Una invitación a disfrutar de una buena copa

11/12/2016, 05:12

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Difícil de encajar en una única definición —mucho menos en una convencional— Bocanegra no es un restaurante, un bar ni un pub. Quizás está más cerca de ser una tienda de vinos, aunque tampoco una tradicional.

"Es un ensamble imperfecto de cualquier cosa", dice uno de sus dueños, el cordobés Patricio Mateos, quien armó la propuesta tras viajar y degustar botellas por el mundo. Así, la dinámica de este pequeño local en José Ellauri y García Cortinas varía a gusto del consumidor. Para los vecinos del barrio, quizás funcione más como tienda, para los amantes de una buena copa, como un sitio donde las ganas de innovar en sabores son bienvenidas.

El salón, donde predominan los tonos de rojo y verde y abundan las botellas, bien podría ser una cava. A las luminarias retro industriales y las barras y bancos de madera se suman las "mesas sociales", donde los clientes están invitados a compartir el espacio. Pero los protagonistas son otros: los tres dispensadores de vinos Enomatic que permiten, a través de una winecard a la que se le carga el monto de dinero que uno desee, ir probando diferentes etiquetas sin necesidad de comprar la botella. Cada uno cuenta con ocho variedades distintas, por lo cual pueden llegar a probarse 24 etiquetas en una misma ocasión. Y hay varios tamaños para elegir: cata, cata y media y copa (de $ 150 a $ 900).

Bocanegra también tiene una "fiambrería boutique", que prepara tablas de quesos y fiambres para llevar o disfrutar in situ. La carta, que cambia todos los meses, también incluye tapas como la clásica tortilla de papas (desde $ 70), pinchos de frutos del mar, empanadas de cordero y hamburguesas de salmón. Una tabla para compartir (comen 4 y pican 6) vale $ 800.

El 50% de sus botellas son uruguayas, 35% argentinas y el 15% restante de Chile, Italia, Francia, California, Nueva Zelanda y España. "Damos a conocer vinos que de otra manera acá no llegarían. Y eso para las bodegas chicas es muy interesante". Para el futuro, los planes incluyen abrir locales en Colonia y Porto Alegre, para después cruzar el charco a Buenos Aires.