contactos saben que es inútil intentar establecer comunicación con él. Quienes más lo conocen identifican que ésa es la frase que suele usar Martín Llorente cuando está meditando, en su casa o en alguno de los retiros a los que suele asistir cuando su mente necesita, justamente, entrar "en pausa". Para Martín, que tiene 42 años y es abogado, hacer dos o tres retiros al año de meditación y silencio es una necesidad personal. "El cuerpo me lo pide. Me doy cuenta de que tengo que alejarme del ruido y de todo cuando empiezo a irritarme por pequeñas cosas que no suelen afectarme cuando estoy enfocado en el aquí y ahora. Entonces busco refugio en el retiro. Es la forma que elijo para preservarme y preservar a los demás."

De silencio. De yoga. Detox. De sexo tántrico. De tarot. De vidas pasadas y de constelaciones familiares. Para hombres. Para mujeres. Para novios y matrimonios. La oferta es amplia y crece a medida que el auge por la búsqueda de espiritualidad y una mejor calidad de vida gana adeptos en una generación que ya no deposita todas las respuestas de la vida en las terapias tradicionales como el psicoanálisis o en la fe religiosa tradicional, sino que está especialmente abierta a lo que llega desde Oriente.

Aunque muchos utilizan estas pausas para clarificar la mente y tomar decisiones importantes, otros lo hacen sólo para estar mejor. "No hay que tener una razón especial o trascendental para hacer un retiro —opina el ingeniero Fernando Rodríguez—. Para mí es la posibilidad de encontrar un espacio para dejar salir la emocionalidad que está reprimida. Los retiros son muy básicos, consisten en quedarse en silencio sin hacer nada. Pero ese no hacer nada es el que te obliga a pensar en vos, en procesar cómo estás. Volvés renovado, cargado de energía."

Aunque hay retiros en abundancia durante todo el año, muchos coinciden en que ésta es la temporada alta. Es el momento en que la gente empieza a sentir más que nunca el peso de los meses transcurridos y además el clima invita a estar puertas afuera, en pleno contacto con la naturaleza.

El camino de los que participan de estas "escapadas" suele ser similar: en general, la puerta de entrada son los retiros religiosos en la adolescencia; pasados los veinte años la búsqueda trasciende la fe y se conecta con el lado del bienestar, con el yoga como práctica principal; más tarde se animan a probar con una alimentación alternativa y se inscriben en los retiros de desintoxicación o comida raw (cruda) hasta terminar en alguno más instrospectivo como los de meditación y silencio.

Cierto es que muchos de los asistentes a estos retiros entran por el lado de la curiosidad y la moda más que por el de la convicción o una búsqueda espiritual. Pero nadie los juzga.

"Si se les pregunta qué vienen a buscar, muchos no lo tienen claro y otros dicen que porque lo leyeron o escucharon hablar a alguien en algún lugar. Pero también ellos son bien recibidos —dice Eduardo Torres Astigueta, profesor de yoga e instructor de meditación Vipassana con más de 20 años de experiencia—. Igualmente, todos los que se acercan buscan algo para estar mejor. Me dicen que lo que conocen ya no los ayuda o no les alcanza. Y la realidad es que los entiendo, porque es lo mismo que me pasaba a mí hace veinte años: como no encontraba respuestas en lo que tenía a mi alrededor, empecé a leer e investigar y me enganché con el yoga primero y la meditación después". La meditación Vipassana, por ejemplo, es una técnica budista que se realiza en la más absoluta introspección y en estricto silencio.

Si bien la meditación es para muchos la herramienta más poderosa para desintoxicar la mente, cada vez más gente busca limpiar también su cuerpo. En este sentido, los retiros detox, donde se sirven exclusivamente jugos verdes o comida raw (cruda) son los que gozan ahora de mayor popularidad de cara al verano.  

Tendencias  La Nación/GDA