Aunque no suele ser el motivo porque los uruguayos elijan cruzar la cordillera, el país trasandino ofrece varios destinos que vale la pena conocer en vacaciones. Aquí algunas recomendaciones.

Desde Portofino, el último secreto de la costa de Atacama, hasta Raúl Marín Balmaceda, una playa de arenas blancas en el corazón de la Patagonia, Chile ofrece una variedad de playas, de Norte a Sur, para disfrutar. A continuación una selección de sitios que bien valen un viaje o una pequeña aventura para llegar a algunos de los rincones más sorprendentes de la costa.

Esta solitaria playa de aguas profundamente azules, que hacen un notorio contraste con los tonos amarillos del desértico paisaje que la rodea, es, sin duda, una de las más bonitas del Norte (en la Región de Antofagasta solo compite con la más conocida Hornitos, con una de las aguas más cálidas del país). Un lugar perfecto para pasar el día en soledad. Si va en el vehículo adecuado, puede explorar la ruta costera que va a Taltal, y llega a playas como Las Tórtolas o Piedra Guacha, pequeñas franjas de arena que solo conocen los locales.

Dato elegido. Como en Cifuncho no hay nada, hay que quedarse en Taltal. Allí está la emblemática Hostería Taltal, que además tiene uno de los mejores restaurantes de la región, con pescados y mariscos siempre frescos, preparados con toques peruanos. Esmeralda 671; tel. 55/261 1173.

Dónde. 40 kilómetros al sur de Taltal, Región de Antofagasta.

Al Sur de la famosa Bahía Inglesa, Chorrillos es una playa de arenas grises rodeada por acantilados de distintas tonalidades y esculpidos por la erosión. Una especie de anfiteatro natural diseñado hace 12 millones de años, que contiene areniscas, arcillas, cenizas volcánicas, grava de ríos y fósiles que hablan de un pasado de grandes cambios. En su borde Norte, la playa tiene una vertiente de agua salobre llamada Aguada de Chorrillos, que provoca que ahí crezcan plantas como totora, llantén, hierbabuena y pasto salado. Algo impresionante y muy inusual por las características áridas de la zona: un oasis de vida en pleno desierto.

Debido a su difícil acceso —el último tramo hay que hacerlo caminando—, todavía llega poca gente. Por lo mismo, se trata de un buen lugar para recostarse en la arena a leer un libro, hacer caminatas por los cerros aledaños y visitar hitos como el Salto del Gato, dos kilómetros al Sur, donde se observan caídas verticales entre el acantilado y el mar, de hasta 80 metros. Atención: la playa no es segura para bañarse, ya que tiene corrientes.

Dato elegido. La empresa Geoturismo Atacama hace excursiones desde Bahía Inglesa a playa La Virgen, que pasan por Chorrillos y otras de la zona (GeoturismoAtacama.com).

Dónde. 18 kilómetros al Sur de Bahía Inglesa, Región de Atacama. Para llegar hay que tomar la ruta costera hacia Puerto Viejo (C-302) y luego desviarse por la C-320. Donde termina el camino frente al mar, hay que caminar aproximadamente 600 metros por un sendero rocoso que va hacia el Sur.

Su nombre viene de las antiguas salinas que se ubicaban junto al pueblo de Pullally, de las que hoy solo quedan unos antiguos cuarteles. El río que se ve es el La Ligua, que desemboca aquí y que hay que cruzar para llegar a la playa. Un poco más allá está el río Petorca, y entre ambos hay una gran extensión de dunas, ideales para hacer sandboard. En el lugar no hay nada de infraestructura, salvo un puesto de empanadas en el camino y una escuela de surf: la playa tiene olas pequeñas y sin corriente, por lo que es considerada como un lugar perfecto para aprender este deporte. Además hay un humedal, donde se pueden ver aves migratorias como el zarapito, el playero blanco y la gaviota de Franklin.

Dato elegido. En la playa está la Escuela de Surf Salinas de Pullally, que da clases, arrienda equipos y además hace salidas en kayak. Cel. 9/8479 4757.

Dónde. 7 kilómetros al Norte de Papudo, Región de Valparaíso. Por la Ruta 5 Norte hay que tomar la salida de Papudo y desviarse por un camino a mano derecha que está señalizado. Se debe andar 10 minutos hasta llegar a una explanada que funciona como estacionamiento.

Elegida como la "Playa con Mayor Potencial" en los recientes premios de Revista Domingo del diario El Mercurio, Punta de Lobos pasó de ser un pequeño pueblo de pescadores a uno de los destinos más energéticos. Y en eso, el surf ha sido, sin duda, su mayor promotor: el tamaño de sus olas —que alcanzan hasta 11 metros de altura— atrae cada año a los mejores exponentes de esta disciplina. Reserva Mundial del Surf según la organización Save The Waves Coalition y escala esencial del Campeonato Mundial de Olas Gigantes que se suele realizar en la primera mitad del año, en esta playa y alrededores ha proliferado una serie de exclusivos y taquilleros hoteles de diseño como Cuarzo Lodge, Alaia , Posada Punta de Lobos y 8 al Mar, cuya construcción ha sabido armonizar bien con el entorno. Además, existe una buena oferta gastronómica que busca potenciar el uso de productos locales, como la sal de Cáhuil, que desde 2013 tiene Denominación de Origen, sello que protege productos cuyas características y calidad se deben, específicamente, al lugar del que se extraen.

Dato elegido. Para comer, el restaurante La Loba es opción segura. La chef a cargo, Leonor Correa, prepara platos gourmet como plateada al jerez con puré rústico o pulpo al olivo con arroz basmati, en un agradable ambiente rodeado por bosques, y junto a una galería de arte con obras de la artista Macarena Yrarrázaval, su hija. Cel. 9/7798 4146; LaLobaRestaurante.cl

Dónde. 6 kilómetros al Sur de Pichilemu, Región de OHiggins.

Justo en el límite entre las regiones del Maule y del Biobío, esta solitaria playa suele pasar inadvertida. Frecuentada mayormente por surfistas que buscan lugares "secretos", aquí se forma una ola de punta de unos tres metros que ha ido ganando cada vez más adeptos. Alejada del ruido, a la bahía de Pullay solo se accede después de cruzar hectáreas llenas de granjas, plantaciones y ganado que pasta sin prisa. En su camino principal no es raro cruzarse con gallinas, y en sus arenas negras no se ven más que huellas de caballos. La infraestructura es bastante limitada y cerca del agua solo se alcanzan a ver plantaciones de pino y una que otra casa brotando entre el verde.

Dato elegido. Para dormir no hay muchas opciones. En su mayoría corresponden a pequeñas cabañas hechas por algunos habitantes, que arriendan en temporada alta. Por eso, el servicio de Casa Pullay es algo especial: un alojamiento que tiene un año y cuyo diseño llama la atención entre el bosque. Cel. 9/9657 1916.

Dónde. En la Región del Maule, a una hora y media de Cauquenes. Se llega por la ruta M-870, que pasa por la Reserva Nacional Los Queules, y luego tomar la N-102-M.

Hace unos diez años, Buchupurueo era prácticamente una aventura, pues había muy poca oferta de comercio y alojamiento en la zona. Hoy, pese a que todavía no es un destino masivo, existen varias alternativas para quienes ansían encontrar una playa tranquila, pero sin perder comodidad, en medio de paisajes típicos del campo chileno.

Tras crecer en reconocimiento entre los surfistas, Buchupureo ha visto una mejora de su infraestructura para visitantes, con la apertura de ofertas ahora consolidadas como los hoteles boutique La Joya del Mar Los Maquis y, más recientemente, el Parque Las Nalkas, una reserva privada que rescata el bosque nativo de esta área.

Dato elegido. Con olas de hasta seis metros, el surf ha sido una de las actividades emblemáticas de Buchupureo. Allí funciona la Escuela Olas Altas que, además de impartir clases utiliza una metodología de enseñanza multidisciplinaria.. Cel. 9/6288 1414; [email protected]

Dónde. 6 kilómetros al sur de Cobquecura, Región del Biobío. A Cobquecura se puede llegar por la 5 Sur.

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