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Sillas que pueden salvar vidas

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Para cada edad hay una silla indicada que debe estar bien colocada, al igual que el niño.

Aunque reducen 75% las lesiones en caso de accidente, solo 30% de los uruguayos usan los sistemas requeridos para trasladar niños.

La clave en la seguridad de los niños en el tránsito tiene nombre: Sistemas de Retención Infantil (SRI). Los estudios y las experiencias más recientes señalan que la forma adecuada de sujetar a los chicos en un vehículo particular —desde recién nacidos hasta los 12 años, o bien hasta que midan un metro y medio de altura— reduce hasta en un 75% la posibilidad de lesiones en caso de accidente, según cifras de la OMS.

Uruguay se convirtió en uno de los países pioneros en legislar sobre la obligatoriedad de los SRI y el uso de sillas infantiles bajo determinadas normas técnicas, aunque el camino hacia una mayor seguridad también requiere otros pasos.

La Fundación Gonzalo Rodríguez comenzó a trabajar en 2008 en seguridad vial infantil, enfocándose en los SRI y el transporte escolar. "Iniciamos una sensibilización sobre el uso de SRI y nos encontramos con un mercado que no era el adecuado. Las sillas que se vendían entonces no eran seguras porque no cumplían con normativas técnicas ni tampoco había un marco normativo que lo hiciera obligatorio. Además, comprobamos que un porcentaje grande de los niños viajaba sin sujeción", recuerda Matías Silva, técnico de la fundación.

Se inició entonces un trabajo junto a la Unidad Nacional de Seguridad Vidal (Unasev) para preparar la normativa técnica, al tiempo que se elevó un petitorio al Parlamento por una ley que hiciera obligatorio los SRI. Eso dio como resultado en 2012 la ley 19.601, cuya reglamentación se dictó en 2014. Entre sus varias normas de seguridad vial, como el uso de cascos y chalecos reflectivos en motos o la instalación de airbags, hace obligatorios los SRI para autos particulares en niños de cero a 12 años de edad o que midan menos de 1,50 m de altura.

"La ley establece esto porque los autos son diseñados para personas adultas. El traslado seguro de un niño que mida menos de 1,50 requiere alguna sujeción especial. A veces la gente piensa que los niños a los cuatro o cinco años son grandes y ya pueden ir con el cinturón de seguridad del vehículo. Pero eso no deja de ser un riesgo, porque el cinturón fue diseñado para un adulto y entonces al niño le queda en el cuello y el abdomen, que son partes blandas del cuerpo, y pueden sufrir lesiones graves o fatales. Por eso la ley marca: de cero a 12 años en el asiento trasero y siempre con un SRI de acuerdo a su altura, peso y edad", explica Silva.

El criterio no alcanza a adultos que midan menos de 1,50, porque su estructura física es más fuerte que la de un niño. De la misma forma, un menor de 12 años pero con 1,50 o más de altura puede usar simplemente el cinturón, aclara el especialista.

Lo que falta.

"En Estados Unidos se comenzó a trabajar en el tema hace 53 años, con la primera patente de sillitas. Al Uruguay el tema llegó más tarde, porque la ley se aprobó en 2012, aunque se puede decir que tenemos normas más avanzadas que en Estados Unidos porque allá varían de acuerdo al estado", asegura Pablo Romero, especialista e instructor de técnicos en el tema, que cursó la especialidad en Safe Kids de Chicago, una institución internacional dedicada a evitar lesiones en los niños.

Sin embargo, una cosa es la ley y otra que se cumpla efectivamente. En ese sentido, a nivel nacional aproximadamente siete de cada diez vehículos que llevan niños lo hacen sin sistemas de retención. "Solo un 30% de los usuarios cumple las normas. También es muy distinto el concepto de fiscalización que hay entre las intendencias departamentales. En Montevideo afortunadamente el uso de estos sistemas aumenta", afirma el experto.

"La ley 19.061 establece en su artículo 1° el uso obligatorio de los SRI y en el 3 que las sillas deben cumplir con normas técnicas internacionalmente reconocidas. Por tal razón las sillas que van a ser comercializadas en Uruguay deben primero ser homologadas por los organismos acreditados en nuestro país, que son UNIT y LSQA. Lamentablemente sigue habiendo importadores que traen baby sillas que no cumplen con las normas técnicas, por lo cual no fueron homologadas y no son seguras para los niños", enfatiza Romero.

Colocación.

Los expertos coincidieron en que de nada sirve tener el vehículo más seguro y la mejor silla, si está mal colocada: entonces no habrá una respuesta adecuada en caso de siniestro. Romero cita estadísticas que señalan que 90% de las sillas están mal puestas, en gran medida debido a problemas con la interpretación de los manuales, no siempre claros.

"Para que un niño viaje seguro se necesita, primero, la correcta selección de la silla; segundo, la correcta orientación de esa silla; tercero, la instalación correcta de la silla y finalmente, la instalación correcta del niño en la silla", indica.

La Fundación Gonzalo Rodríguez ofrece por ello el plan "Puntos de chequeo". Una vez por semana, un técnico asesora a los padres sobre la instalación de la silla en el vehículo. Es gratuito pero con agenda previa, ya que existe una alta demanda, inscribiéndose en la página web de la fundación (www.gonzalorodriguez.org).

Las exigencias varían según la edad y peso.

Los niños desde su nacimiento y hasta que alcanzan un peso de entre 10 y 13 kilos utilizan SRI en el asiento trasero del vehículo, mirando hacia atrás. Son los llamados grupo 0 y 0+. "El sillón a contramarcha, en el momento del siniestro, absorbe toda la fuerza. Lo deja bien firme al bebé y la fuerza negativa es absorbida por la silla", explica el técnico Pablo Romero. La Sociedad Uruguaya de Pediatría recomienda esta solución.

Los niños de entre 9 y 18 kilos (grupo 1) utilizan SRI en el asiento trasero mirando hacia adelante.

Los niños de entre 15 y 25 kg (grupo 2) utilizan SRI en kilos asiento trasero mirando hacia adelante.

Los niños de entre 22 y 36 kilos (grupo 3) utilizan booster (asiento elevador) ubicado en el asiento trasero mirando hacia adelante, utilizando los cinturones del vehículos

"El ideal es una silla para cada grupo", indica Romero. En el caso de los grupos 0 y 0+, es una silla específica que queda mirando para atrás. "Hay sillas que cumplen con más de un grupo, pero el problema que tienen es que en algún momento posiblemente no van a cumplir con el 100 % de su performance para la comodidad del niño", agrega.

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Para cada edad hay una silla indicada que debe estar bien colocada, al igual que el niño.

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