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Las nuevas claves del amor

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relaciones románticas

DE PORTADA

Los smartphones y una mayor tendencia al individualismo son algunos de los factores que inciden sobre cómo nacen, y se concretan, las relaciones románticas adultas en la actualidad.

Entonces me di cuenta de algo interesante. La locura hacia la cual iba descendiendo ni siquiera hubiese sido posible hace 20 años. O incluso hace diez años. Ahí estaba, maniáticamente revisando mi teléfono cada unos pocos minutos, atravesando un huracán de pánico y heridas. Solo porque esta persona no me había mandado un estúpido mensajito".

La cita es del libro Modern Romance (2015), del actor y comediante estadounidense Aziz Ansari. Él llega a la conclusión —empezar a estar loco— tras conocer a una mujer, Tanya, a la que, luego de dudas e inseguridades iniciales, le manda un mensaje de texto y ella no responde.

Modern Romance
Foto: Seda Editorial

Ansari es famoso entre otras cosas por su premiada serie Master Of None, disponible en Netflix. Ahí, interpreta a un personaje bastante parecido a sí mismo y la trama explora —entre otras cosas— la dinámica de las relaciones amorosas, tal como lo hacen otras ficciones televisivas y cinematográficas. En todos esos casos se relata el comienzo (y a veces desarrollo) de los vínculos sentimentales, pero con vueltas de tuerca que las separan de las comedias más edulcoradas.

La tecnología, en particular la disponible a través de los smartphones y el acceso a redes sociales, juega un papel importante en cómo se va desplegando la seducción y afianzando la atracción. Pero también hay un énfasis diferente en cuanto a los roles asignados a cada sexo, a lo que se espera (y lo que no) de cada una de las partes involucradas. Las mujeres son más protagonistas que antes, y más allá de las particularidades de cada personaje, también tienen un alto grado de autonomía.

También es frecuente la reticencia a asumirse en pareja, a reconocer que una relación conlleva compromisos y sacrificios. Los protagonistas de The Big Sick (una de las mejores comedias románticas de este año) salen muchas veces, tienen relaciones sexuales y comparten buena parte del tiempo libre. Aún así, se dicen el uno al otro que no son una pareja hecha y derecha, que todavía falta.

Estas historias —hay muchas más, claro— son ilustrativas de algunos de los nuevos códigos culturales y sociales en el amor, de cómo se pueden iniciar relaciones románticas en la época donde influyen factores como la tecnología, las redes sociales y fenómenos como Netflix. Es un servicio que se ha metido tanto en los consumos culturales que en Estados Unidos, su país de origen, la pregunta Netflix and chill? (traducción: ¿Vamos a ver Netflix y relajarnos?), ya funciona como una clave para invitar a tener relaciones sexuales.

Amor Uy

¿Cómo son los nuevos códigos para iniciar una relación amorosa en Uruguay? Depende a quien se le pregunte. Como dijo alguien por ahí, todos somos teóricos del amor. Pero para los profesionales que a menudo tienen que dar apoyo y herramientas para lidiar tanto con la euforia como la tristeza en una relación romántica, hay algunos factores significativos en el campo del amor y sus consecuencias.

Uno de ellos, claro, es la tecnología. El psicólogo y escritor Álvaro Alcuri (es autor de El manual del amor y la culpa y Pareja ideal se busca) afirma que la tecnología es, en simultáneo, causa y consecuencia de cómo nos relacionamos. "En estos tiempos, hombres y mujeres adultos que no fuimos nativos digitales nos acostumbramos a establecer vínculos con mayor grado de conocimiento del otro, con mayores cuidados, con más tiempo, con idealismo, quizás con más temores también. Pero ahora las cosas cambiaron, los jóvenes lo entienden mejor que los veteranos".

La brecha generacional a la que se refiere Alcuri es la que Ansari señala en su libro cuando habla del fenómeno del "sexting", esa forma de comunicación erotizada en la que las partes se envían textos o imágenes de alto contenido sexual. Según lo investigado por el comediante para su libro, la costumbre va en aumento en todas las franjas de edades, excepto entre quienes tienen 55 años o más.

Tener un smartphone en la mano es, también, tener una potencial relación amorosa en la punta de los dedos. Para el médico y sexólogo Santiago Cedrés, ya se superó la resistencia inicial vincularse románticamente a través del teléfono: "Si bien en un comienzo generaba un poco de recelo entres las personas que conquistaron su primer amor bailando lentos, de a poco (y no tanto) esta forma de ligar a otro, va cobrando más adeptos. Esta tecnología incide en la medida en que acerca a personas que de otra forma no se conocería. Es un nuevo espacio de encuentro".

El contexto social tiene cada vez menos peso a la hora de formar una pareja

Alcuri señala algo que es cada vez más frecuente: estamos cada vez más librados a nuestros propios recursos y a nuestras propias estrategias para iniciar contacto con alguien que nos interesa románticamente. El contexto —social o laboral— tiene menor peso. Como agrega, "ya no se conoce a alguien a través de un amigo en común, en el trabajo, en tal o cual lugar de pertenencia. Es en el ámbito virtual el que pasa a al cual si tengo la tecnología, pertenezco. Por lo tanto, la tecnología es ahora un nuevo espacio de encuentro".

Para Andrea es así. Ella tiene 38 años y actualmente está sola. Su última relación seria fue hace unos cuatro años, pero desde entonces ha conocido a "bastante gente" casi exclusivamente a través de aplicaciones de encuentros, como Tinder (ya la dejó) y Happn. De esas apps surgieron encuentros fugaces y un vínculo que duró aproximadamente seis meses. "Al final, cansa. Conocés mucha gente, hablás, te ves un par de veces, y casi todo queda en la nada", cuenta. A menudo el contacto puede iniciarse por aburrimiento. "Sí. Estás aburrida y te ponés a hablar. Por un lado, es positivo, porque tenés más opciones. Pero no es lo que me gusta. Me gustaría profundizar en una relación. Me da la impresión de que la mayoría no quiere eso, al menos en mi experiencia personal".

La psicóloga Mariana Álvez ve en la facilidad de iniciar un contacto una desventaja cuando llega el momento de darle un sentido más profundo al encuentro. "Lo mejor es que se de el encuentro y la profundidad de la relación personalmente", dice la especialista y advierte que los dispositivos electrónicos a menudo son utilizados como un atajo y una manera de perpetuar cierta pereza. "Las relaciones quedan en la comodidad de la pantalla, en vez de desarrollarse personalmente como nuestra mente necesita. En cualquier etapa, siempre lo mejor será el encuentro personal. Además, el lenguaje de nuestro rostro, la mirada, la sonrisa y los gestos corporales, influyen muchísimo a la hora de sentirnos realmente conectados con alguien. Todo esto no lo encontrás en WhatsApp o lo que decidan utilizar".

Héctor, también de 38 años, tiene por su trabajo la oportunidad de encontrarse con mucha gente. A las mujeres que le interesan, les pide su número de teléfono. Si se lo dan, lo que sigue son mensajes de WhatsApp. Actualmente, mantiene dos relaciones. Ambas mujeres son conscientes de que él se ve con las dos, y lo aceptan. Para él, aplicaciones como WhatsApp son prácticamente la única vía para poder iniciar . "Nunca salgo, nunca voy de levante. Todo es a través del teléfono", afirma. Así está contento, comenta, y añade que ahora está aprovechando a divertirse, porque cuando era más joven estuvo muchos años en una relación que, al final, no resultó.

Alcuri conoce la tendencia a que gran parte de las interacciones románticas previas estén mediadas por la tecnología. "Somos los amos de la relación cibernética. Al encontrarnos con el otro llegamos como consumidores omnipotentes que siempre tenemos derecho a elegir lo que más nos conviene". Si nos parece que el otro no nos conviene, continúa Alcuri, lo descartamos y seguimos buscando en la "inmensa góndola virtual de gente. Así nos va...".

La comodidad y la facilidad de la pantalla del celular, además, puede generar expectativas que alientan la ansiedad y la angustia, como ilustraba Ansari en la cita ya mencionada al comienzo de esta nota. En una investigación llevada a cabo en Argentina por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas (Conicet), los responsables de la misma —los sociólogos Gino Marentes, Mariana Palumbo y Martín Boy— ahondaron justamente en eso, en la espera.

Titulado Me clavó el visto: los jóvenes y las esperas en el amor a partir de las nuevas tecnología, el proyecto entrevistó a 25 personas en profundidad, y una de las conclusiones es que la comunicación a través del teléfono y redes sociales tiene el poder de cambiar el estado de ánimo y provocar celos, entre otras cosas. Cuando alguien espera, hay alguien que se hace esperar, como se escribe en una reseña sobre dicha investigación.

Expectativas

Mariana Álvez
Ansiedad"Se suele manejar muy mal las expectativas. Son desmedidas, y hay mucha ansiedad para que esa relación funcione. Se quiere agradar demasiado al otro". Mariana Álvez, psicóloga.

"El tema de las expectativas puede ser poco saludable en casi todas las áreas de la vida", comenta Cedrés. Si esas expectativas no se cumplen, a menudo sobrevienen sensaciones de insuficiencia, inseguridad y angustia. "Lo más aconsejable sería favorecer una personalidad flexible", continúa Cedrés, "capaz de aceptar lo que no resulta y sí tomando aquello que se le presenta. Cuanto menos aferrados estemos a nuestras expectativas y más abiertos nos mostremos a la realidad que siempre nos excede, más probabilidades tenemos de lograr una vida plena, saludable y feliz".

Para Álvez, manejamos mal las expectativas: "En los casos que me han tocado, las personas suelen manejarlas muy mal. Son desmedidas, y hay mucha ansiedad para que esa relación funcione, se quiere agradar demasiado al otro. A veces esta preocupación exagerada incide negativamente cuando conocemos a alguien, ya que apuramos procesos que deberían darse con más lentitud".

Tal vez por haberse quemado con leche varias veces es que no se quiere ver más la vaca. La desilusión de las expectativas no cumplidas es lo que fundamenta la resistencia a asumirse como pareja, como parte de una relación seria.

Aunque se busque a alguien, lo importante es mantenerse autónomo. Álvez señala que esta contradicción se percibe más entre hombres que entre mujeres, y Alcuri atribuye esto a un fenómeno social: "La cultura del yo nos ha invadido. Hoy todas las luchas pasan por reivindicaciones individuales, no colectivas", afirma.

Pero la de Alcuri no es una apreciación exclusivamente pesimista. "La mayor revolución exitosa del siglo XX, diría José Pedro Barrán —la feminista—, ya ha transformado nuestras costumbres. Tanto hombres como mujeres se plantean horizontes de realización en solitario, más que con el otro. Y así nos ponemos más individualistas. Pero con frecuencia olvidamos que la formación de parejas y familias en el pasado no respondía tanto a amores románticos, sino a necesidades materiales muy concretas, mandatos culturales ancestrales y tradiciones".

Hacia el final de Modern Romance, Ansari ensaya una conclusión: "Escribí este libro porque quise entender los vericuetos de las relaciones románticas contemporáneas. ¿Qué aprendí? Bastante. Lo que me llevo de todo esto es que encontrar a alguien hoy es probablemente más complicado y estresante que para generaciones anteriores, pero también es más probable que termines junto a una persona que te haga sentir entusiasmado y emocionado".

libro

El amor siempre costó trabajo

Moira Weigel
Moira Weigel. Foto: Joni Sternbach

La investigadora y escritora estadounidense Moira Weigel publicó el año pasado el libro Los trabajos del amor, que este año fue traducido al castellano y publicado por Melusina. Ahí, Weigel cuenta cómo surgió la costumbre de las citas en su país a fines del siglo XIX. Explica que con la urbanización, muchas mujeres empezaron a salir al mercado laboral, y ahí se gestó un espacio para encuentros entre los sexos. "Una cosa muy interesante es que las citas empiezan como un fenómeno de la clase trabajadora", dijo Weigel en una entrevista sobre su libro.

Pornografía, educación y virtualidad

Una de las características de las relaciones de amor actuales es que la tecnología hace posible un acceso ilimitado a la pornografía. ¿Cómo incide eso? Para Mariana Álvez, psicóloga, "hay personas que son adictas a la pornografía y eso genera muchas complicaciones a la hora de mantener relaciones. Incluso puede incidir negativamente en la fidelidad. Por otro lado, si es algo que se decide compartir, puede llegar a incentivar fantasías sexuales o deseos que se quieran experimentar juntos".

Santiago Cedrés, presidente de la Sociedad Uruguaya de Sexología comenta que "décadas atrás, se llegaba al encuentro sexual con mucho miedo tanto por varones como mujeres, ya que el desconocimiento era total. Hoy en día no es tan así". Además, Cedrés opina que "de todas formas la información no siempre es la adecuada. Entre las propuestas cuestionadas de educación sexual y la pornografía de tan fácil acceso, se continúa generando una información poco clara y poco saludable".

guía

CINCO FICCIONES ROMÁNTICAS CONTEMPORÁNEAS

sERIE

Love (Netflix)

Producida por uno de los renovadores de la comedia cinematográfica Judd Apatow, Love sigue los caminos de Mickey y Gus. Ella es adicta al amor (o a estar en pareja). Él es un nerd inseguro y buenote, pero con un costado manipulador.

SERIE

Master of None (Netflix)

Aunque también abarca otros temas —como los matices y las diferencias culturales— la serie de Ansari (dos temporadas) indaga sobre cómo nacen las relaciones de amor, sus contextos y cómo navegar a través de ellas.

PELÍCULA

The Big Sick (2017)

La historia de cómo empieza el romance entre un muchacho de descendencia paquistaní y una chica "gringa". También acá estuvo la mano de Apatow (es productor) pero básicamente es una historia de su protagonista, Kumal Nanjiani.

PELÍCULA

Esta chica es un desastre (2015)

Amy Schumer interpreta a una mujer que vive sus relaciones y su sexualidad como muchos hombres desearían: sin frenos y sin compromisos. Hasta que conoce a un médico especializado en lesiones de deportes.

SERIE

Girls (HBO GO)

Creación de Lena Dunham, una artista tan talentosa como, para algunos, polémica. Sigue las aventuras de cuatro amigas en Nueva York. Más realista que Sexo en la ciudad, plantea una variedad de situaciones respecto a mujeres y el amor.

ESTUDIO

RELACIONES DEL SIGLO XXI

Un estudio llevado a cabo en el Reino Unido por la Mental Health Foundation (entidad privada que depende de donaciones) y presentado el año pasado, afirma que las relaciones románticas son fundamentales para la salud mental y la calidad de vida.

La investigación —cuyo título traducido al castellano sería "Relaciones en el siglo XXI"— abarca tres franjas de edades, desde "Infancia y juventud", pasando por "Madurez" hasta "Tercera edad". Aunque no se centra exclusivamente en las relaciones románticas, algunas de las conclusiones del informe arrojan que estar en una o varias relaciones (sean o no románticas) hacen que se viva más, con mayor felicidad y menores problemas de salud mental.

En cuanto a los vínculos durante la etapa de madurez, el estudio sostiene que "estar en una relación estable está relacionado tanto al bienestar físico y mental, incluyendo menos mortalidad y más longevidad".

Pero también se afirma que solo estar en una relación no es suficiente: "Es importante reconocer que relaciones tóxicas o poco felices son más destructivas que el hecho de estar solo. Estudios realizados han hallado que relaciones pobres o infelices tienen una influencia negativa mayor, tanto a nivel mental como físico, que estar solo o sola".

En cuanto a la diferencias de género, la investigación dice que "hay indicios que hombres y mujeres tratan a las relaciones de maneras diferentes, con una mayor probabilidad entre las mujeres a tener relaciones más íntimas que los hombres".

Entre las conclusiones a las que llega este estudio está el exhorto a trabajar sobre las relaciones: "Se necesita un gran cambio en la manera de pensar respecto a esto. Instintivamente, reconocemos que las relaciones son importantes. Sin embargo, para muchos de nosotros, nuestro enfoque es que construir y mantener relaciones es algo pasivo, algo que hacemos inconscientemente, sin esfuerzo deliberado (...) Paralelamente, cuando se trata de mantenernos físicamente, nos damos cuenta que comer bien y hacer ejercicio requiere compromiso y dedicación hasta hacer de ese hábito algo que se realiza por reflejo. Es necesario adoptar la misma actitud respecto a las relaciones".

El estudio completo (en inglés) puede consultarse acá.

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