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Humor con make up

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Manuela Da Silveira

DE PORTADA

Las humoristas y comediantes femeninas se hacen notar más en el circuito de boliches, los escenarios de las salas y el Carnaval. ¿Qué es lo que traen ellas a los banquetes de la risa y la carcajada?

Manuela Da Silveira: "Lo que hago es femenino, son cosas que me pasan a mí".
Vicky Rodríguez Cartagena en Zíngaros
Laura Falero: "Hay muchas comediantes muy buenas, pero luego no siguen".
Un dúo de comediantes: "Con Germán escribimos a la par, y muchas veces usamos los chistes del otro", dice Lucía Rodríguez
"El humor machista está quedando obsoleto", dice María Rosa Oña.

"Una vez salí de un evento y me subí a un taxi. Nos pusimos a conversar con el taxista y le dije que era comediante, que recién había terminado mi espectáculo. Me dijo: ‘¿Una mujer haciendo chistes? Mirá… ¿Y la gente se ríe?’." La anécdota la cuenta Lucía Rodríguez, comediante de stand up y también de Carnaval, quien crea su propio material y a menudo junto a su pareja, el también cómico Germán Medina.

La incredulidad del taxista es el reflejo, a escala uruguaya, de un planteo que, por más insólito que pueda parecer, también existe en otros países. En Estados Unidos, la cuna de la disciplina del stand up, hace años que se da esa conversación, e involucra a varias de las más grandes estrellas de ese género humorístico. Incluso, si se pone el término "Can women be funny?" (¿Pueden las mujeres ser divertidas?) en YouTube, por ejemplo, y aparecen algunos de los nombres más famosos del stand up estadounidense refiriéndose al tema, como Bill Burr o el antes genio y ahora denostado Louis CK.

La contienda entre los géneros en el cuadrilátero de la risa no se circunscribe únicamente a quienes se encargan de provocarnos esas risas. Hace diez años, el ya fallecido escritor y polemista británico Christopher Hitchens publicó un artículo en la revista Vanity Fair que causó bastante revuelo.

Titulado con el provocador Por qué las mujeres no son divertidas, Hitchens recurría tanto a la biología como a la cultura para sustentar la bravata con la que había titulado su texto. Lo criticaron tanto que más adelante publicó un nuevo artículo, una respuesta a las respuestas: Por qué las mujeres siguen sin entender.

Tal vez el ensayista —famoso por su acerada verba, considerable erudición y colorido derrotero ideológico— estaba reflejando algo de lo que predominaba en la cultura popular de ese momento. Películas de esa época como Virgen a los 40 o Los Rompebodas, ambas muy exitosas (y buenas), se centraban en típicas preocupaciones masculinas (sexo, compromiso matrimonial), y sus estrellas, Steve Carell, Owen Wilson y Vince Vaughn, estaban en su período más inspirado. Otro ejemplo: el actor, y comediante de stand up, Chris Rock había sido anfitrión de los Oscar, en 2005, con éxito y elogios.

Dentro del ambiente de la comedia en Uruguay el tema también está presente. "Acá es un debate minoritario, pero existe", dice María Rosa Oña. Ella entró al stand up hace unos pocos años, y es una de las tantas comediantes femeninas que hoy recorren los escenarios y boliches dando cuenta de su gracia ante las audiencias.

¿Pero hay un humor esencialmente de género, uno que se distinga claramente del masculino? Depende a quién se le pregunte. Para Manuela Da Silveira, sí. Humorista todoterreno, la rubia se mueve tanto en el stand up como en formatos como el café concert, el unipersonal y la ficción. "Cuando arranqué, no me daba cuenta si el humor era tal o cual, así o asá. Pero luego me empecé a percatar que lo que hago es femenino, cosas que me pasan a mí. Y hay muchas ocasiones en las que se me contrata para hacer humor para mujeres, para una platea femenina", comenta.

"No hay humor de género, de ningunísima manera. El humor es uno solo". María Rosa Oña.

Da Silveira aclara que, más allá de tener un punto de vista femenino a la hora de concebir un chiste o un guion, nunca sintió que excluyera a los hombres. "Creo que el humor que yo concibo es de género, o femenino. Porque el humor es una mirada, una lectura que uno hace de la realidad. Y sí, soy una mujer, y hay cosas específicas de mi género en el humor que hago. Me imagino que para un hombre, cuando habla de su abanico de vivencias, tendrá una mirada de género masculino".

Rodríguez coincide. Recibe la llamada de Domingo y atiende con su bebé en brazos, cuyos ruidos se cuelan en la conversación. "Siempre me interesó hacer humor desde la visión femenina. Soy madre de dos niños y la maternidad me dio ganas de decir cosas que por ahí no eran políticamente correctas, como decir las cosas que nos pasan (o lo que yo creo que nos pasa): que no todo es color de rosa, que a veces te dan ganas de estar sola. Por suerte en los shows encuentro mujeres que me dicen que me agradecen, porque sienten que no están solas".

"Por ahí, el humor femenino es más detallista, y menos agresivo, que el masculino". Lucía Rodríguez.

Para ella el humor femenino es diferente al masculino: "Por ahí, es un humor más detallista, vamos más a los detalles. Y creo, en algún punto, que es un humor menos agresivo. Y eso tiene que ver con el género. De todas maneras, yo escribo mucho con Germán, y la verdad que no estamos tan dispares. Yo hago chistes de él, y él hace chistes míos".

Oña rechaza enfáticamente que haya un humor de género. "De ningunísima manera", afirma. "Me parece que el humor es el mismo para todos. Lo que sí encuentro es que algunas personas nos estamos jugando más a decir cosas que nos parece cómo tienen que ser. Pero para mí el humor no tiene género. Las mujeres pueden hacer los mismos chistes que los hombres. Humor tenemos todos", cuenta con un café de por medio.

Para Oña, lo esencial es que lo que se cuenta esté bien construido. Si lo está, entonces hará reír. Inevitablemente. "Si el chiste está bien armado, te va a hacer reír. La gente no se da cuenta por qué se está riendo. Pero no lo podés parar. Pasa con el humor negro. Te vas a reír. Y luego vas a pensar ¡Qué horrible, de lo que me reí!. Lo que pasó es que el chiste estaba bien construido y desató ese mecanismo en tu cabeza e irremediablemente te reíste".

Ella forma parte de la propuesta Porfaloña, un trío de comediantes que también integran Laura Falero y Adelina Perdomo. Esta última dice que ha pensado mucho sobre si hay un humor "de género". "Hay humor hecho por mujeres, y de pronto hay una identificación más cercana por parte la mujer que lo recibe. Pero no sé si hay un humor de género. No he llegado a ninguna conclusión al respecto".

Falero, por su parte, también rechaza la idea de que haya humor "de género". Ella, que hace siete años que está haciendo stand up, dice que esta discusión es muy común entre los comediantes. "En este estilo de humor se trabaja mucho sobre uno mismo, y se analizó mucho esto. Pero considero que no, que el humor es uno solo, que va desde lo particular a la generalidad. Al menos, ese es el humor que me interesa. Uno se sube a un escenario a hablar de lo que uno es. Yo subo a hablar de lo que soy: Laura, 35 años, del interior, mujer, clase media, feminista...". Además, Falero sostiene que la comedia, es algo que casi viene con el código genético del hombre. "La comedia es por herencia masculina", dice.

Habrá más de una opinión acerca del carácter "de género" del humor. Pero da la impresión que las humoristas mujeres encontraron en ese estilo en particular un lugar para hacerse un camino más rápido y aceptado que, por ejemplo, en Carnaval, donde llevó más tiempo abrirse camino y donde aún impera una actitud que en el mejor de los casos es calificada como expectante y en el peor, machista.

"Hubo una explosión de humor stand up en los últimos años, y dentro de esa explosión hay varias mujeres", dice Oña. Desde afuera, parecería que en esa explosión de humor individual y de micrófono en mano hay un lugar importante para la visión o la sensibilidad femenina a la hora de hacer reír.

Si uno recorre las carteleras de boliches y salas como las del complejo Movie, es probable que se tope con todas las comediantes consultadas en esta nota, y varias más.

Pero desde el lugar de las humoristas, la apreciación es distinta. "Faltan. Somos pocas en comparación con los hombres", continúa Oña y añade que cuando el stand up empezó a popularizarse en Montevideo, el circuito se asemejaba a un Club de Tobi. "Como también lo era Carnaval, que ya no es tan así. Pero como lo es todo, como la política. Lo que me parece que se dio acá, es que hay muchas mujeres que son muy buenas haciendo stand up. Porque como en todos los casos, para estar a la par de los hombres, tenés que demostrar que sos muy buena. O incluso mejor. Tenés que laburarla más", concluye la comediante.

Del boliche al tablado

Vicky Rodríguez Cartagena tiene una importante trayectoria como actriz de teatro, y también ha participado en varias ediciones de Carnaval (ha salido en Revistas y Parodistas), un espacio de expresión artística que define como "sagrado".

También ella piensa que hay un humor de sensibilidad femenina, incluso en Carnaval. Pero lamenta que todavía haya una parte importante de la oferta de humor carnavalero que, como dice ella, denigra. "A veces me pregunto de qué se ríe la gente", dice entre los reclamos de su pequeño hijo cuando conversa telefónicamente con Domingo. "Veo que hay un bullying permanente en los chistes. Y me parece que no es necesario caer en eso para hacer reír a nadie. El humor que se vale del negro, la prostituta, el discapacitado, el que empuja un carrito, el plancha...".

Lucía Rodríguez, que estuvo en las revistas House y La Compañía, opina que el Carnaval recién está abriéndose a comediantes mujeres. "No creo que sea una casualidad que no haya muchas mujeres, y que haya habido casi ninguna antes, creo que es algo buscado". Pero las cosas están cambiando ahora Falta y Resto salió con un coro paritario, con la misma cantidad de mujeres y hombres. Y tuvo algunas críticas... interesantes. Como que ahora es una murga medio maricona," comenta entre risas.

Casi que por defecto, la discusión sobre si hay humor "de género" o de sensibilidad femenina lleva a otra polémica: la del humor feminista y machista. ¿El ingreso de cómicas al circuito de stand up y al Carnaval cambia el paradigma humorístico uruguayo actual?

"Espero que estemos yendo hacia una situación en la cual el humor machista sea cada vez menor frecuente", expresa Da Silveira. "Creo que estamos más atentos a eso, porque todo está más expuesto y también está todo más sensible a educar desde chicos a que la mujer no es un objeto, algo que antes estaba más naturalizado. Como en un sketch de Olmedo donde la mujer servía únicamente para que el hombre rematara el chiste. Una situación en la que sea natural que la mujer genera humor".

Ella dice que cuando actúa con colegas hombres, a menudo nota que ellos despiertan reacciones más potentes que ella, pero atribuye eso a falta de costumbre de ver a cómicas en acción.

Rodríguez también nota las diferencias entre el humor que ella hace y el que hace su marido, Germán Medina. "Aunque hoy haya una mayor apertura desde el público, sigue costando decir algunas cosas como mujer. Lo noto porque hago eventos con Germán, y me doy cuenta que a él se le permiten determinadas cosas que a mí todavía no. Todavía cuesta. A veces, el humor que hacemos es recibido como una agresión hacia los hombres, se sienten tocados. Les cuesta más divertirse".

Tanto Da Silveira como Rodríguez hacen algunas salvedades cuando se les pregunta si son feministas, y si llevan eso al escenario. La actual coconductora de la segunda parte del programa Desayunos Informales siente que a veces "las palabras son enemigas. Defiendo a la mujer en todo su esplendor, pero también al hombre. El hombre también puede ser tratado como un objeto. Pero sí siento que soy sensible a cuando a una mujer se la subestima o se la trata de objeto. Si eso es ser feminista, entonces lo soy".

Rodríguez, por su parte, cree que la visión femenina siempre es necesaria y que ella trabaja desde su lugar para la igualdad. "No sé si eso es ser feminista".

Otras son más rotundas a la hora de definiciones, como Perdomo. Pero no por ser feminista hay que hacer humor así. "El feminismo como tal, uno lo lleva consigo todo los días, ¿no? Pero no me siento a escribir humor feminista. Yo te planteo mi visión del mundo. Te cuento mi realidad y te cuento el mundo desde mi punto de vista", dice y agrega que no es quien para juzgar a alguien si sus chistes son machistas. "Cada uno puede decir lo que quiera. El tema es bancarlo cuando baja del escenario". Muchas de las comediantes mujeres se la bancan cada vez más. Y mejor.

La unión hace la fuerza

"Muchas veces, cuando se arman las grillas en los boliches donde se ofrecen espectáculos de stand up, es difícil armar una en la cual figuren mujeres", dice María Rosa Oña. Para Laura Falero, eso tiene que ver con que muchas comediantes no siguen desarrollándose, porque el escenario puede ser cruel. Manuela Da Silveira está de acuerdo: "Hay que darle y darle al stand up. Muchas veces implica lastimarse, enfrentarse al silencio. El humor tiene un costado sufrido. Es un salto al vacío y, a la vez, una confianza en sí mismo". Aún así, hay experiencias de humor de mujeres compartido, como Minas, una propuesta de la sala Movie donde participan Denise Casaux, Leticia Cohen, Lucía Rodríguez y Sofía Frau. Y Perfaloña —de Laura Falero, Adelina Perdomo y María Rosa Oña— ha tenido varias ediciones. Tal vez sea demasiado temprano para tener una masa crítica de mujeres comediantes como para armar un circuito exclusivamente femenino, pero parece haber una creciente disposición a sentarse a reírse de las vicisitudes del sexo y el género femenino entre el público montevideano.

nefflix

Humor en pantalla y on demand

Netflix es una plataforma que apuesta mucho al humor de stand up, tanto produciendo como comprando las licencias para poder incluirlo en su catálogo. Ahí hay de todo un poco, desde lo más consagrado a lo más emergente, tanto de comediantes estadounidenses como latinoamericanos (aún no hay ningún, o ninguna, comediante de Uruguay). En esa plataforma, la oferta de comediantes mujeres no es muy cuantiosa. Además de Amy Schumer (están Sarah Silverman, Anjelah Johnson, Leslie Johnson, Bridget Christie, Ellen Degeneres, Ali Wong, Monique, Christina P, Kathleen Madigan , Cristela Alonzo, Alexis De Anda, Iliza Schlesinger y Lynne Koplitz, Maria Bamford, Natalia Baldebenito, Katherine Ryan, y algunas más que figuran en espectáculos compartidos. En total, una veintena de programas con comediantes mujeres, de más de 600 resultados ante la consulta "stand up" en el buscador interno de Netflix. De todos modos, sigue siendo una introducción al humor hecho por mujeres en parte del continente americano disponible.

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