Desde que su disco 1000 Forms of Fear la lanzó a la fama mundial, la cantante ha ocultado su rostro detrás de una peluca para “tener el control” sobre su imagen.

Dijo alguna vez, cuando la fama empezó a ser parte de su vida, que quería poder seguir saliendo a la calle sin que ninguna cámara fotográfica la acechara y que quería evitar que se la criticara en Internet por su aspecto. Esa era la explicación de Sia (41) para mantener su cara oculta tras una peluca durante su vida pública. Y así lo hizo hasta hace poco tiempo, cuando filmó un video para el programa infantil Plaza Sésamo, en el que se la ve con una de sus habituales pelucas pero con su rostro descubierto. Además, sorprendió a todos cuando, tres días antes de su show en Dubai, llegó al aeropuerto con la cara destapada y sin maquillaje. De esta forma, la cantante australiana y reina de las pelucas, develó parte del misterio que ha caracterizado su carrera.

La vida de Sia Kate Isobelle Furler, con o sin peluca, ha estado marcada por luces y sombras, especialmente desde que empezó a destacarse como cantante. Nació en Australia el 18 de diciembre de 1975, en el medio de una familia de músicos. Su madre es cantante y profesora de arte, su padre fue músico y su tío es el artista y actor Kevin Colson. Con este prontuario familiar, no era de extrañarse que Sia se interesara en el arte. Así, en alguna ocasión contó que cuando era niña jugaba, especialmente a imitar a sus cantantes favoritos, como Sting o Aretha Franklin.

A los 17 años formó parte de una banda de jazz, Crisp, con la que llegó a grabar dos álbumes, Word and the Deal y Delerium. Poco tiempo después el grupo se disolvió y la artista lanzó un álbum de estudio solista, OnlySee, que vendió en Australia 1.200 copias.

Sin embargo no se dio por vencida. SE fue a Italia, donde un productor la escuchó cantar en un bar y le ofreció grabar un disco con un DJ que se encontraba en el mismo lugar.

Tiempo después de tomarse ese año "libre" en Italia, la cantante regresó a Australia para terminar sus estudios, pero dejó la universidad por el camino. Más adelante, diría sobre su juventud: "Yo tenía diecisiete años y escribía sobre el racismo y la homofobia, tenía un mensaje y quería cambiar el mundo. Luego volví a la Universidad de Adelaida, en Australia, para terminar de estudiar italiano y política, pero lo odiaba, después de haber pasado un año fuera de la escuela, así que la dejé de inmediato".

Poco tiempo después, la artista decidió probar suerte en Londres, en donde colaboró con bandas como Zero 7 o la banda de jazz Jamiroquai. Fue entonces cuando firmó un contrato con el sello DancePool, de Sony, y logró editar un disco en solitario, Healing is Difficult. Con este álbum, que incluía canciones como Taken for Granted, logró una buena recepción por parte de la crítica, aunque no fue un gran éxito de ventas.

En 2004 llegaría el que fue uno de sus primeros éxitos. Así, tras cambiar de sello discográfico, la cantante lanzó Colour the Small One, disco que incluye la canción Breathe Me, que fue la banda sonora de la escena final de la serie Six Feet Under, algo que la ayudaría con la repercusión de su trabajo. Luego vendrían Some People Have Real Problems y We are Born, trabajos con los que empezó a tener un lugar fuerte en la escena musical a nivel internacional.

Sin embargo, los escenarios, las repercusiones y la fama, desencadenaron en Sia adicciones a las drogas y el alcohol, depresiones y el diagnóstico de una enfermedad mental que la mantuvo alejada de los escenarios.

Fue entonces que la artista empezó a destacarse como compositora de varios cantantes reconocidos como Madonna, Celine Dion, Britney Spears, Shakira, Kesha, Jennifer López, Rihanna, Flo Rida o David Guetta.

No fue hasta 2014 cuando, cuatro años después de haber grabado su último disco, la cantante lanzó 1000 Forms of Fear, su álbum más reconocido hasta ahora, tanto por la crítica como por el público. En él, se incluyen temas como Chandelier, que rápidamente se hizo un lugar en el panorama musical internacional, a pesar de que la cantante declaró: "Me llevó unos cuatro minutos escribir los acordes de la canción, y unos 15 minutos escribir la letra".

En el video de esta canción, Sia se mantiene oculta y la protagonista es Maddie Ziegler, un niña que se transformó en la figura central de varios de sus clips y en una especie de alter ego de la artista. De esta forma, la joven Ziegler ha sido el rostro visible que la cantante se había encargado de ocultar, acompañándola, incluso a varios recitales.

Así, en la primera aparición pública de Sia, en 2014, para la presentación de su disco, cantó Chandelier de espaldas al público. "Estoy tratando de trabajar de una manera en que pueda ser una cantante y crear contenido cool. Quiero hacer eso como una artista y no mostrar sólo cosas de mí", dijo en ese entonces en una entrevista a MTV. Y de esa forma, manteniendo oculto su rostro, la cantante se aseguraba "tener el control" sobre su imagen.

Después de este álbum, la fama de la artista iría cuesta arriba, especialmente cuando su canción Elastic Heart en colaboración con The Weeknd, fue elegido como tema de la película Los juegos del hambre.

A principios de 2016 publicó su último álbum, This is actig, confirmando, con temas como Cheap Thrills, que Sia no es solo una compositora de letras ajenas, sino que es una artista completa. Y, aunque oculte a veces su identidad, su esencia está en cada una de sus letras, sonidos y videos.

Cuando Sia tenía 31 años, su novio Dean falleció en un accidente. Luego diría que escribió el tema Taken for Granted para expresar su dolor. Después de ese episodio, estuvo en pareja con una artista estadounidense. La ruptura de su relación supuso una gran depresión para ella. Finalmente, se casó con el cineasta Erik Anders Lang, de quien se separó en 2016.

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