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El sonido que lleva a la serenidad

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Los "baños de sonido" se extiende como forma de relajación.

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Una nueva manera de disminuir los niveles de estrés y desconectarse del vértigo cotidiano empieza a expandirse desde Los Angeles hacia el mundo: el sound bathing.

Acomodarse sobre una colchoneta o almohadones para hacer yoga, y al mismo tiempo escuchar sonidos más bien expansivos que carecen de melodías o ritmos, hasta entrar en un relajante estado que combate el estrés. De eso se trata el sound bathing o "baños de sonido", una nueva forma de terapia que busca llevar las ondas cerebrales desde estados más activos a otros relajados y meditativos. En algunos casos, se puede incluso llegar a dormir ligeramente.

El sound bathing, como se le conoce a esta novedosa forma de desenchufarse, viene marcando tendencia a la hora de salirse del ritmo de vida habitual y reducir los niveles de estrés. Esto es logrado, dicen sus promotores, por la capacidad del baño de sonido de inducir a las personas a estados de relajación y meditación. El fenómeno viene de Los Ángeles, Estados Unidos, y de a poco se va expandiendo por el mundo.

Se sabe que las antiguas civilizaciones egipcias y griegas ya utilizaban el sonido que provocaban algunas herramientas para la curación, y no solo para el entretenimiento. De hecho, el mero entretenimiento era considerado como un sacrilegio, porque existía un respeto considerable hacia el poder que esas antiguas civilizaciones le atribuían al sonido en su estado puro.

También se puede rastrear el uso del sonido en culturas indígenas a lo largo de la historia, las que lo han utilizado como un medio de comunicación, para inducir estados de trance y, también, para sanar. Con el tiempo, esto dio lugar a lo que hoy se conoce como musicoterapia, que incluye al sound bathing como una de sus variantes.

Esta terapia se hace con sonidos en vivo, utilizando instrumentos. "El cuerpo físico recibe la vibración desde los instrumentos mientras estos se mueven por la habitación. Es una relación directa de instrumento a participante, a diferencia de los sonidos grabados, que han pasado por un procesamiento y se presentan principalmente en estéreo. Las ondas reaccionan de manera diferente al contacto con el sonido directo de un instrumento", explica Nate Martínez, un sound therapy practictioner de NTM Sound, con base en Nueva York.

Guy Douglas, cofundador de Sound Meditation SF y conocido como Gong Guy, acota que esta terapia es común en la práctica de yoga Kundalini, específicamente para la posición "sivasana", que se practica al final de una sesión para una relajación absoluta y consciente.

En los últimos años, dice Guy, una serie de estudios apoyan los beneficios terapéuticos de estos baños de sonido. "Proporcionan un ambiente de apoyo para explorar y experimentar el mindfulness. Son un camino hacia la meditación sin tener que saber meditar", comenta.

Los beneficios, además, son múltiples. "Van desde tener la sensación de estar relajado y tranquilo hasta una reducción en el estrés y la ansiedad. El sound bathing puede ayudar cuando hay problemas de sueño y permite ganar perspectiva sobre diversas situaciones de la vida, además de aumentar la creatividad", dice Nate.

Porque en estos días a menudo estamos sobrecargados de información y tecnología, el sonido puede ayudarnos a desconectarnos y a estar con nosotros mismos, sin distracciones. El efecto es similar al de estar en la naturaleza, o el de un masaje.

"Se trabaja con armonía tonal pura y vibración simpática (resonancia). Vibramos a nivel celular y cuando traemos las armonías tonales puras que emanan de estos instrumentos a un espacio lleno de gente, las células del cuerpo empiezan a vibrar y oxigenarse, eliminando la energía estática que crea malestar", termina Guy. 

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