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Reivindica a las mujeres y deja huellas

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Sofía Coppola es la segunda mujer en recibir el premio a Mejor Director en Cannes.

Sofía Coppola ganó el premio a Mejor Director en Cannes por La seducción y se transformó en la segunda cineasta en recibirlo en la historia del festival.

La primera vez que fue a un Festival de Cannes, Sofía Coppola tenía 8 años. Lo hizo en los hombros —literalmente— de su padre, Francis Ford Coppola, en 1979, año en que su aclamada Apocalipsis ahora ganara la Palma de Oro, máximo galardón del festival. Volvió a acompañar a su padre en otras dos ocasiones.

Ahora, más de 30 años después, Sofía volvió a Cannes sin los hombros de su padre y convertida en una cineasta con estilo propio, para convertirse en la segunda mujer en ganar el premio a mejor dirección en la historia del festival. Antes, lo había logrado la soviética Yuliya Solntseva por su película The Chronicle of Flaming Years, en 1961.

Es que, con su película La seducción la joven directora logró una versión renovada y "feminista" de la novela de Thomas Cullinan, que ya había llevado a la gran pantalla Don Siegel, en 1971, con El seductor, protagonizada por Clint Eastwood. Y, aunque su presencia ya era corriente en el festival francés, como lo hizo con la presentación de sus películas María Antonieta (2006) y Adoro la fama (2013) y como miembro del jurado de la edición 2014, esta vez, Sofía ganó, no solo un premio, sino un lugar en la historia del cine.

"¿Por qué una historia con tantas mujeres se contaba desde el lado masculino? Ahí estaba el reto: mostrar la otra cara", dijo la directora en una conferencia de prensa durante el festival. De esta forma, con el desafío de transformar una historia ya conocida, Sofía utilizó todos los recursos para centrar su película desde la mirada de sus protagonistas mujeres. Y así, logró contar de un soldado herido durante la guerra de Secesión en Estados Unidos que llega desamparado a un internado de niñas en Virginia. Lejos de centrar la historia en el soldado —interpretado por Colin Farrell — y en sus conquistas de las jóvenes del internado, la directora logró una historia en la que la seducción es mutua. "Me enfada el hecho de que se tergiversa la relación de poder masculino-femenina que desarrolla el libro. Había que darle voz a las chicas (...) Son temas universales, actuales. No veo paralelismos con la situación política actual, pero sí con la social, con la lucha por el empoderamiento femenino", dijo firme la directora.

De familia.

No es casualidad ni resulta extraño que Sofía sea hoy una artista consagrada. Es que, el arte acompaña a la familia Coppola desde hace varias décadas. Su abuelo, Carmine Coppola, fue compositor y director musical. A su padre, Francis Ford Coppola, basta con solo mencionarlo. Su madre, Eleanor Coppola, es artista, directora y escritora. Su primo, el actor Nicolas Cage, y su tía la actriz Talia Shire.

Nació en Nueva York, en 1971. Y así, rodeada de artistas desde la cuna, su primera aparición en la pantalla grande fue cuando apenas tenía unos meses, en una de las películas más aclamadas de su padre, la primera de El Padrino (1972). Tres años después, apareció como una niña inmigrante en la segunda entrega de la saga. A continuación tuvo pequeñas participaciones en otras películas de su padre, como Rebeldes (1983), La ley de la calle (1983), Cotton Club (1986) y Peggy Sue se casó (1986).

Sin embargo, no fue sino hasta 1990 cuando, con la tercera parte de El Padrino, la actriz tuvo un papel relevante en el filme de su padre. Por su interpretación de Mary Corleone, la joven actriz recibió duras críticas, aunque posteriormente tuvo otras pequeñas apariciones en las producciones de su padre. Además, formó parte del elenco de Frankenweenie, mediometraje de Tim Burton, de 1984.

En 1998, con el cortometraje Lick The Star, hizo su debut como directora, dejando en evidencia o anticipando las que serían las temáticas de sus próximos trabajos: chicas adolescentes, solitarias y aburridas en un mundo que aún les falta descubrir.

En la misma línea, un año después llegaría su primer largometraje, Las vírgenes suicidas, en las que Sofía describe de forma excepcional la vida de las hermanas Lisbon, sumergidas en un universo adolescente y solitario en el que los sueños se enfrentan con la realidad. Y, aunque no fue un trabajo que tuvo grandes repercusiones de la crítica, ni estuvo en mira de grandes festivales, con esa película la directora empezaba a mostrar una forma, un estilo y una temática que la alejaban del cine de su padre.

Fue además en 1999 cuando se casó con el también director de cine, Spike Jonze, con quien tuvo una relación hasta 2003.

Mucho se dijo sobre la vinculación de su siguiente película, Perdidos en Tokio y su divorcio con Jonze, aunque la directora negó todo paralelismo posible. Fue así como, con ese título, en 2003, confirmó todo su talento como directora.

En esta película, Sofía vuelve indagar en la soledad, pero esta vez desde otra perspectiva: a través de la historia de amistad entre una veinteañera aburrida de esperar a su marido en la habitación de su hotel en Tokio, interpretada por Scarlett Johansson, y un actor en plena crisis de los cincuenta, a quien dio vida Bill Murray. La directora logró con esta producción japonesa-estadounidense, una atmósfera de soledad en la que sus dos personajes están profundamente desorientados y viven en una constante crisis existencial.

Fue con este trabajo con el que Sofía empezó a dejar una huella en la historia de la gran pantalla: fue nominada como mejor directora en los Oscar, transformándose en la tercera mujer en recibir la nominación y la primera estadounidense. Aunque no obtuvo ese reconocimiento, se quedó con el Oscar a mejor guion original. Además, este trabajó le valió un Globo de Oro al mejor guion y a la mejor película de comedia.

Con el Oscar, Sofía se convirtió en la cuarta de la familia Coppola en ganar el premio máximo del cine, a lo largo de tres generaciones: el primero fue su abuelo, Carmine, le siguió su padre, Francis Ford y luego su primo, Nicolas Cage.

Aunque la carrera de Sofía no es aún demasiado prolífica, las producciones que vinieron a continuación, María Antonieta (2006) y Somewhere (2010) no fueron muy bien recibidas por la crítica. Sin embargo, en 2013, con Adoro la fama, volvió a demostrar que es una directora con estilo y voz propias. "A mi padre le gusta hacer todo a lo grande y es muy ruidoso en el plató. Yo, en cambio, soy muy tranquila. Debo admitir que siempre me divertí mucho viéndolo dirigir. Creo que en realidad la diferencia tiene que ver con una cuestión de género. Yo soy muy femenina, y él es muy masculino", dijo Sofía en una entrevista. Y con su nuevo trabajo, el premiado en Cannes, no hizo más que confirmarlo.

SUS TRABAJOS DESTACADOS.

Un éxito: Perdidos en Tokio

Protagonizada Scarlett Johansson y Bill Murray, cuenta la historia de Charlotte, una joven que atraviesa la crisis de los veinte mientras espera a su pareja en un hotel de Tokio. Allí también se hospeda Bob, una estrella de cine que viaja a Japón para filmar un comercial. La acción se centra en el vínculo que se establece entre ambos, que comparten la soledad y la desolación de sentirse incomprendidos.

Obsesión: Adoro la fama.

En esta película la directora crea una sátira criminal sobre la obsesión por la fama. De esta forma, la historia, basada en hechos reales, se centra en un grupo de adolescentes de Los Ángeles que se dedica a robar las mansiones de los famosos para poder acceder a su ropa y a sus joyas. El film, con un tono casi de documental, tiene como protagonista a Emma Watson.

La última: La seducción.

Es el último trabajo de la directora y el que le valió el premio a Mejor Director en el Festival de Cannes. Es una versión renovada de la novela de Thomas Cullinan, que ya había sido llevada al cine por Don Siegel. Sofía eliminó a muchos de los personajes secundarios, como los criados negros, centrando la historia en las mujeres del internado: "Hacían demasiado ruido para la historia, la distorsionaban hacia un tema racial que no me interesaba".

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Sofía Coppola es la segunda mujer en recibir el premio a Mejor Director en Cannes.

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