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"El hombre tiene su sexto sentido dormido"

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Marcelo Acquistapace

Se define como psíquico: una capacidad para predecir sucesos que lo lleva a colaborar con casos policiales aunque rechaza recibir dinero por eso.

LUIS PRATS

A los cinco años atendía el teléfono antes de que sonara o abría la puerta de su casa anticipándose en un segundo a que el visitante oprimiera el timbre. En la escuela se paraba antes que tocara la campana, lo cual le valió varios rezongos. Simplemente escuchaba el sonido antes de que se produjera.

A los 14, volvía del liceo con sus compañeros por las calles de San José cuando algo lo alertó a detenerse. Nadie entendía el motivo, hasta que un instante después un camión sin frenos se estrelló en la vereda, justo por donde debían pasar ellos.

A los 17, una semana antes de un examen intuyó que la profesora tropezaría al entrar al aula y volarían todos sus libros. Y después supo cuáles serían las tres preguntas de la prueba. Lo contó a sus amigos y prepararon esos temas. El día indicado todo ocurrió como si estuviera guionado: la profesora tropezó, los libros volaron y las preguntas fueron las pronosticadas.

Los episodios, relatados por él mismo, pertenecen a la vida de Marcelo Acquistapace, el notorio vidente-mentalista-adivino uruguayo que colabora con casos policiales. Él prefiere que lo llamen "psíquico", aunque por años se presentó simplemente como publicista. El lector está libre de aceptarlo o no, aunque la Policía, los familiares de personas desaparecidas y los cientos de pedidos de ayuda que le llegan a través de cartas prefieren creer.

"Todos tenemos este potencial, sobre todo los niños, aunque luego la cultura te va inhibiendo. Yo fui siempre de ir contra la corriente", sostiene.

Locuaz, Acquistapace siempre busca una explicación científica para su capacidad de ver lo que otros no pueden. Él la atribuye al entrenamiento de una habilidad que poseen todos los seres vivos. "La percepción extrasensorial es parte del ser humano pero no la usamos. El hombre primitivo podía anticiparse a las cosas que iban a pasar porque vivía en un mundo que no controlaba. Pero con la civilización, pudo comenzar a sentirse tranquilo de que tenía la naturaleza dominada y fue perdiendo esa habilidad. Pero los animales la mantienen. Por ejemplo, si ustedes tienen una mascota, habrán visto que sabe que viene su dueño antes de escucharlo u olerlo. Es el sexto sentido, que el ser humano tiene dormido", asegura.

Adicciones.

Acquistapace reprimió sus visiones de niño porque lo castigaban por levantarse antes de la campana. Luego aprendió a convivir con su habilidad y más tarde a aplicarla, pero también fue construyendo una vida como tantas otras.

Nació en Mercedes hace 48 años, es casado y tiene cuatro hijos. Por el trabajo de su padre en un banco vivió luego en Durazno, San José y Tacuarembó, hasta que en 1985 se vino a Montevideo. Hizo tres años de Abogacía y dibujo publicitario. Luego cursó Ciencias de la Comunicación. Trabajó en agencias y en 1990 fundó su propia agencia, Motivación Publicitaria, especializada en merchandising, que funcionó hasta 2006. Tuvo además imprentas. Es artista plástico y ahora también escritor. Se gana la vida ofreciendo tratamientos contra adicciones o conductas fóbicas basados en la hipnosis, pues no percibe dinero por su asesoramiento en casos policiales o de desapariciones.

"En 2012 estuve en un reality de la televisión chilena llamado Psíquicos y me conecté con una clínica para crear un método de adelgazamiento que incluye una operación virtual de reducción del estómago. Así desarrollé un método que genera cambios estructurales importantes en la psiquis. Se reprograma el disco duro del paciente, cambiando la información. Desaparecen los impulsos que generan la adicción. En una sola sesión se neutraliza el deseo. Si se trata de una persona obesa con gusto por alguna comida, se le hace aparecer la muzzarella como si fuera una baldosa. No le atrae. Y si la llega a probar, le encuentra un gusto diferente al que esperaba. El cerebro nos engaña y nos dice por ejemplo que las cosas que nos engordan son más ricas. Somos esclavos del cerebro racional. Es que las neuronas más potentes son las referidas al sexo y al placer", cuenta.

En la tercera sesión se coloca el cinturón gástrico virtual, continúa Acquistapace. "Se simula una operación por laparoscopía con el paciente bajo hipnosis. Por supuesto la persona sabe que no se le opera, pero está bajo hipnosis y piensa que es así. De esa manera se accede al subconsciente. Es como entrar al cerebro de un niño que cree todo lo que le dicen", afirma.

Ahora está ensayando con productores de video e ingenieros digitales un plan de hipnosis visual, con cascos de realidad virtual, como tratamiento contra las adicciones pero también para acelerar el aprendizaje. "Se va viendo toda la información. Esto permitiría también acelerar el estudio de cualquier idioma o curso. El primer trimestre lo podrían ingresar en tres horas. La persona podría especializarse más pronto. En las pruebas, les paso en un minuto un cuento de 30 minutos. Y el 90% de los participantes lo aprende", comenta.

Percepciones.

Su fama se extendió por su colaboración en cuestiones policiales, aunque indica que los casos mediáticos son menos del dos por ciento de sus acciones. "Hago lo que se llama sustitución de percepciones —explica—. Si una persona desaparece, pido su nombre completo, su fecha de nacimiento, una prenda de vestir y su foto. Tocando esas cosas me posiciono en la emisión que solamente esa persona genera. Es como un GPS que emite su señal. Las personas, al estar vivas, emiten información a través de los sentidos. Todos tenemos la posibilidad de acceder a esa información pero no todos tienen la tecnología para captar ese GPS".

El mecanismo, afirma, es dejar la mente en blanco y contar la información que se le aparece: imágenes, sonidos y olores. Admite que se puede equivocar, pero muchas veces ocurre porque trata de buscar una explicación racional a su visión. "Después, cuando el caso se resuelve, aparecen elementos que muestran coincidencias increíbles", argumenta. Por ejemplo, en el caso del secuestro de Milvana Salomone, admite que pensó que la doctora estaba muerta porque la veía en un pozo. Pero resultó que estaba recluida en un sótano, cuya descripción coincide con la imagen que él anticipó en un boceto.

En el caso de María Victoria Williams, una de las víctimas de Pablo Goncálvez, recuerda que la veía muerta. "Veía además el dibujo de algo parecido a un canguro. Eso no cerraba. Al final apareció el cuerpo donde yo decía y la persona que lo encontró tenía un gorro con el dibujo de un canguro", recuerda Acquistapace. Y muestra la foto de esa persona en su celular. "A veces el problema es la interpretación de esas imágenes", asegura.

Violencia.

"Cuando hay una muerte, siento un desprendimiento en la ropa que toco del desaparecido. Es como una electricidad que me pasa. Es más fuerte cuando hubo un homicidio. Lo peor es cuando veo un suicidio, porque siento lo que vivió la persona antes de quitarse la vida. Por eso trato de ser muy respetuoso con la información que consigo y se la paso a la Policía", asegura.

"Todo acontecimiento genera una información que es infinita y se mantiene en el tiempo y el espacio. Si es un hecho violento, se le agrega el miedo, la furia, la propia violencia utilizada. Es como una explosión de información. Y eso es más fuerte todavía si vas al lugar donde procede la emisión. Por eso a veces termino agotado porque es un esfuerzo. Hay casos que me desgastan más que otros", añade.

"Dejo los jueves y los sábados para los consultas —cuenta—. A veces la gente opina mal porque no sabe. Todas las semanas recibo consultas que no son mediáticas, de gente humilde, que me pregunta cosas y los atiendo. Entiendo que debo colaborar, por eso no cobro. Estaría mal poner un interés personal por lucrar cuando colaboro en un caso. Eso también me da la libertad para seleccionar los casos que puedo atender. Me llegan todas las semanas montañas de cartas de todo el mundo pidiéndome información y no puedo atender a todos".

De fútbol y política.

"Trato de no meterme en política ni en el fútbol, pero no queda otra que hacerlo cuando se acercan las elecciones o un mundial", asegura Marcelo Acquistapace. Ya en 2013 percibía una imagen fuerte de Raúl Sendic y le aparecía su imagen junto a Tabaré Vázquez, antes que se lo mencionara para integrar la fórmula como candidato a vicepresidente. E insiste en que para más adelante lo ve como presidente.

También describió por anticipado festejos argentinos y no uruguayos en el Mundial de Brasil 2014.

"Para ver las cosas tengo que ponerme en esa posición y dejar la mente en blanco. Las imágenes no me aparecen por sí solas. Tampoco me aparecen cuando duermo. Si pasara eso ahora estaría enchalecado", comenta.

Y añade que tampoco puede enriquecerse con sus percepciones. "Soy psíquico pero no idiota. Trato de ver qué números saldrán en el Cinco de Oro pero nunca consigo verlos", se lamenta.

SUS COSAS.

Su lugar.

De cada pueblo donde vivió durante su infancia y su juventud tiene un recuerdo, pero para sus vacaciones generalmente elige Portezuelo, donde sus padres tienen casa. Este julio se fue a Piriápolis con su familia porque además ofrece charlas en el Argentino hotel.

Su primera novela.

El enigma del rosario, publicado por el propio Acquistapace en 2010, con tres ediciones y una futura aparición en cómic, cuenta en forma novelada y con elementos paranormales un hecho real ocurrido en 1953, cuando un seminarista apareció muerto en la capilla Santa María de Melilla. Fue su primera novela; ahora prepara otra.

La pintura.

Siempre le gustó pintar y en su casa tiene su atelier, pero hace tres años que no toma un pincel por falta de tiempo. En ese lugar recibe ahora las consultas a domiclio. Espera organizar pronto una exposición propia. Ya hizo algunas y hasta vendió sus cuadros. Este lo regaló a un amigo.

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