Hubo una vez en que una parte de la pequeña burguesía oriental odió todo lo que se hacía acá mientras usaban remeras Lacoste y vaqueros Lee y se iban a las cloacas. "Chicos" de papis blancos y colorados, un día dijeron: ¡Ustedes son el mal! ¡Buhhh! Y así rajaron del Sacre Coeur para la guerrilla.

WASHINGTON ABDALA

Mientras tanto, el país hacía el aguante como podía cuando el progenitor del vicepresidente sin título jugaba a ser James Dean a los balazos. Es cierto, la clase política de la época estaba fané y descangallada, por eso la caída, y con ese "cuento" los militares aprovecharon para colarse. Sátrapas. Y caímos. Luego la restauración. A empujones y como se pudo. No como se quiso. Y más tarde (hace once años) la fiesta de Ricky Martin (La vida loca), Tabaré y "Pepis-land" con la llegada al poder de los mismos que huían por aquellas cloacas, los mismos "chicos bien" con pose populachera y revolución teórica en el alma. Ahora, porrito, quincho con embajadores, chorros, chetas y whisky importado. (¡Pa vos Marenales!) Tupamaros en "Sociales". ¡Tomá Madelón!

Ahora, Tabaré pagará las cuentas de estos diez años de noches sexies aunque no termina de entender lo que es ajustarse el cinturón, por eso cree que puede seguir empujando el carro poniendo rostro de Osvaldo Laport. Sigue sin captar que ese mundo "voluntarista" murió. Y es raro porque "susto" tiene, por algo invita a todo el mundo a que lo "relegitime" —en su alicaído poder— en el edificio de Presidencia.

O sea: o comprime el gasto o sigue la pachanga oculta y tendrá economía descontrolada, inflación en upgrade y poco espacio para que alguien, algún día vuelva a poner un peso aquí (invertir pichón).

El Dr. Vazquez será sometido (ya lo está siendo) a la mayor presión política que jamás imaginó y no tiene opciones cómodas. Si es lábil con sus amigos, con los que lo presionan, con los que tironean para sus molinos nos funde a todos. Si ordena, si achica, si arma una cruzada contra un Estado loco, que gasta en imbecilidades a toda hora, si detiene obras innecesarias —hoy—, si es un general en medio de una batalla no permitiendo desbordes, en dos años, quizás tenga el cuadro en la cancha y sobreviviremos. ¡Los uruguayos todos, no su partido patrón!

Muchos en este país —desde la izquierda— se toman para el churrete al Dr. Batlle y lo gastan aún hoy en corrillos. Se creen listos. Quiero ver si tienen la mitad del coraje que tuvo ese ciudadano para aguantar "la toma" en medio de una tragedia como la que se vivió en 2002. Y no estamos ni cerca de aquella época maldita pero está todo medio parado. Lo ve cualquier gil menos algunos economistas. ¿O porqué crees que la gente se calentó en 70% con el gobierno? Las encuestas hablan, pegan alaridos.

En el fondo lo veo "solo" al presidente de la República. No sé quién piensa por él sin partidarismos berretas. Y ese asunto me inquieta porque es hora que algunas gentes sensatas lo ayuden y no que lo presionen innecesariamente vendiendo chucos y estupideces. El Frente Amplio tiene como psicopatía la desconfianza eterna de unos contra otros. Todos se miran de reojo, hablan bien ante las cámaras, pero apagada la luz se rajan salado y viven en guerra de trincheras. Tengo amigos allí, vaya si conoceré esas tribus. Iguales o peores que las barras de los partidos tradicionales. Aprendieron lo bueno y lo malo todo en demasiado poco tiempo. Y eso también es otra señal de alienación en la que están. El presidente necesita hablar con gente inteligente, desinteresada y que sepa algo de política. Pero tiene que ser gente que no le sople al oído lo que quiere oír sino lo que suena en la calle, la verdad y no cantos de sirenas. Eso, la posta, a los presidentes les duele, pero es lo único que les sirve a la hora de pasar raya. Sería hora que lo ayudaran y no lo tironearan más. Pero hablo de gente lúcida, no de lobistas miserables o aprovechadores. Esos tendrían que desaparecerlos. Esos sobran en todos lados, más en el poder eternizado. Por desgracia para todos. Y muchos son siempre los mismos…

CABEZA DE TURCO