El actor Jorge Perugorría vuelve a la pantalla con un policial intenso que está ambientado en La Habana, basado en las novelas de Leonardo Padura.

Busqué muy adentro para encontrar a mi Mario Conde", dice Jorge Perugorría (51) cuando habla del personaje que compone para la serie Vientos de La Habana. Lo cierto es que su sonrisa franca parece encajar a la perfección en el aire más bien desencantado del detective habanero creado por Leonardo Padura.

La serie, en rigor las cuatro películas de algo más de 100 minutos cada una, consagra a un actor que hace más de dos décadas cobró fama mundial con una película que es ahora considerada un clásico del cine latinoamericano, Fresa y Chocolate (1993). Allí Perugorría interpreta a Diego, un homosexual que se enamora de un joven estudiante llamado David, heterosexual y activo militante del partido. La historia exhibe la dura represión de la que fueron objeto los homosexuales por parte del régimen castrista, sobre todo durante la década de 1970, pero que de algún modo tiñó las relaciones sociales aún hasta la fecha.

Perugorría nació en una localidad ubicada al Sur de La Habana llamada Wajay. Fue hijo de padres separados y vivió junto a su madre Mirta, su hermana Georgia y su abuela Felicia. "He disfrutado mucho interpretando a Mario Conde. Para mí ha sido también un viaje dentro de mí mismo porque yo, como Mario Conde, también me crié en un barrio; como él, jugaba a la pelota, tenía un grupo de amigos con el que me reunía a escuchar música, a hablar y a pasarnos libros y películas", contaba el actor en una entrevista.

Luego de terminar la educación secundaria ingresó al Instituto Politécnico José Martí, en Boyeros, pero muy pronto encontraría su vocación. En 1984, mientras estudiaba, descubrió el teatro y se sintió fascinado. Comenzó a actuar en el grupo Albatros bajo la dirección de Eduardo Novoa. En esa época logró participar en algunas series televisivas de producción local y en 1991 actuó en un mediometraje dirigido por Tomás Picard, Boceto, que considera como su primera incursión formal en cine.

Por esas fechas le tocó trabajar en una obra teatral que lo prepararía para lo que luego será su mayor éxito. Con la inauguración del teatro El Público en La Habana, Perugorría interpretó el papel de Clara, en Las Criadas, de Jean Genet. La asimilación del carácter femenino, el estudio de la gestualidad tendrán luego un papel decisivo cuando le toque encarnar al personaje de Fresa y Chocolate.

La producción española obtuvo numerosas distinciones. En particular, Perugorría fue premiado como mejor actor en el Festival de Cine de La Habana y en el Festival de Cine de Gramado.

Curiosamente, dos décadas después el actor cubano volvió a interpretar un papel en una historia parecida. En Viva (2015) del director irlandés Paddy Breathnach, encarna a Ángel, un exboxeador alcohólico y agresivo que debe aceptar que su hijo Jesús, de 18 años, se asuma como travesti.

"Obviamente estoy marcado por Fresa y Chocolate, que es totalmente lo contrario, pero siempre es importante e interesante para los actores preparar personajes que sean diferentes los unos de los otros. Esta película me ha dado la oportunidad de defender los mismos valores que en Fresa y Chocolate, pero ahora estoy en el otro extremo de la historia", explicó Perugorría.

En un caso y otro las historias narradas por estas dos películas hablan de los prejuicios, de la homofobia desatada y cómo esta desemboca en situaciones de represión que en algún momento supuso persecuciones, encarcelamientos, torturas, como las denunciadas por el escritor Reynaldo Arenas en la década de 1990.

Perugorría ha participado en medio centenar de películas, algunas bajo la dirección de prestigiosos directores. Tuvo un papel en la épica producción Che, de Steven Sorderbergh, donde el actor Benicio del Toro encarnara al guerrillero y a Perugorría le correspondería interpretar el papel de Juan Vitalio Acuña Núñez, más conocido por Vilo. Es un campesino que se convirtió en guerrillero tras unirse a las filas de Fidel Castro y fue figura central durante la ofensiva que terminó por derrocar al dictador Fulgencio Batista.

La realidad cubana y sus aspectos más críticos han sido una constante en la cinematografía de Perugorría. El actor se place en sostener que ha hecho las películas que él ha elegido, algo que un profesional puede destacar con orgullo.

Algunos ensayos no resultaron del todo logrados, como la experimental 7 días en La Habana, donde siete directores están a cargo de sendas historias. Algo mejor fue con Regreso a Ítaca, adaptación de un relato de Padura, que narra el encuentro de cuatro viejos amigos con la excusa del desexilio de uno de ellos.

Consolidado ya como un actor de primera línea, su interpretación de Mario Conde en la mencionada serie viene a coronar una vasta carrera actoral.

Con su personaje comparte un punto de vista como observador de la realidad política y social de su país. "Realmente, Cuba ahora mismo está cambiando. Yo creo que de alguna manera son cambios necesarios los que están ocurriendo en mi país y, en ese sentido, el retrato que hay en la película es un retrato generacional, en el sentido que representa una generación que ha tenido las mismas vivencias y experiencias que Mario Conde —comentaba Perugorría en una entrevista concedida en España cuando el lanzamiento de la serie en Netflix—; por eso Mario Conde posiblemente sea el personaje más querido y leído de la literatura contemporánea cubana, porque los cubanos se sienten representados en la novela de Padura. Yo creo que Padura se ha convertido en una especie de cronista de los últimos 30 años de mi país a través de Mario Conde y la saga de novelas que ha escrito".

El actor, que guarda una larga amistad con el creador de la serie Leonardo Padura, dice que viene preparándose para interpretar al díscolo detective cubano desde hace 15 años. "Trabajé en 7 días en La Habana, una de las historias escritas por él; trabajé en Regreso a Ítaca, que es un guion de Padura y, finalmente, me he ido acercando a ese mundo de Padura hasta llegar a ese sueño de ser Mario Conde en la gran pantalla", señaló.

El grueso de las historias que se narran en la serie Vientos de La Habana transcurren entre 1989 y 1994, unos años clave en la historia de la revolución ya que el gobierno de Fidel Castro quedó virtualmente a la deriva con la caída de la Unión Soviética. Esto provocó el ingreso a una crisis económica profunda, que sólo en los últimos años la isla ha conseguido superar a duras penas, pero que mantiene en rezago al país. El reciente deshielo con Estados Unidos, aún bajo una pátina de incertidumbre con el cambio de mando en la Casa Blanca, trajo una bocanada de aire a la isla. Sobre ese período, entonces, las historias que Perugorría encarna en la serie echan una mirada entre desencantada y crítica. Un hito para este actor que salió del teatro y terminó como indiscutida estrella de cine latinoamericano.

Algunas películas protagonizadas por Jorge Perugorría conforman los hitos en la extensa carrera de este cubano. Sin dudas su reconocimiento internacional llegó con Fresa y Chocolate (1993), donde interpretó el papel de un homosexual que intenta conquistar a un joven cuadro comunista, dando de lleno en uno de los temas tabú de la sociedad cubana, como lo fue la dura represión contra los homosexuales. Poco después, en 1994, lleva al cine una novela del gran autor Alejo Carpentier, Derecho de asilo. En 2008 uno de los grandes directores de Hollywood, Steven Sorderbergh, lo elige para encarnar a un campesino que se convirtió en guerrillero para pelear junto a Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, en la película Che. El año pasado tuvo papel protagónico en un drama dirigido por el director irlandés Paddy Breathnach. En Viva el actor encarna a un veterano boxeador alcohólico enfrentado a su hijo que busca vivir su homosexualidad como travesti.

&RENZO ROSSELLO

JORGE PERRUGORRÍA&RENZO ROSSELLO