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Juntos por amor a vos

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Fanáticas de Lali Espósito. Foto: Fernando Ponzetto.

Los clubs de fans permiten estar más cerca de los ídolos. Por ellos, los fanáticos han hecho "locuras" impensadas.

Cuatro mil globos. "Creemos en vos", dicen los globos. Doscientas banderas con mensajes para levantar en la canción Tu revolución y una bandera más grande. Letras gigantes que forman "Soy Tour Uruguay". Así esperaban las fanáticas a Lali Espósito el martes pasado en el Teatro de Verano. "Queremos sorprenderla, queremos emocionarla", cuenta Micaela Perrone, una de las presidentas del club de fans oficial de la argentina en Uruguay, quienes se juntaron con Radio Histeria, otro club de fans, para sorprender a su ídola. De mañana estuvieron en el aeropuerto esperándola para darle un regalo: una caja con 16 púas de guitarra, cada una con el nombre de una de las canciones del último disco. Para lograr toda esta producción, trabajaron por seis meses: hicieron reuniones, rifas y colectivos. Y valió la pena el trabajo. Después del recital, Lali les agradeció en su cuenta de Instagram: "No puedo creer lo que fue este show (...) Sus gestos, sus voces a pleno, sus carteles con mensajes de amor y con mis canciones, su emoción, las lágrimas (mías también)...Todo!".

"Nuestro amor por ustedes es como el mar, se ve el principio pero no el final". Cientos de carteles se elevaron en el Velódromo el 12 de noviembre durante el show de Márama y Rombai. Erika Lewy y Fernanda Vilche, presidentas del club de fans oficial de las bandas uruguayas, habían reunido a los jóvenes que participan activamente del colectivo y se habían encargado de organizar ese fan action (una sorpresa que los fanáticos dan a sus ídolos durante el show). Como Agustín Casanova, líder de Márama, no agradeció la acción, Fernanda le dejó una carta en su casa en la que le reprochaba, en nombre de todos los fanáticos, que no los hubiese mencionado en ningún momento del show. "Después subió un agradecimiento en Instagram", cuentan Erika y Fernanda.

Martha Pérez y su hija Paula Martínez llegaron a Buenos Aires y encendieron la televisión del hotel. Vieron que una fila larga de fanáticas ya esperaba en las veredas de la Avenida Santa Fe para poder estar entre las primeras 400 personas que pudieran entrar a El Ateneo, en donde Chayanne presentaría su gira En todo estaré. Corrieron (literalmente) las nueve cuadras que las separaban de su ídolo. Allí acamparon por cuatro días. "Nos turnábamos entre nosotras y con otra muchacha que era de un club de fans de Argentina: ella iba a trabajar y nosotras le cubríamos el lugar, a veces íbamos a dormir al hotel un rato y ella nos cubría a nosotras y así estuvimos desde el viernes hasta el martes a la tarde que fue cuando lo conocimos en persona", cuenta Martha, que es parte del club de fans Los soles de Chayanne.

El fenómeno de los clubs de fans "tiene mucho que ver con el carisma del ídolo", explica Nicolás Guigou, antropólogo y comunicador. "Un ídolo tiene que ser sí o sí carismático", afirma el antropólogo y agrega que "el carisma es gran parte de lo que define a una persona como ídolo. Las personas que se unen a un club de fanáticos lo hacen para sentirse parte de algo que los haga estar más cerca del carisma del ídolo, un carisma que ellos nunca van a tener y que solo reciben al estar cerca de su ídolo".

Juntos es mejor.

Noelia Pacheco y Antonella Galati se conocieron por Twitter buscando información y fotos sobre Chayanne. "Fue hace como cuatro años. Nos pusimos en contacto y ahora vamos a todos los shows juntas", cuenta Antonella. Decidieron armar un grupo en Facebook justo antes del concierto que el cantante daría el 12 de abril del 2015 en el Velódromo para poder organizar una sorpresa para su ídolo. "De a poco se fueron sumando y ahora somos más de 400 en la página del club", dice Noelia y aclara que a las reuniones y actividades que realizan van unas 15 personas.

"Él genera todo eso de que la gente se una, se quiera. Él fomenta tantos valores que al final nos los contagia y nos va enganchando, nos dan ganas de hacer cosas juntas por él", dice Martha. Cuentan que el amor por Chayanne hace que todas se sientan identificadas: desde Vicky, la más chica del club, que tiene 5 años y su hermana Mica, que tiene 11, su mamá, Antonella que tiene 17 o la más grande que "pasa los 60 años", dicen Antonella y Noelia y se ríen.

Estar unidas en el amor por Chayanne. Así definen su misión las fanáticas uruguayas. De esa forma "él nos va a reconocer en Uruguay como un grupo que lo sigue. Cuando vino en la última gira, acá no había un grupo fuerte que lo siguiera y representara al país, como hay en todos lados. Lo único que nosotras teníamos para identificarnos era una bandera", relata Martha y asegura que para el próximo concierto que el puertorriqueño dé en Uruguay están planeando invertir los colores de la remera oficial del club (son blancas y quieren hacerlas amarillas) para asegurarse de que Chayanne las vea. Además, ya se están organizando para "seguirlo por todos lados", dice Paula, hija de Martha y entre todas afirman que si es necesario rodear el hotel en el que se hospede lo van a hacer. "Queremos poder conocerlo todas".

En el caso del fans club oficial de Lali Espósito en Uruguay, algunos de sus integrantes lograron conocerla por ser parte del club. "Vamos juntas a todos lados en los que está, nos juntamos para organizar movidas, para difundir su trabajo y por eso nos hemos hecho muy amigas", cuenta Micaela Camejo, otra de las presidentas del Club que la mismísima Lali se encargó de oficializar el 3 de setiembre del 2014. Son alrededor de 15 las fanáticas que trabajan "por Lali" pero en la página de Facebook tienen más de 25.000 seguidores.

Guigou sostiene que un club de fans está constituido por personas que se nuclean de forma "vehemente en torno a una idea" y que en tiempo de redes sociales el acercamiento al ídolo es mucho mayor. "Las redes permiten saber sobre el famoso, sobre el ídolo, les dan la posibilidad a los fanáticos de interactuar y de intercambiar información sobre él, de saber las últimas novedades y su biografía completa, de competir por cuál sabe más", explica el antropólogo, y todo eso implica "apropiarse, en parte, del ídolo", concluye.

Así, en la página de Facebook de Márama FanClub Oficial ya son más de 20.000 seguidores de todo el país y del exterior.

Los clubs de fans de Márama y Rombai se crearon en el 2014. Las fundadoras eran "muy chicas y tenían actividades que no les permitían dedicarse específicamente a esto, así que nosotras tomamos las riendas", cuentan Erika y Fernanda, actuales presidentas de los clubs de las bandas uruguayas.

Entre ambos hay 30 integrantes a la cabeza de las movidas. Tienen un grupo de WhatsApp en el que entran y salen personas todo el tiempo, comparten información sobre los grupos y organizan las actividades.

Pero ser las presidentas del fan club oficial de las bandas teen del momento no es tarea sencilla ni mucho menos. "Los seguimos a todos lados, a cada show, en cada baile en el que tocan estamos en primera fila", cuenta Fernanda y relata orgullosa el momento en el cual los jóvenes músicos las nombraron como fan club oficial: "En el caso de Márama, las chicas que crearon el club fueron las primeras en seguirlos. Ellos se movían para un lado y las chicas iban detrás. Una vez les dijeron que eran el club oficial y las empezaron a seguir en las redes". Con Rombai sucedió algo similar. "Un día estábamos en el aeropuerto con Fernando, el cantante de la banda, y se dio cuenta de que nosotras los seguíamos a todos lados. Ahí nos dijeron: son nuestro fan club oficial", cuenta Erika. Las dos presidentas aseguran que ser parte del club de fans las ha unido entre ellas y las ha llevado a conocer y hacer amigas de otros países.

Erika tiene 24 años, estudió Turismo y dejó sin terminar la carrera de Comunicación para poder dedicarse enteramente "a todas las actividades del club". Es que las presidentas están pendientes de sus ídolos todos los días a tiempo completo. "Yo paso más tiempo con ella que con mi familia", afirma Erika y Fernanda agrega: "Lo mismo me pasa con los de Rombai. Yo a veces les digo que los veo más que a mi propia abuela, los veo todos días".

— ¿Por qué los ven todos los días?

—Erika: Porque parte de ser el fan club oficial es estar todo el tiempo apoyándolos y llevándoles cosas y regalos.

—Fernanda: Igual nuestro vínculo con ellos ya va más allá del fan club.

—Erika: Deben pensar que somos psicópatas nosotras dos, porque abren la puerta de su casa y nosotras estamos ahí.

— ¿Saben dónde viven?

—Fernanda: Sabemos todo.

—Erika: Igual la idea no es caerles a la casa y molestarlos, a no ser que ellos nos digan, sino no.

Locuras.

Tres shows en un fin de semana. Dos de Márama y uno de Rombai. Dos en Uruguay y otro en Argentina. Acompañar a sus ídolos en los tres conciertos era la misión y, aunque sonara imposible, Erika sabía que lo lograría.

Cuando el show de Márama en la Rural del Prado terminó, se fue directo a la terminal Tres Cruces. Llegó a Buenos Aires y de ahí se fue a hospedar a la casa de una fanática argentina que la ayudó a tomarse un ómnibus para poder llegar a Córdoba, en donde tocaba la banda liderada por Agustín Casanova. "Cuando terminó el show de Córdoba, me tomé un avión para Buenos Aires y ahí me tomé el barco para Uruguay". Erika necesitaba llegar al show de Rombai en la Rural, que sería en menos de 24 horas. "En ese show iba a ser la presentación en sociedad de Majo Martino, supuesta novia de Fer Vázquez. Yo no podía faltar". Y no faltó. Fernanda y otra integrante del fan club la esperaban en Tres Cruces y se tomaron un taxi para poder llegar más rápido. Cuando la banda pisó el escenario, Erika ya estaba esperándolos.

"Un fan es habitualmente definido como una persona que sigue o admira a alguien", explica Juan Fernández Romar, profesor titular de Psicología Social en la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. "Hace referencia a la persona que demuestra un desmedido interés por otra, por un deporte, una ideología o alguna forma de arte", sostiene. El docente afirma que el fanatismo "refiere a una idea, una teoría, actividad u objetivo que se propugna y que se defiende con excesivo fervor transformando lo parcial y sesgado en global y absoluto".

— ¿Han vivido los últimos dos años para seguirlos a ellos?

, dicen sin vacilar Erika y Fernanda.

"Un ídolo es una persona que posee cualidades que son entendidas por la sociedad como excepcionales, raras y siempre positivas", explica Guigou. "Esas características que tiene el ídolo no son compartidas por el resto de los mortales, por eso el fanático proyecta en esas personas todo lo que quiere ser y no es. Un ídolo es ídolo porque el fanático nunca va a llegar a ser como él", sostiene el antropólogo.

Cualquiera sea el ídolo y cualquiera sea el fanático, la misión última siempre es conocerlo, llegar a estar al menos unos segundos cerca de él, rozarle la mano o darle un abrazo. Por eso, las fanáticas de Lali han dedicado mucho tiempo a perseguirla, buscarla y encontrarla.

El 2 de noviembre de este año la argentina llegó a Uruguay para firmar los discos de sus fans. Agustina Ferraz, Agustina Montequín, Belén Rodríguez, Iara Echinope y Natascha Verdes, que llevan adelante el programa Radio Histeria, dedicado exclusivamente a su ídola, acamparon durante 20 horas bajo la lluvia para poder estar entre las 300 privilegiadas que saludarían a Lali y se llevarían un disco con su firma.

¿Fue la primera vez que la vieron personalmente?

Agustina Montequín: No, pero siempre que la vemos es como si fuera la primera vez. Es muy raro verla. Hay gente que llora cuando la ve. Yo ni siquiera puedo llorar porque siempre quedo en shock. Después de que me cae la ficha sí, lloro.

¿Por qué llorás?

—Agustina: Y porque volvés a la Tierra y es feo volver después de verla.

—Agustina Ferraz: Sí, verla es siempre una aventura. Yo me recorrí todo Buenos Aires buscándola.

¿La encontraste?

—Agustina: Sí, y fue increíble, no lo podía creer. La primera vez que la vi no podía hablar, no me salían las palabras, no sabía qué decirle, pero ella siempre es muy cálida y te tranquiliza.

Lo mismo hizo Micaela Perrone, que a los 13 años persiguió a Lali por Buenos Aires y la conoció en los estudios de Pol-Ka, cuando la cantante grababa la novela Solamente vos. Micaela tiene 20 años y aún es tan fanática de la argentina como la primera vez que la vio, que no recuerda cuándo fue. "Es divina Lali, siempre que puede para y te saluda, te abraza, se saca fotos y agradece, siempre agradece", dice Micaela, ansiosa por entrar al Teatro de Verano y verla una vez más.

Una camioneta blanca y grande del padre de una de las fanáticas de Lali está estacionada en la puerta principal del Teatro de Verano. Son las seis de la tarde y el show empieza a las nueve. Está cargada de regalos que hicieron las chicas de Radio Histeria y del Club de Fans Oficial en Uruguay. La argentina está probando sonido y las fanáticas escuchan su voz. Se miran, sonríen, se ponen nerviosas, cantan y se abrazan. Se sacan fotos, organizan el fan action y aseguran que este año superaron las sorpresas de los shows anteriores.

"Creemos en vos", dicen los cuatro mil globos. Y no hay dudas: las fanáticas de Lali creen en ella.

Figuras de afuera en Uruguay.

En Uruguay, los fanatismos de estrellas de la música y el espectáculos suelen ser por ídolos o bandas extranjeras.

El antropólogo y comunicador Nicolas Guigou explica que en el país "puede haber cierto grado de idolatría hacia alguna figura, pero nunca son grandes ídolos (sin tener en cuenta el mundo deportivo)". La figura de un ídolo es una construcción social y cultural y "nuestro país constituye un dispositivo para evitar el estrellato: a las figuras de la música, a los actores, o artistas en general, siempre los conocés por algún lado o por otro y si no los conocés te los cruzás en el supermercado o en un bar", sostiene el antropólogo. Compara al Uruguay con la situación de la región: "En Argentina o Brasil los ídolos producidos por la televisión o la música son más inalcanzables, son más sagrados, si van caminando por la calle se arma un revuelo tremendo". Eso tiene que ver, según Guigou, por ser una sociedad de dimensiones pequeñas y por "dispositivos mesocráticos que no permiten el desarrollo de ídolos".

Los fans calman su ansiedad con encuentros en las redes.

Gustavo Buela creó el grupo Círculos de Lectores de Harry Potter Uruguay el 1° de julio del 2007. Cuando decidió hacerlo, se juntaron cinco personas. Luego armaron un blog con toda la información que circulaba en la web. Más adelante decidieron crear la página de Facebook. Actualmente tiene más de 3.000 seguidores. Si bien constituye una comunidad virtual en la cual la mayoría de sus integrantes no se conocen, hay un grupo de al rededor de 30 personas que se juntan en reuniones mensuales para realizar diversas actividades: debatir sobre la saga y sobre los libros, formular teorías sobre posibles tramas de la historia.

Algo similar ocurre con los fanáticos de Star Wars en Uruguay, un club de fans virtual fue creado un año antes del estreno de Star Wars: Episodio VII - El Despertar de la Fuerza en el 2015, para "soportar el año" que les quedaba por delante, según relata Alexis Saavedra, creador del grupo. Cuando llegó el día los fanáticos colmaron las salas y festejaron cuando la pantalla grande les regaló el A long time ago in a galaxy far far away que tanto habían esperado.

Comunidades masivas.

Los fanáticos se nuclean en las redes sociales para compartir información sobre sus ídolos y estar más cerca de ellos. El club de fans de Lali Espósito en Uruguay tiene 25.270 seguidores en Facebook y 10.000 en Twitter. Lo mejor, concuerdan varios seguidores, es cuando logran una interacción. Una vez, Chayanne puso like en una foto que sus fans habían subido en Instagram. "Y casi nos morimos", recuerda Antonella.

Fanáticas de Lali Espósito. Foto: Fernando Ponzetto.
Fanáticas de Lali Espósito. Foto: Fernando Ponzetto.
Fanáticos de Márama y Rombai. Foto: Darwin Borrelli.
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Todos esperan por ver a sus ídolos. Foto: Archivo El País
Todos esperan por ver a sus ídolos. Foto: Archivo El País
Fans hacen movidas para difundir el trabajo de sus ídolos.
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Fans hacen movidas para difundir a sus ídolos.
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Fanáticas de Chayanne en Uruguay. Foto: Ariel Colmegna
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La llegada de los Rolling Stones fue un hito para miles de uruguayos. Foto: F. Ponzetto
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