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‘Estoy haciendo lo que siempre quise en radio’

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"Si tuviera redes sociales no me daría el día para todo", dice el conductor de Todo Pasa. Foto: Fernando Ponzetto.

Entró al periodismo por el fútbol pero hoy está más cerca de la política. Conduce la mañana de Océano y la noche en TV Ciudad. Pero lo que más le cambió la vida fue la paternidad.

Hubo épocas en que Mariano López (42) tenía tres trabajos simultáneos: de mañana El Observador TV, de tarde Segunda pelota y por la noche Informe Capital en TV Ciudad. Casi no tenía tiempo libre, pero el disfrute estaba igual. Hoy, su rutina —con "solo" dos empleos— parece mucho más calma, aunque los cambios que llegaron con el 2017 también le trajeron más responsabilidad. "Ahora me estoy sacando las ganas de hacer lo que siempre quise en radio: un periodístico en la mañana. Y armamos un equipo bárbaro. Fue un desafío grande, ¡por primera vez tuve que negociar plata de otros! Eso nunca me había pasado".

Mariano se refiere a Todo pasa, el periodístico que desde febrero dirige y conduce en las mañanas de Océano FM, y a la decisión de permanecer en la radio pese a que todos sus compañeros de programa se cambiaron a Del Sol. "Lo pensé durante 15 días y me di cuenta de que mi prioridad era no irme de acá, aunque se fueran todos...". Es que en Océano, dice, encontró el lugar donde quiere estar. Durante los 13 años que condujo Segunda pelota aprendió y creció junto los otros seis integrantes del plantel, hoy colegas y sobre todo amigos. "Decidí buscar lo que yo pretendía profesionalmente, que era seguir en esta radio y aprovechar el cambio para hacer algo más periodístico. Cuando me enteré que también se iba la mañana (No toquen nada), hice una propuesta, la aceptaron y armamos el cuadro". A tres meses del estreno, el periodista asegura que no hay culpa ni rencores. Y que con los cambios ganaron todos. "Nos salió bien a todos, porque los que se fueron van a crecer y yo me quedé para crecer también".

Más allá del desafío profesional, Mariano reconoce que, en cierta medida, se mantiene en su zona de confort. "Sigo yendo a la misma radio, sigo saliendo desde el mismo estudio, me siento en el mismo lugar y sigo haciendo un programa de tres horas", resume. El producto, sin embargo, es muy distinto. Lejos del humor de Segunda pelota, Todo pasa tiene una hora de periodismo "puro y duro" al arranque y se va descontracturando hacia el mediodía, con la participación de columnistas como Mario Bardanca y el argentino Hernán Casciari.

Pero lo de la zona de confort se extiende también a una cuestión de geografías. Cuando termina el programa, Mariano —a quien todavía muchos asocian con el noticiero de Canal 12— cruza al Yacht Club, donde se conecta con el deporte, ese mismo que (aunque modificado por el paso del tiempo) lo llevó a querer ser periodista. A los 19 años, fanático del fútbol en general e hincha de Miramar Misiones en particular, su carrera empezó en las páginas deportivas de El País.

—Tu padre es profesor de tenis, incluso le dio clases a Luis Alberto Lacalle mientras era presidente. ¿Al periodismo llegaste por ahí o por el fútbol?

El tenis me encanta, pero el fútbol es lo máximo, era lo que más me gustaba y a lo que más jugaba. Y en realidad era mejor como futbolista que como tenista. Jugué muchos años en la Liga Universitaria y un año y medio en las inferiores de Miramar, pero nunca me llegaron a fichar porque cuando surgió la posibilidad ya trabajaba en El País y los sábados me iba a cubrir partidos de la B, que eran a la misma hora. Yo prefería ser periodista que futbolista, porque sabía que como futbolista no iba a llegar a nada. Y como periodista tenía aspiraciones de llegar a algo más.

En los medios.

En 1995, año de la Copa América en Uruguay, Mariano empezó por primera vez la carrera de Comunicación. Fue en la Universidad ORT y, al igual que las dos veces siguientes, con el apoyo económico de su madrina Myriam. "En el diario hicimos una cobertura impresionante, era como cubrir un Mundial, yo era el más guacho y laburaba 12 horas o más fascinado. Pasé de ser un hincha de fútbol y de la Selección a ir a la concentración, hacer nota con los jugadores, ir a los partidos... A los tres meses de estar en la ORT largué porque no iba a clase ni hacía los trabajos... y estaba pagando". Después reincidió dos veces: durante dos años cursó en la Universidad de la República y por último en la Católica, de donde egresó, aunque sin la tesis. "Cuando renuncié al 12 una de las razones era terminar la tesis, pero estuve solo siete meses con un solo laburo. Sé que algún día la voy a hacer, pero no sé cuándo".

De sus años de periodista deportivo Mariano rescata cientos de anécdotas, la convicción de que nunca trabajaría para Tenfield —"no comparto las políticas de los dueños de esa empresa"—, y un contacto fluido con Luis Suárez y Diego Forlán. Al ídolo del Barcelona lo conoció a través de un amigo en común, Rafa Cotelo, y haciéndole notas para la Copa América 2011. El vínculo con Forlán, en cambio, se remonta bastante más atrás en el tiempo. Le hizo una de sus primeras entrevistas, cuando el delantero jugaba en la tercera de Independiente, en Buenos Aires. "Me tocó ir a cubrir un partido Boca-Independiente y antes de viajar me llama Pablo Forlán padre para que le llevara unos VHS de su otro hijo, Pablo, para dárselo a alguien porque le estaba por salir un pase". A partir de allí, cada vez que Mariano tiene programa nuevo, Diego está al firme como entrevistado.

Para los oyentes de Océano, Mariano es Mariano Cuimbaé, un nombre guaraní que significa "muchacho" y que el periodista heredó de su padre, Cuimbaé López. En la calle, sin embargo, el periodista dice que cada vez lo reconocen menos. "Canal 12 era algo muy masivo, y ya hace casi cuatro años que me fui. Cuando te vas alejando de los medios bien masivos la gente se va olvidando", opina. Además, cree que el hecho de estar "quedando pelado" lo aleja cada vez más de aquella imagen en la memoria colectiva. Motivo recurrente de sus bromas, dice que, en el fondo, perder el pelo no le preocupa. "Si fuera una preocupación real no hablaría tanto. Y yo a los 20 ya sabía mi destino".

—Llevás años haciendo radio y tele a la vez, ¿qué medio te gusta más?

—La radio me gusta más, es más disfrutable. Es un medio mas compañero, porque sentís que acompañás a la gente, que te puede escuchar haciendo muchas cosas, en el trabajo o la casa. Y también me gusta porque en la radio solo me tengo que preocupar de lo que armé y de lo que digo. En la tele también me tengo que ocupar de toda la parte estética, que a veces se valora más que lo que decís. Durante muchos años me pasó que de repente me esforzaba por redactar una noticia de la mejor manera o de editar un tape para que quedara redondito, lo presentaba y al otro día los comentarios eran bo, las ojeras que tenías o ¿qué corbata te pusiste? o te estás quedando pelado... y vos decís: ¿Y el noticiero? En la radio no existen esos problemas.

Del día a día, lo que más disfruta es la salida al aire, que hace tiempo que dejó de ponerlo nervioso. "Salvo que tenga una entrevista muy pesada, si viene Astori o Vázquez, sino soy una persona bastante mansa". En su casa, donde su rutina cambió totalmente desde la llegada de su hijo Juan Martín, hace casi un año y medio, la tele siempre está prendida. "Soy un tipo teledependiente, si en el living de mi casa no existiera una tele no sabría para dónde apuntar los muebles", bromea. Cuando no está mirando alguno de los informativos locales, la pantalla suele estar verde. "Ahora una de las gracias de Juan Martín es apagarme la tele", cuenta.

Aunque ha tenido más de un ofrecimiento, Mariano no usa redes sociales, nada de Facebook ni de Twitter. Las noticias, dice, las sigue directamente en "los portales", donde consulta desde BBC y CNN hasta diarios uruguayos, argentinos y brasileños. "Ya he perdido mucho tiempo de mi vida mirando tele, escuchando radio y leyendo, que me gusta mucho; si tuviera redes sociales no me daría el día, capaz que me cuelgo... entonces prefiero no tener".

Con sus dos trabajos, ocupa los extremos del día. En el ínterin, mira algún partido de la Champions League, va al gimnasio o juega con su hijo. "La paternidad me cambió radicalmente. Nunca en mi vida me había pasado de morirme por llegar a casa, antes podía estar miles de horas fuera". Y también sigue pensando proyectos para achicar la lista del debe. Uno de ellos es trabajar en un documental, si fuera de historia, uno de sus temas favoritos, mejor.

SUS COSAS.

Selva amazónica.

Con el periodismo Mariano López conoció "lugares increíbles". Estuvo en China y Japón, pero el destino que más le gustó fue la selva amazónica, que conoció trabajando para Bien Despiertos, un magazine matinal del 12. Otro de sus highlights: para un ciclo de Direct TV terminó en una práctica del Liverpool con Luis Suárez.

Clásico rocanrol.

Desde que está en pareja con Guillermina Moreira, hija de Gonzalo, el músico, y productora en La Mayor, Mariano pasó a ser el que menos sabe de música en la casa. "El rocanrol clásico es lo que me puede", dice. Su banda de cabecera es AC/DC; más atrás en el tiempo elige The Beatles y entre lo más actual Green Day. Su último concierto: Titas en el Teatro de Verano.

Miramar Misiones.

"Yo fui bolso hasta los ocho años", confiesa Mariano, hoy hincha declarado de Miramar Misiones. Heredó la pasión por "los cebritas" de su abuelo materno, un inmigrante español que también le legó su nombre. Aunque va poco a la cancha, el año pasado llevó a su hijo Juan Martín al Parque Méndez Piana por primera vez.

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"Si tuviera redes sociales no me daría el día para todo", dice el conductor de Todo Pasa. Foto: Fernando Ponzetto.

MARIANO LÓPEZDANIIELA BLUTH

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