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El problema de sudar mucho

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La hiperhidrosis es la producción excesiva de sudor, en una cantidad superior a la que se necesita fisiológicamente para mantener la temperatura corporal y eliminar del organismo las sustancias de desecho. Este trastorno se da sobre todo en las axilas, las palmas de las manos y las plantas de los pies, que son las zonas del cuerpo con mayor densidad de glándulas sudoríparas.

Se estima que aproximadamente el 1% de la población mundial padece este problema, aunque son muchas las personas que no figuran en las estadísticas porque ni siquiera se lo comentan a sus familiares y mucho menos se acercan a una consulta médica. Si bien se puede ver a cualquier edad, se pone de manifiesto en el inicio de la adolescencia.

Lo más importante de la hiperhidrosis son las consecuencias que produce en el individuo a nivel emocional. Estos pacientes están siempre con la ropa mojada a nivel de las axilas, a pesar de bañarse varias veces en el día, y sus manos y pies están constantemente empapados aunque los sequen con frecuencia. Y cuanto más nerviosos se ponen, mayor es la producción de sudor.

En cuanto a los tratamientos, afortunadamente existen algunas opciones. Muchas veces se obtienen buenos resultados con el uso de una loción formulada en base a cloruro de aluminio, que debe aplicarse en las zonas afectadas. Si bien en los primeros días puede irritar un poco la piel, logra disminuir y controlar la producción de sudor.

Otro de los tratamientos muy efectivos es la colocación de toxina botulínica. Este producto tan conocido y utilizado con fines estéticos, tiene muy buenos resultados cuando se aplica para tratar la sudoración excesiva. Pocos días después de su inyección, se constata una drástica disminución de la transpiración en la zona, al cortar el estímulo nervioso que determina la contracción de las glándulas sudoríparas. Si bien es muy eficaz, sobre todo a nivel de las axilas, su costo y el hecho de que los efectos duren aproximadamente seis meses, hace que no todos los pacientes puedan tener acceso a esta terapéutica.

También hay opciones quirúrgicas para tratar este problema. Específicamente a nivel axilar existen técnicas para resecar o destruir mediante raspaje o lipoaspiración las glándulas de la sudoración. En general son operaciones poco riesgosas que se realizan bajo anestesia local. Pero también existe lo que se conoce como simpatectomía, que es la sección de una cadena nerviosa que se encuentra en el sector posterior del tórax, buscando cortar el estímulo que origina la transpiración. Éste es un acto quirúrgico más complejo, que si bien puede lograr resultados muy buenos, tiene el riesgo de producir a posteriori una profusa sudoración compensatoria en otra zona del cuerpo, como por ejemplo, en la espalda.

EN CONSULTA IDR. PABLO PERA PIROTTO

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