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Patrimonio de la naturaleza

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Para el avistamiento se aves es necesario tener tiempo y paciencia.

Todo el año es buen momento para dedicarse al avistamiento de aves, un tipo de turismo que cada vez suma más adeptos en el mundo. Y también en Uruguay.

DANIELA BLUTH

En un circuito del Oeste de Montevideo, recuerdo una mañana en que tuvimos un récord de avistamientos de aves de 140 especies diferentes", dice Alejandro Olmos, autor de la Nueva Guía de Aves en el Uruguay, que identificó más de 450 especies locales. "En esta actividad siempre hay un ave más para ver, y cada vez que lográs ver una nueva es una gran emoción. Recuerdo claramente los primeros ‘hallazgos’ de aves fuera de las comunes...¡era como haber descubierto América!", cuenta el fotógrafo Álvaro Pérez Tort, impulsor junto a Diego Rubio de la página de Facebook Birdwatching Punta del Este, con más de 5.000 amigos de Uruguay, Argentina y Brasil. "Hace unas semanas apareció en el jardín de mi casa, cerca del Arroyo Maldonado, un mielero, una especie con muy pocos registros para Uruguay. ¿Qué quiero decir con esto? Que en esta fantástica actividad de la observación de aves, en el momento y lugar menos pensado uno se puede llevar una gran y grata sorpresa", asegura Gonzalo Millacet, fotógrafo y guía ecoturístico, ahora detrás del proyecto Birdwatching Tours Punta del Este, con salidas al Ecoparque de los Humedales del arroyo Maldonado.

Pero Pérez Tort, Millacet y Olmos no están solos en esta afición. Desde 1986 existe Aves Uruguay, una organización creada por iniciativa del profesor Raúl Vaz Ferreira y varios ornitólogos con la meta de lograr la conservación de los ambientes naturales del país y de las aves que habitan en ellos. Desde entonces, y aunque fue cambiado su nombre y constitución, nuclea buena parte de las personas vinculadas a la ornitología, tanto investigadores, docentes y estudiantes de ciencias biológicas, como aficionados admiradores de las aves. Hoy, Aves Uruguay tiene unos 200 socios. "Pero indudablemente hay muchísima más gente que se interesa por el tema en medios académicos y no académicos que salen a ver y estudiar aves", dice Olmos, cuyo trabajo de investigación y clasificación "pone al día" la nomenclatura científica, al tiempo que incluye nuevos registros de especies y su correspondiente fotografía.

En el mundo, se estima que hay unos 80 millones las personas dedicadas a la observación de las aves. "Este tipo de turismo ecológico mueve cientos de millones de dólares al año y ha sido aprovechado por países que han sabido vislumbrar sus ventajas", señala Pérez Tort. Según los sitios online especializados, 20% de los norteamericanos son birdwatchers, pero es Europa la región del globo donde esta actividad está más difundida. Inglaterra es el país con mayor cantidad de observadores de aves en el mundo, con unos tres millones de personas que realizan esta actividad entre profesionales y amateurs.

En la tarea de difusión, coinciden los expertos, las redes sociales "vienen jugando un rol importante", haciendo que la comunidad esté en constante crecimiento. En mayo de 2015 se celebró el Global Big Day, un evento a nivel mundial que convoca a profesionales y aficionados a inscribirse en un sitio web y publicar sus registros, incluso desde el jardín de su hogar. En 24 horas hubo 13.000 participantes de todo el mundo y más de 6.000 registros. "Eso equivale al 60% del total de especies conocidas, fue todo un récord", dice Pérez Tort.

A nivel global, existen unas 9.800 especies de aves inscriptas (1.200 con algún grado de amenaza); alrededor de 3.000 en América del Sur. Colombia, Ecuador, Perú y Brasil son los países que tienen los mayores porcentajes de ellas. Por su parte, Uruguay cuenta con una avifauna de casi 480 especies. "Al ser un país pequeño es una cantidad importante y además resulta relativamente sencillo tener un buen número de registros en recorridos de corta extensión", explica Pérez Tort. A nivel turístico regional, agrega Olmos, Panamá y Costa Rica son "países insignia", donde además "de la variada y hermosa fauna de aves propias, hay una infraestructura muy importante desarrollada para la observación".

Saber ver.

El avistamiento de aves —birding o birdwatching, en inglés— es una actividad centrada en la observación y el estudio de las aves en estado de libertad. Para realizarla, más que conocimientos se necesita paciencia. Algo de eso sabe Olmos, a quien le llevó 20 años llegar a la versión definitiva de la Nueva Guía de Aves en el Uruguay. Si bien su obra está centrada en la fauna local, también recorrió Argentina, Brasil, Chile, Perú y Bolivia. "Porque la fauna no tiene fronteras políticas", justifica.

Entre las enseñanzas que cosechó en 15 años como fotógrafo de aves, Pérez Tort destaca una: "Hay que aprender a ver". Y agrega: "Despertar la curiosidad como cuando éramos niños, mirar detalles, buscar diferencias, variar los lugares. Muchísima gente nos dice que no tenía idea de que determinadas especies existían en nuestro país... ¡Cuando ven fotos de aves coloridas piensan que solo existen en la selva! Muchas veces los tenemos cerca y no los vemos porque no los estamos buscando".

Uruguay ofrece un entorno favorable para el avistamiento. "A nivel paisajístico, el tipo de vegetación es ideal porque no esconde las aves y éstas permanecen largo tiempo a la vista del observador", explica Olmos. A la buena luz ambiental, óptima para el avistamiento y la fotografía, el experto suma "la posibilidad de circular libremente con precauciones mínimas por todo el país", cualidad que no está presente en otros lados.

Más allá del equipo fotográfico —Olmos utiliza cámaras réflex con lentes intercambiables, de alta definición, que permiten fotografía en ráfaga (8 disparos por segundo) y Pérez Tort una cámara "intermedia" con un "zoom potente"— se recomienda salir siempre con binoculares. El vestuario, que en otras disciplinas es un dato anecdótico, en el avistamiento es fundamental. "Debe ser de colores apagados para pasar desapercibido", explica Olmos. Además, sugiere llevar un "equipo de playback" con sonidos y cantos de aves como llamadores y algunos implementos "que permiten el acercamiento sin estrés para el objetivo", como las carpas camufladas terrestres y las bases acuáticas flotantes". Pérez Tort también recomienda moverse lentamente, hablar lo mínimo necesario y en voz muy baja y, en época de reproducción, no molestar a las aves ni acercarse a los nidos, ya que puede derivar en el abandono de los huevos o pichones.

Aunque no hay una época específica del año para el birdwatching, Millacet recomienda entre setiembre y diciembre, cuando llega a nidificar el churrinche y visita Uruguay el chorlo ártico. Según van cambiando los meses, se puede disfrutar de aves residentes, visitantes veraniegos y visitantes invernales. Dónde ir a mirar, depende de lo que se esté buscando. Para aves costeras, dice Pérez Tort, los mejores lugares son Maldonado y Rocha; para especies de pastizales, el centro del territorio nacional. Según Millacet, los humedales son buenos para el avistaje, así como también los montes nativos rivereños o serranos y las praderas. Pero lo más importante al realizar esta actividad, aclara al guía en ecoturismo, "es lograr el menor impacto negativo posible, intentar no molestar a las aves, no ensuciar el lugar... como también es importante tomar buenos registros utilizando binoculares, cámara de fotos, libreta de notas o, simplemente, sentarse a disfrutar".

Dónde y cuándo salir a mirar.

En Uruguay hay aves residentes y visitantes, por lo que el avistamiento se puede hacer durante todo el año. Las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde son las mejores para ver las especies en actividad. Además de la cámara fotográfica, se recomienda salir con binoculares y tener paciencia. En la foto, Álvaro Pérez Tort con un hidro-hide, para hacer registros en el agua.

¿Cuántas hay en peligro?

La Lista Roja de las Aves en el Uruguay estudió 453 especies e identificó 45 como amenazadas. De ellas, 31 son vulnerables, 12 en peligro y dos en peligro crítico. Además, 28 fueron clasificadas como casi amenazadas. Según Alejandro Olmos, los mayores peligros son el mal manejo de agroquímicos, la venta sin control de aves silvestres en ferias y tiendas de mascotas y la falta de coordinación entre las instituciones estatales, que deben proteger y regular el manejo del patrimonio vivo.

Para el avistamiento se aves es necesario tener tiempo y paciencia.
Para el avistamiento se aves es necesario tener tiempo y paciencia.
En Uruguay hay una "lista roja" que identificó 45 especies de aves como amenazadas. Foto: Álvaro Pérez Tort y Diego Rubio.
En Uruguay hay una "lista roja" que identificó 45 especies de aves como amenazadas. Foto: Álvaro Pérez Tort y Diego Rubio.
El hidro-hide es una de las herramientas que Álvaro Pérez Tort utiliza para fotografiar aves. Foto: Diego Rubio.
El hidro-hide es una de las herramientas que Álvaro Pérez Tort utiliza para fotografiar aves. Foto: Diego Rubio.
El Federal, una de las especies vulnerables en Uruguay. Foto: Álvaro Pérez Tort y Diego Rubio.
El Federal, una de las especies vulnerables en Uruguay. Foto: Álvaro Pérez Tort y Diego Rubio.
No solo en la selva hay aves coloridas, en Uruguay también. Foto: Álvaro Pérez Tort y Diego Rubio.
No solo en la selva hay aves coloridas, en Uruguay también. Foto: Álvaro Pérez Tort y Diego Rubio.
Según los registros, en Uruguay hay más de 450 especies de aves. Foto: Álvaro Pérez Tort y Diego Rubio
Según los registros, en Uruguay hay más de 450 especies de aves. Foto: Álvaro Pérez Tort y Diego Rubio

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